Arranca diciembre y lo hace tras un noviembre decepcionante para el Real Jaén. Solo cuatro puntos de 15 posibles, con tres salidas saldadas con un empate y dos derrotas sin ver puerta, además de una derrota en casa ante el Linares Deportivo y una victoria agónica frente al Recreativo de Huelva. El resultado: un equipo que empezó el mes en puestos de play off de ascenso ha caído a la zona media de la tabla, situado casi a la misma distancia de las posiciones de privilegio que de las de peligro.
Con este panorama, ha llegado el momento de que el club replantee seriamente sus objetivos para la temporada. Porque si algo ha demostrado el Real Jaén, es que no se ha visto claramente superado por ningún rival. En una categoría tan igualada, los partidos se deciden por detalles, y esos detalles suelen aparecer en las áreas. Ahí es donde el equipo está mostrando sus principales carencias.
En ataque, al conjunto blanco le cuesta generar goles. Falta ese jugador diferencial capaz de sumar una decena de tantos que se traduzcan en puntos. Los extremos deben aportar mucho más, sobre todo teniendo en cuenta que el máximo goleador del equipo es Mario Martos, con cuatro tantos, una cifra meritoria para un mediapunta llegador, pero por sí solo insuficiente para un aspirante a algo más.
En defensa, aunque el equipo tampoco encaja demasiados goles, la incapacidad para dejar la portería a cero es un lastre evidente. Exceptuando la primera jornada en Lorca, el Real Jaén ha recibido gol en todos los encuentros. 10 partidos encajando un tanto y otros dos recibiendo dos. Con estos números es muy difícil encadenar victorias y engancharse de nuevo a la parte alta.
Refuerzos invernales en busca de un salto de calidad
La realidad es que, en una liga con tantos equipos aspirando a todo, muchos se reforzarán en cuanto el mercado lo permita. Y el Real Jaén no puede permitirse quedarse atrás. Primero, para evitar sustos innecesarios. Y segundo, porque aún —aunque ahora lo veamos más lejano— no debemos renunciar a pelear por cotas mayores. Ese play off de ascenso que hace apenas un mes parecía posible hoy se dibuja con mucha más dificultad.
De ahí que los refuerzos invernales sean decisivos. La llegada de, al menos, dos jugadores determinantes —uno obligado tras la desgraciada lesión de Óscar Lozano— puede marcar la diferencia entre luchar por algo ilusionante o resignarse a sufrir por no caer en la zona caliente. La plantilla, en líneas generales, tiene nivel para competir de tú a tú con cualquiera; lo que necesita es ese salto de calidad que permita transformar las buenas sensaciones en resultados.
Por tanto, la responsabilidad recae ahora en quienes deben tomar decisiones. De su acierto dependerá el rumbo del Real Jaén en los próximos meses. Luego podrá salir mejor o peor, pero parece claro que es la hora de decidir: mirar hacia arriba o prepararse para un final de temporada mucho más duro de lo que todos deseamos.
