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¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

El escudero de Guadalajara

Sánchez y los ministros del PSOE son los artífices de una de las grandes mentiras políticas de nuestro tiempo

Pedro Sánchez, ayer en el Parlamento.

Pedro Sánchez, ayer en el Parlamento. / EFe

PASEABA este pasado agosto por las cercanías de la Alcazaba de Badajoz cuando tropecé con una churrería-librería. No es invención ni traición de la sesera. El negocio se dividía en dos estancias comunicadas por una pequeña puerta: una zona de bar donde servían frutas de sartén y cafés a la salvaje manera española; y una más amplia biblioteca-comedor donde los libros de viejo se vendían a un euro y cuya recaudación se destinaba a un hospital infantil de la capital del Guadiana. Toda una invitación al gozo. Fue allí donde el destino quiso que tropezase con una pequeña biografía de Isabel la Católica muy bien editada por Seix Barral y escrita por Luys Santa Marina, uno de esos escritores que ya sólo aparecen en Las armas y las letras de Trapiello. En las primeras páginas del volumen había estampado en vivo color rojo un sello acusador: EXPURGADO, lo que en todo caso hacía más atractivo aquel librito rebosante de ácaros y palabras caballerescas. Al parecer, un bibliotecario necio había decidido privar a los niños de un colegio público de la vibrante prosa arcaizante de Santa Marina, más parecida a la de los cronicones y romances tardomedievales que a la de la Escuela de los Annales y el postestructuralismo. Si cuento esto es porque la otra noche, para escapar de la odiosa actualidad que vive la patria, decidí buscar algo de evasión en la lectura de mi preciada adquisición. Craso error. Un hombre nunca puede huir a su destino o, para decirlo en palabras orientalizantes, la muerte siempre nos espera en Samarra. Y es que no pudo más que venir a mi imaginación la cara del presidente Pedro Sánchez cuando Luys Santa Marina, para describir a Enrique IV de Castilla, sentencia: “era como el escudero de Guadalajara, que de lo que prometía a la noche, no sabía nada a la mañana”.

Es evidente que Sánchez no es el primer político que ha mentido en la historia. Pero sí se puede decir que el todavía presidente es el artífice de una de las grandes mentiras políticas del tiempo histórico que nos ha tocado vivir. Ayer lo volvimos a ver en el Parlamento cuando Sánchez señaló al PP como responsable del procés, no a los golpistas independentistas que ahora son sus socios. Es mantener sin rubor una falacia. No solo él, sino todos los ministros y exministros del PSOE sanchista (María Jesús Montero, Marlaska, Illa, Calvo, Isabel Rodríguez...) que no han dudado en volar la verdad para mantener a su partido en el poder. Ver los vídeos de lo que opinaban estos prohombres sobre la amnistía hace unos meses solo puede llevar a la desafección más profunda con eso que llaman “progresismo”. Sencillamente, son unos mentirosos. Y esto no es crispación, sino uso correcto del castellano.

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