Borja Moreno: "En la ciencia forense hay un antes y un después de CSI"
FORENSE
CUÉNTAMELO TODO. Borja Moreno (Elda, 1981) es licenciado en Medicina por la Universidad de Extremadura y miembro del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses. En 2013 se incorporó al IMLCF de Palma de Mallorca y, desde 2024, es director del de Ceuta. Mantiene en YouTube unos de los pocos canales de medicina legal, forense y toxicología. En ‘Abierto en canal’ (Esfera) habla de los aspectos más insospechados de su trabajo.
–De ser algo rarísimo que se hacía en algún sótano, desde CSI, la práctica forense ha pasado a ser algo casi glamuroso...
–Hace poco lo comentaba con un compañero, que ha habido un antes y después en las ciencias forenses a partir de CSI. Pero creo que eso también ha influido para que haya médicos forenses como yo, con influencia en redes, tratando de arrojar luz sobre lo que hacemos y, en mi caso, en un espacio donde también hablo de mi vida... Al fin y al cabo, sabemos que lo que hacemos despierta interés: el forense es el que habla ante el foro, el que expone sus conclusiones. Y no olvidemos que es un trabajo público, pues si es público, es para todos.
–Con todos esos focos, la divulgación adquiere un peso especial.
–Claro, lo que se pretende es acercar un poco una labor profesional que despierta curiosidad, y que es relativamente desconocida, al ámbito público. Lo que hacemos los forenses ha de salir de la sala de autopsias porque hacemos cosas más allá que tienen una repercusión social muy importante.
–Una de sus especialidades es la psiquiatría forense.
–Que constituye una parte importante de nuestro trabajo, y en torno a un tercio de nuestra formación, aunque la gente no pueda imaginarlo. Consiste en desgranar cuál podía ser el estado mental de la víctima o del sospechoso, si existe alguna explicación a través de algún trastorno mental. No podemos llegar a entender causar la muerte de otro, aunque a veces se puede explicar. Hemos de encontrar la motivación, si hay disociación de realidad, si ha tenido un brote psicótico... Hay que esclarecer si la persona debería estar en un hospital psiquiátrico o en un centro penitenciario.
–Una de las muchas preguntas que se hace, o nos hace, en ‘Abierto en canal’ es si fue un error que desaparecieran los manicomios.
–Nadie quiere volver al referente de manicomio que tenemos en el imaginario, ni a la palabra. Pero sí tendría que haber una mayor cobertura de centros de corta duración, de día, de larga duración, con asistencia telefónica e inversión de un Pacto de Estado en salud mental, porque los centros de salud mental no son centros de salud convencionales.
Lo que hacemos los forenses ha de salir de la sala de autopsias, porque además va mucho más allá"
–Las muertes que peor lleva, dice, son las injustas. Las que no deberían haber sucedido. ¿Aun después de tantos años de experiencia?
–Sí, desde luego. Ese es el dolor de decir: “tengo que hacer mi trabajo, y la mejor forma de empatizar y ayudar a la víctima es hacerlo todo lo más exquisitamente posible y lo más rápido posible”. Con los niños es especialmente duro, porque te retrotrae a niños que conoces.
–Otro de los casos que dan en la línea de flotación son las notas de advertencia en muchos suicidios.
–“María, no pases”, “Juan, llama a la Policía...” Nos habla del suicidio lúcido, de que la persona sabía lo que iba a hacer.y quería que todo fuera lo menos hiriente posible.
–Dice que, como forense, siempre se recuerdan las grandes catástrofes. ¿Cómo se gestiona, de forma técnica y personal, algo así?
–Existen unos protocolos de actuación de los médicos forenses junto con la Policía científica para que aquello no sea un desastre: unos protocolos, por cierto, que se establecieron después del 11M para que todo fuera más eficiente. Hay un aspecto muy importante, y es que hay que dar apoyo emocional a los que trabajan en esos escenarios. En Valencia, por ejemplo, se prestó ayuda profesional a todos los que intervinieron. Son situaciones duras, en las que tienes que gestionar que lo mismo tienes veinte desaparecidos y siete cadáveres. Emocionalmente, afecta sin remedio.
–Hablando del DSFD (Delito Sexual Facilitado por Drogas) afirma que puede no dejar huellas.
–Y en este sentido, por ejemplo, la huella física quizá llegue a ser la menor porque es normal, por ejemplo, que en el momento de la primera atención no sepas ni lo que te están diciendo. Y luego está el tema de que se suele tardar en juzgar estos delitos:imagina que llegas a sala cuatro años después, pues cuatro años de tensión.
–Desmiente la sumisión química por pinchazos, que generó tanta alarma.
–Y luego se demostró que no era verdad. Se supone que la sumisión química es algo que no tienes que notar y un pinchazo, lo sientes. Pero es que luego ninguna víctima dio positivo a ningún tóxico, excepto en un caso en Inglaterra.