Cuarto de muestras
Carmen Oteo
Otra vez
Segundo concierto de Milei en España, el primero de gran audiencia con Vox y el siguiente, recital a dúo con la desmelenada Ayuso, con aforo limitado del ala madrileña del PP. El león ruge -ya quisiera como el de Belfast- y el público lo aclama, entre otras cosas, porque no lo padece.
Es la estrella más rutilante, con permiso de Trump, que no sale de gira, del universo populista cesarista a la derecha del meridiano de la cordura. Le jalean el estribillo de exabruptos contra el presidente y la ética “low cost” de la “primera dama”.
Loca por incordiar está Isabel, a lo Rosendo Mercado. Chulapa independentista de su PP, a la que le viene divinamente (gracias, Tamara), como a los del “apreteu”, lo del cuerpo a cuerpo con Sánchez. (...) “Llegará mi oportunidad. Pero es ingrato y tengo flato de esperar, llegará mi oportunidad. Y esto aquí, loca por incordiar, loca por incordiar”. La liebre es Milei, pero la referencia es Meloni.
“Amnistía infecta”. La ley que nos hace más guapos, altos y con ojos azules, entró por la gatera del Congreso y saltará indecorosa por la ventana en cuanto se rompa el hechizo, ni siquiera dará para una legislatura completa y, quizá, tampoco para que los socialistas catalanes gobiernen Cataluña, a pesar de ser la fuerza más votada. La extorsión no tiene límites, es un imperativo categórico nada kantiano. No hay mandamiento razonable alguno, aquí la "autoritas” la tiene el divino. Siete votos bastaron para que un histórico partido hiciera de la genuflexión su modo de supervivencia, confundiendo su horizonte con el de su secretario general y, a la sazón, presidente de todos los españoles.
Ya lo dijo el patriarca Felipe González, en su estupendo monólogo con Alsina (estoy con Paco González cuando los mayores hablan nos callamos y punto), hay quienes creen que les hemos perdonado y lo que hemos hecho es pedirles perdón. Para colmo, redactaron su ley a su antojo, los conejos tirándoles a las escopetas.
Financiación “singular”. Se prepara en estos días de DANA política un tocomocho guionizado desde el carromato trashumante de Puigdemont, con apuntes desde Suiza. Se trata de trincar de la caja de caudales común y el resto de las comunidades autónomas ser cooperantes necesarias del enésimo atropello por aquello de la dichosa convivencia. Da igual que haya comunidades históricamente “infrafinanciadas”, Andalucía entre ellas. Aquí lo recio es contentar a la turba amiga. Ahí está la vicepresidenta, María Jesús Montero, intentando decirnos, ahora, con la vehemencia de antes, que el boleto está premiado.
Es verdad, como dice el patriarca, nos sueltan tantas liebres que es muy cansado seguir a todas... Habrá que aprender del lince ibérico que se centra en el conejo y pasa de liebres.
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