El Real Jaén perdió el sábado en Yecla 2-0 y definitivamente se encuentra en plena crisis de resultados y de identidad. Atrás quedó ese Real Jaén que nos encandiló en las primeras jornadas por ser un equipo que hacía un fútbol exquisito, desde una presión muy bien coordinada y ejecutada hasta un juego en el que el equipo generaba las ocasiones suficientes para poder ganar un partido.
En Yecla se confirma que el equipo ha cambiado su manera de ser. Si bien antes la respuesta era ofrecer un fútbol propositivo desde un principio, ahora el equipo de Manolo Herrero muestra una versión más reactiva respondiendo a lo que hace el rival. Y la sensación es que el Real Jaén no está preparado para ser eso.
En una mala dinámica, no hay sólo un culpable
Cuando un equipo cae, es costumbre señalar inmediatamente a los mismos cargos de siempre. Del entrenador siempre se acuerda para lo malo y a la dirección deportiva le llueven críticas cuando el viento no sopla a favor. Siendo cierto que Herrero y Chumilla no deben de estar exentos de culpa y de la crítica, no hay que obcecarse y destruir algo bonito que se está tratando de construir, sino en base a lo que tenemos, mejorar desde la autocrítica y reflexionar sobre lo que está ocurriendo, lo cual ayudará siempre a detectar errores para mejorar en cada aspecto.
Todos se tienen que mirar a sí mismos. Desde varios jugadores llamados a liderar al equipo que no están dando ese plus que se esperaba, hasta el entrenador y la dirección deportiva. Hay futbolistas que tienen que dar un paso hacia adelante de manera inmediata. Enero está a la vuelta de la esquina y alguno puede estar jugándose un puesto no en el once, sino en la plantilla. Arriba no hay mala suerte, hay ineficacia. Y atrás, es hora de ser más contundentes en tu propia área. Ahora es el momento de dar ese paso, luego puede ser tarde.
En cuanto al banquillo, a Manolo Herrero si algo le sobra es autocrítica, pero no pasa nada por reconocer que desde la pizarra también hay que encontrar soluciones. Porque el hecho de que el Real Jaén, en 14 partidos ligueros sólo haya mantenido la portería a cero en la primera jornada en Lorca, habla de que el funcionamiento colectivo y el sistema defensivo no está funcionando. Además, aún no ha encontrado una pareja de centrales titular tras diversas probaturas. Algo importante para dar seguridad y coordinación tanto al equipo como a la línea defensiva.
Los equipos de Herrero se caracterizan por ser sólidos defensivamente hablando, y este, queda claro que no lo es. Algo tiene que ajustar para revertirlo, ya que una portería a cero te acorta el proceso para conseguir la victoria.
"Somos muy blanditos en algunos momentos del juego", él mismo lo reconoce. Como también habla de la ineficacia arriba y deja un mensaje al final, diciendo que "estamos ahí un poco justos de efectivos". Tan cierto es que falta Agus Alonso por lesión como que falta una referencia en punta de ataque. Ahí la tarea va para un Chumilla que tiene la presión de tener que acertar en los pocos retoques que se necesitan para mejorar a una buena plantilla, también con un sustituto de Óscar Lozano y quizá incluso añadiendo algo de altura.
En el centro del campo, sin Adri Paz la creación se ha esfumado y el equipo se parte, siendo además sacrificado Mario Martos teniendo que bajar más a recibir y así, el equipo pierde a Mario en la mediapunta como enlace a la delantera. Y en las bandas, los extremos no están ofreciendo ventajas al equipo. Otro debe del cuerpo técnico también está en la misión de crear el contexto adecuado a los extremos para que gocen de más situaciones de uno contra uno para desbordar.
Unos cuantos jugadores tienen que dar más de lo que están ofreciendo, el banquillo debe de encontrar soluciones para ser más un equipo más compacto y fiable y la dirección deportiva tiene el deber de acertar con los pocos refuerzos que se necesitan. Es hora de que todos los integrantes del club den un paso al frente, empezando por ganar el próximo domingo en La Victoria al UCAM Murcia, equipo dirigido por el ex del Real Jaén, Germán Crespo.