“El teatro es un ejercicio de presencia y de verdad muy difícil de igualar”

Camino Martín | Actriz y directora de teatro

Camino Martín
Camino Martín
Andrés Cárdenas

23 de septiembre 2025 - 03:00

La también pintora Camino Martín Santaella nació en Granada, donde estudió Bellas Artes. En Murcia, en donde trabajó como profesora, dirigió y actuó en numerosos musicales y obras de teatro. La obra ‘La vida resuelta’, que dirige y en donde actúa, está llenando allí donde se representa. Ha ganado varios premios en certámenes nacionales de teatro. Pertenece a la compañía teatral Fantabulosa, que prepara una nueva obra.

Pregunta.–¿Por qué el teatro?

Respuesta.–Porque una vez que lo experimentas, lo vives y lo disfrutas, es imposible prescindir de él. El teatro es para mí un espacio muy personal que me permite descubrirme y conocerme desde la autenticidad de lo que soy. Es un lienzo en blanco sobre el que dibujar una historia y una superficie sobre la que proyectar otras vidas.

P.–¿Cómo surge su pasión por este género?

R.–Yo creo que las pasiones vienen de algo muy intrínseco e incluso primitivo del ser humano. Mi pasión por el teatro va íntimamente ligada a mi pasión por crear, por construir. El teatro, como la pintura, son para mí actos creativos que me aportan el disfrute y los desafíos necesarios para mantenerme totalmente enganchada a ellos.

P.–¿Cree como Fernán Gómez que el teatro es un viaje a ninguna parte?

R.–Más bien todo lo contrario. Para mí el teatro es un viaje a un destino concreto. Quizás el destino sea algo desconocido, imaginario o sólo exista en mi cabeza, pero cuando dirijo una obra sí tengo claro que, además de la importancia de transitar un camino, no debo perder de vista la necesidad de llegar a un lugar concreto. Bien es cierto que, a menudo, el destino se moldea o reinventa a través de nuevas aportaciones, casualidades o descubrimientos que te hacen variar el trayecto, pero, en cualquier caso, es un viaje hacia alguna parte.

P.–Profesora, madre, actriz… ¿Y el tiempo que le sobra?

R.–Soy pintora, intento no perder eso de vista. La creatividad, en sus diversas formas, es para mí una fuente de inspiración que mantiene unida mis diferentes facetas. También la de madre. Intento inculcarles a mis hijas la importancia de tener pasiones, de luchar por ellas y de darles el espacio que merecen porque a menudo nos definen y son el ancla al que agarrarnos cuando las cosas van mal. Pero sí, me falta tiempo para todas las disciplinas a las que me gusta dedicarme.

P.–También es directora… ¿es más difícil que interpretar?

R.–No hablaría en términos de dificultad. Valoro infinitamente el oficio de un actor y, como actriz, sé la dedicación y el trabajo que hay detrás de la construcción de un personaje. Son profesiones diferentes que se nutren la una de la otra. Para mí dirigir es un proceso creativo que abarca casi la totalidad de cuanto se ve en escena. Es un reto que pone a prueba mi capacidad, mis deseos, mis temores, mis fortalezas y mis debilidades. Por eso es un aprendizaje constante.

P.–Hábleme de su próximo proyecto.

R.–Nuestro próximo proyecto, que está a punto de ver la luz, es una obra de cuatro personajes donde invitamos al espectador a fabricar una reflexión sobre la importancia de sentirse pleno en una vida que a menudo no es lo que esperábamos de ella. Esta nueva obra la vamos a compaginar con nuestra tercera temporada de La vida resuelta.

P.–Su compañía se llama Fantabulosa. ¿Y eso?

R.–La dijo en voz alta, por casualidad o invención propia, mi hija Helena, de siete añitos. Por aquel entonces andábamos buscando un nombre para la compañía y, al escucharla, me pareció una palabra con mucho sonido y formada por la unión de dos palabras divertidas y dinámicas (Fantástica y fabulosa). Una palabra que no existe, sino que es creada e inventada. Eso ya me pareció un buen comienzo.

P.–Desde hace tiempo se habla de la crisis del teatro. ¿Usted se lo cree?

R.–Con La vida resuelta, llevamos dos años de gira y todos los teatros en los que hemos actuado han estado llenos. Pero, tristemente, cada vez se programa menos teatro.

P.–¿Y responde el público?

R.–Yo creo que el público responde ante una buena oferta teatral, pero hay que invertir en cultura, hay que apostar también por compañías emergentes, por propuestas teatrales que, aunque no tengan un cartel protagonizado por algún actor o actriz famosa, sí tengan una buena historia contada a través de una interesante puesta en escena. El teatro no puede ser sólo de unos pocos, el teatro es un encuentro humano que invita a la reflexión, recoge un latido social y aporta una mirada crítica. No hace falta ni lujo ni élites, debe ocupar las calles, las plazas y los teatros.

P.–Después de sus tablas en el teatro, ¿le seduce el cine o la televisión?

R.–Me seduce la interpretación y la creación. Por tanto, el cine tiene un gran atractivo para mí. Gracias al éxito de nuestra obra La vida resuelta, gracias a los numerosos premios obtenidos en certámenes y festivales, a mi compañero de Fantabulosa, Germán Campaña y a mí, nos salieron dos propuestas cinematográficas: una de ellas para protagonizar un cortometraje y otras para formar parte de una película. Es fascinante el mundo de los rodajes, pero el “aquí y ahora” del teatro, sin red ni artificios, es para mí un ejercicio de presencia y de verdad muy difícil de igualar.

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