La OTAN, España y Trump

28 de octubre 2025 - 03:09

La Alianza Atlántica ha sido una pieza clave en el orden mundial que permitió que Europa fuera, si se exceptúa la crisis de los Balcanes en los noventa, un territorio de paz entre la finalización de la II Guerra Mundial en 1945 y la invasión de Ucrania por Rusia en febrero de 2022, a pesar del peligroso enfrentamiento entre bloques ideológicos. Aunque España no pudo entrar en la OTAN por el rechazo internacional al régimen franquista hasta que tras la dictadura se homologó al resto de las democracias, sí formó parte de ese orden desde la firma de los acuerdos con Estados Unidos de 1953. A lo largo de este prolongado periodo, España ha sido siempre un aliado consecuente que ha contribuido a la defensa común cuando ha sido requerida. La presencia de militares españoles en misiones auspiciadas por la OTAN así lo ha certificado. La actitud imperialista de la Rusia de Putin y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto la instauración de un nuevo modelo de relaciones internacionales que incide directamente sobre el papel que juega España en el nuevo orden mundial. El presidente de los Estados Unidos, de personalidad un tanto errática, parece haber desarrollado una obsesión contra España por la resistencia del Gobierno de Pedro Sánchez de colocar el gasto de defensa en el 5% del PIB, algo inasumible para la economía del país. Lo singular del caso es que la OTAN, o por lo menos su secretario general, el holandés Mark Rutte, parece mostrar una especial sumisión a los dictados que le llegan desde Washington y en esta polémica ha secundado, aunque con matices, la tesis trumpista de que España no hace frente a sus compromisos para garantizar una defensa europea. Ello abre serias dudas sobre si la Alianza está actuando como una estructura en la que todos sus miembros son tenidos en cuenta o, simplemente, se ha convertido en un apéndice de la política exterior y militar de Estados Unidos, lo que llevaría a cuestionar su propia razón de ser.

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