NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Un milagro por Navidad: salvemos al país
Se celebró ayer el cuadragésimo séptimo aniversario de la Constitución en un clima de crispación y con el plante de más de la mitad de los grupos parlamentarios, entre ellos los socios de Pedro Sánchez –Junts, ERC, EH Bildu, PNV y BNG– al que se sumó Vox. Crispación política que el Gobierno se encarga, como estrategia a la vez defensiva y ofensiva, de extender a toda la sociedad, como ayer se escribía en nuestro editorial a propósito de grotesco asunto de Eurovisión: “El Gobierno de Pedro Sánchez mantiene desde el inicio de esta legislatura una estrategia tendente a politizar todos los aspectos de la vida nacional que pueda y buscar en el enfrentamiento partidista una forma de tener permanentemente tensionada a la ciudadanía. Los fontaneros de la Moncloa deben pensar que con ello se fija el electorado, aunque se desaten tormentas tan virulentas como la de los diversos casos de presunta corrupción que acosan al Ejecutivo”.
A los variopintos socios de la mal llamada coalición de progreso –que aglutina tanto a la derecha como a la izquierda nacionalista independentista o al siniestro EH Bildu– no les gusta nuestra Constitución, la norma suprema a la que están sometidos ciudadanos y poderes públicos, estableciendo la jerarquía para todas las demás normas (leyes, decretos, reglamentos), que no pueden contradecirla y cuya supremacía garantiza la estabilidad y fundamenta el sistema legal, como se dice en el artículo 9 de su Título Preliminar. Claro que en el artículo 2 se dice que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”, por lo que se comprende que, para los socios parlamentarios de Sánchez que no respetan ni la unidad ni la solidaridad, la Constitución sea como el ajo para un vampiro.
En su mensaje de Navidad de 2023, conmemorándose el cuarenta y cinco aniversario de la Constitución, dijo Felipe VI: “Fuera del respeto a la Constitución no hay democracia, ni convivencia posibles; no hay libertades, sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución, no hay una España en paz, ni libertad”. Es vital no olvidarlo.
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