Nadie conoce a nadie

Todos los partidos están desbordados por los casos de acoso sexual, tratando de tapar las vías de agua y dejando a muchas víctimas desamparadas

Hay quien defiende que hay denuncias que forman parte de venganzas internas

Moreno, sobre Landaluce: "No es de nuestro partido, no tenemos ningún elemento de presión sobre él"

Antonio Navarro, ex secretario general del PSOE de Torremolinos, y José Ignacio Landaluce, alcalde del PP de Algeciras. / M.G.
Stella Benot

21 de diciembre 2025 - 06:58

Un veterano dirigente socialista, de esos que han mandado mucho, explicaba las guerras internas en el PSOE como la formación de la mili: él era bajito y siempre era el último de la fila... hasta que mandaban dar la vuelta y, entonces, era el primero.

Los casos de acoso sexual y laboral que se están destapando un día sí y otro también dejan una sensación de incertidumbre y preocupación en todos los partidos del espectro político andaluz. Todos son conscientes, y lo reconocen en voz baja, que un asunto tan feo y desgradable le puede saltar a cualquiera como de hecho está sucediendo. Las mujeres que trabajan en los partidos lo saben, el machismo de la sociedad también ha impregnado la política. Pero también hay una segunda parte de la que no muchos se atreven a hablar en público, aunque sí en privado. Hay denuncias por acoso sexual y laboral que forman parte de una vendeta interna, de un ajuste de cuentas de esos habituales en política. Es más, algunos de los señalados ahora están recibiendo la misma medicina que ellos aplicaron. Llegaron a la posición de poder donde están tras pasar a cuchillo a sus rivales; ahora están en el sentido inverso, como pasaba en la formación de la mili.

Y sigue habiendo casos, más de los deseables, que están tapados aunque permanezcan en las memorias de muchos y de muchas que los vivieron en primera persona. Hay quien recuerda como un alto cargo nombró a una mujer porque “estaba muy buena”; otros dan gracias por la jubilación de cierto dirigente por los escándalos que les ha ahorrado; algunos censuran el “taconeo de mujeres jóvenes” que hay en algún círculo de poder; otros recuerdan el tono de las conversaciones de un alto cargo antes de la habitual reunión semanal... Y así hay muchas conversaciones que sólo se insinúan; “no hay pruebas”, dicen quienes lo relatan, “son de hace años”, es el otro argumento.

Pero, mientras tanto, hay víctimas que siguen sin atreverse a denunciar situaciones de acoso en los partidos. No sólo porque no haya una mayor conciencia sino porque los partidos no saben muy bien qué hacer con esos casos. El PSOE ha abierto un canal de denuncias que más de un dirigente andaluz considera que es “un tiro en el pie” porque al ser anónimas, dan cabida a todo tipo de situaciones, mezclando las reales con las que podrían tener una motivación orgánica.

El PP tira por otro camino pidiendo la suspensión de militancia y la salida de las responsabilidades del partido. Pero ninguno de los dos toma decisiones contundentes, defendiendo, primero, la presunción de inocencia y obligándolos, después, a dejar sus puestos institucionales llevando los casos ante la Fiscalía para que se investiguen hasta el fondo. Los dos grandes partidos, (y Vox que también está haciendo lo mismo con quien era responsable de sus redes sociales y con su organización juvenil, La Revuelta) optan por soltar amarras. Nadie conoce a nadie.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Mapa de Músicas | Vanessa Goikoetxea. Soprano

Vanessa Goikoetxea, sin etiquetas