La artista internacional Lita Cabellut dedica una exposición en Baeza a los campesinos jiennenses: “Ellos son los guardianes de nuestra cultura”
Lita Cabellut presenta en la Galería Renace de Baeza ‘Ver(de) mar de ver(de) tierra’, una exposición inédita que homenajea a los campesinos y al olivar de Jaén
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El verde del campo jiennense, trufado de olivos, y el latir de los que sacan adelante las cosechas cada temporada ha sido objeto de poemas tan insignes como el ‘Aceituneros’ de Miguel Hernández. Una inspiración que no tiene fin y que adopta nuevas formas gracias a la artista internacional Lita Cabellut, que expone en la Galería Renace de Baeza toda una oda a los campesinos del olivar bajo el título ‘Ver(de) mar de ver(de) tierra’.
Este proyecto inédito con doce obras creadas para la ocasión podrá verse el próximo sábado 13 de septiembre, con una esperada inauguración enmarcada dentro de la Noche del Patrimonio, que celebran simultáneamente las 15 Ciudades Patrimonio de la Humanidad en España, consolidando a Baeza como un nuevo referente del arte contemporáneo. La muestra abrirá al público hasta el 8 de diciembre.
“Lo importante no está donde hay luces, sino donde hay belleza, necesidad y hambre de entrar en contacto con el arte”, señala Cabellut, subrayando la voluntad de llevar el arte a territorios menos transitados por el circuito habitual como son las grandes ciudades donde suele exponer sus creaciones.
Ver(de) mar de ver(de) tierra: homenaje al olivar y a su gente
El proyecto nace de la inspiración directa de la artista en el mar de olivos de Jaén y en quienes lo trabajan día tras día. “Fue el flechazo que tuve con esos seis millones de olivos. Era infinita la sensación, el poderío, la majestuosidad y los colores: el rojo de la tierra, el verde de los olivos, el aire que se transforma en verdes pálidos. Lo presente son los olivos y todo se destiñe a través de ellos”.
Las doce piezas inéditas conforman un conjunto íntimo en el que los rostros curtidos por el sol, las manos que recogen el fruto y las miradas de campesinos y campesinas se elevan a categoría artística. La artista los define como “los guardianes de nuestra cultura, porque nuestra cultura es nuestra tierra”, recordando que de ese respeto por lo que pisamos puede crecer la mies que cultivamos.
El diálogo entre arte, memoria y tradición
La exposición plantea un diálogo entre lo material y lo simbólico, entre el trabajo agrícola y el patrimonio cultural. Cabellut reconoce haber encontrado en Baeza un lugar que inspira: “La belleza de la ciudad es agobiante, se respira cultura, poesía, sabiduría y me pareció uno de los proyectos más bonitos que haya podido hacer”, comenta, refiriéndose a ese síndrome de Stendhal que sucede cuando contemplamos demasiadas cosas bellas a la vez. Un mareo que, en lugar de adormecer, ha logrado despertar una pasión muy especial en la artista por lo que esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad representa en su conjunto.
En su discurso, la pintora recuerda también la huella de Antonio Machado en la ciudad: “Entré en el aula donde Machado daba sus cátedras, me senté allí y lo entendí todo tan bien… me dije que de aquí solo pueden salir cosas muy buenas”.
En cada retrato, los surcos de la tierra se funden con las cicatrices de los rostros, generando una metáfora visual poderosa. Como afirma la artista: “El dolor, el sacrificio y la marginación que sufren tantos trabajadores de la tierra no pierde nunca la belleza, porque la belleza es algo que no discrimina”.
La trayectoria de una artista universal
Residente en La Haya, Cabellut es una de las creadoras españolas con mayor proyección internacional. Su obra se encuentra en museos y colecciones privadas de Estados Unidos, Corea, India, Italia, Suecia, China, Bélgica, Alemania y Países Bajos. En los últimos años ha protagonizado exposiciones tan relevantes como ‘Goya x Lita Cabellut. Los Disparates’ en la Real Academia de San Fernando (Madrid) o ‘Vida Desgarrando Arte’ en la Fundación Bancaja (Valencia). En 2024 fue reconocida con el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Barcelona y recibió la Encomienda de la Real Orden de Isabel la Católica.
Multidisciplinaridad como esencia
Aunque la pintura ocupa un lugar central en su producción, la artista se define como multidisciplinar: “Cuando pinto estoy haciendo una obra de teatro, una escenografía. Cuando hago un trazo, representa el aire. Todo está muy conectado. No podría definir mi vocación: es la diversidad”.
Su lenguaje creativo abarca desde la pintura hasta la escultura, la fotografía, la instalación o la poesía. Para ella, lo importante no es el medio, sino el mensaje: “Lo que usamos para definir el arte es un material. Es lo menos relevante en un artista. No es óleo, lienzo o pincel, al igual que un cineasta no es una cámara. Es mucho más que eso”.
El valor de la experiencia y el paso del tiempo
En esta etapa de su carrera, Cabellut reconoce el valor de la madurez artística: “Los años están a mi favor. El proceso de crecer y la experiencia es algo maravilloso. Puedo decir cómo me gusta envejecer, porque la experiencia me da nuevas oportunidades para aprender, nuevos materiales y nuevas reflexiones”.
Su visión vital está marcada por la resiliencia y el aprendizaje continuo: “El cuerpo es algo que tenemos que educar de nuevo, pero lo que no van a hacer los años es limitarnos, porque no entran en la mente ni en el alma. Hay gente de treinta que son muy mayores y gente de noventa a los que les va a faltar tiempo”.
Arte contemporáneo y patrimonio local
La artista reflexiona también sobre el papel del arte contemporáneo en el mundo globalizado: “Las civilizaciones han desaparecido y el arte ha permanecido. El arte es la esencia, la férula de nuestra existencia y no va a desaparecer jamás. Es como la tierra: se puede quemar un bosque, pero en cinco años brotará de nuevo”.
Con ‘Ver(de) mar de ver(de) tierra’, Lita Cabellut aporta una lectura contemporánea al patrimonio humano y artístico de Jaén, consolidando a Baeza como ciudad que, además de conservar su legado, lo reinterpreta con nuevas miradas.
Una de las exposiciones más importantes de los últimos años
El proyecto cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Baeza, la Diputación de Jaén, la UNIA, la Fundación Caja Rural de Jaén y empresas locales como el Grupo Oleícola Jaén (AOVELAND), el Grupo Vandelvira y Representaciones Baeza.
La propia artista lo define como un compromiso con la tierra y con su gente, un homenaje sincero a quienes han hecho posible que el olivar sea símbolo de identidad. Como afirma con contundencia: “Siempre los pintaré con respeto y belleza, porque es lo que siento”.
Esta será, probablemente, la exposición más importante de los últimos años de arte contemporáneo en la provincia, una oportunidad para descubrir cómo la mirada de una artista universal eleva lo cotidiano de Jaén a categoría de obra eterna.
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