El pueblo donde se procesiona a la Virgen de las Batallas en las Fiestas de los Cargos

Arjonilla celebra las Fiestas de los Cargos en honor a la Virgen de las Batallas, como se conoce popularmente a su patrona, la Virgen del Rosario

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La que actualmente procesiona en Arjonilla es la última de las tres imágenes de la Virgen de las Batallas.
La que actualmente procesiona en Arjonilla es la última de las tres imágenes de la Virgen de las Batallas. / Crónica de Arjonilla - Alfonso Rueda

En la campiña jiennense, Arjonilla vive cada octubre una de sus celebraciones más laureadas: las Fiestas de los Cargos, dedicadas a la Virgen de las Batallas, patrona del municipio. La festividad representa días de fervor, música y convivencia que reúnen a los arjonilleros para rendir devoción a una imagen ha acompañado a la localidad durante siglos y que, de hecho, es la patrona del municipio.

Las Fiestas de los Cargos 2025

Fervor y tradición arjonillera en octubre

Del 9 al 13 de octubre, Arjonilla celebra las Fiestas de los Cargos con un programa extenso preparado por el Ayuntamiento y la Concejalía de Festejos, en el que se suceden los actos religiosos, las actividades culturales y las propuestas lúdicas para todas las edades. El triduo en honor a la Virgen de las Batallas se celebra en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, epicentro espiritual de estas jornadas.

El momento más esperado llega el domingo 12 de octubre, con la procesión principal, que recorre las calles entre rezos, música y flores. La imagen, acompañada por la Agrupación Musical Santa Cecilia, la Corporación Municipal y cientos de fieles, realiza el recorrido más largo del año, pasando por las principales avenidas del municipio. Las fachadas se adornan, las campanas repican y el silencio devoto se entremezcla con el sonido de los tambores.

El lunes 13 de octubre, la Patrona regresa a su ermita tras la Segunda Eucaristía, acompañada por mujeres con mantilla y una multitud de fieles. La jornada concluye con fuegos artificiales piromusicales en las inmediaciones de la ermita de San Roque y con el tradicional sorteo de los Cargos para el año siguiente, que continúa con su carácter participativo y simbólico desde hace casi tres siglos.

Actividades relevantes

Del encendido del alumbrado al Día del Niño

Las fiestas de este año incluyen actividades como el encendido del alumbrado especial, los conciertos, los monólogos, las verbenas y los eventos infantiles que animan las calles y el recinto ferial durante varios días.

Entre las actuaciones destacan el Trío Conexión, Gamberrock Versiones, la Orquesta Moonlight, el Mago Torres o la Orquesta Mediterráneo, además del grupo Canela, procedente de Villacarrillo, que ofrecerá un espectáculo de tardeo flamenco.

El lunes 13 de octubre, los más pequeños disfrutan de actividades específicas, como las cucañas, los karts, las colchonetas gratuitas durante la tarde del lunes y el Día del Niño, con atracciones a precio reducido de 1,50 euros.

El tapeo popular en el recinto ferial, acompañado de música y sorteos, es uno de los encuentros más concurridos de estas fiestas. Las tapas calientes, los precios populares y el ambiente familiar hacen que el sentido de convivencia se refuerce en estas fechas. localidad.

Una historia que hunde sus raíces en Lepanto

El origen de la Virgen de las Batallas

El origen de esta advocación mariana se vincula con la Batalla de Lepanto, el gran enfrentamiento naval que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571. Aquel día, la Liga Santa, coalición católica liderada por el Papa Pío V y en la que participaba España bajo el mando de Juan de Austria, derrotó a la armada turca en una jornada decisiva para la historia europea.

Durante la batalla, el Papa pidió a los cristianos rezar el Rosario, oración que él mismo recitó mientras la contienda se desarrollaba. Tras la victoria, instituyó la fiesta de la Virgen de la Victoria, añadió la invocación “Auxilio de los cristianos” a las letanías lauretanas y concedió una bula pontificia a la imagen que había acompañado a las galeras españolas.

Años después, Luis de Requesens y Zúñiga, lugarteniente de Juan de Austria, llevó esa imagen a Villarejo de Salvanés (Madrid), donde fue erigido un santuario en su honor bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto.

En Arjonilla, la tradición oral sostiene que algunos vecinos participaron en la batalla y trajeron consigo la imagen de la Virgen. Aunque no existen documentos que lo confirmen, esta creencia continúa vigente en la memoria popular.

Lo más probable, según los estudios históricos, es que la devoción naciera con la fundación en 1727 de la ‘Compañía de Nuestra Señora del Rosario’, con sede en la ermita de San Roque, también llamada “soldadesca”, en agradecimiento militar por la protección divina.

Sus responsables recibían los títulos de Capitán, Teniente y Alférez, elegidos por sorteo público entre los vecinos. Con el paso de los años, la imagen de la Virgen del Rosario empezó a recibir el nombre de Virgen de las Batallas, pasando a ser reconocida como Patrona de Arjonilla por decisión popular. Los cargos evolucionaron hasta los actuales Bandera, Cetro y Bastón, símbolos que todavía presentes en los actos religiosos y protocolarios de las fiestas.

Tres imágenes para una misma devoción

Trío de vírgenes para una sola fe

La historia de la Virgen de las Batallas en Arjonilla se ha mantenido viva a través de tres imágenes diferentes. La primera, destruida durante la Guerra Civil, fue probablemente la misma que recibió culto desde el siglo XVIII como Virgen del Rosario. Tras su pérdida, los vecinos continuaron celebrando sus actos en honor a la Patrona.

Imagen de la antigua Virgen del Rosario de Arjonilla, conocida aquí como Virgen de las Batallas.
Imagen de la antigua Virgen del Rosario de Arjonilla, conocida aquí como Virgen de las Batallas. / Crónica de Arjonilla - Alfonso Rueda

Entre 1942 y 1953, la veneración se centró en una segunda imagen, cedida por Encarnación Ramírez García y posteriormente heredada por Encarnación Puentes, hija de Rafael Puentes Ramírez.

A partir de 1953, la imagen actual, obra del imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa, asumió el protagonismo del culto. Su estilo delicado, de rasgos serenos y mirada compasiva, se ha convertido en emblema espiritual para el pueblo. La talla fue restaurada recientemente, recuperando su aspecto original y el brillo que cada año emociona durante las procesiones.

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