"¿Quién cuida al cuidador?", es la pregunta que se hace a este medio el presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Jaén, José Francisco Lendínez, ante el repunte de agresiones que sufren los sanitarios en su trabajo, solo hasta junio de 2023 se produjeron en la provincia jiennense 69 agresiones, según la encuesta sobre agresiones a enfermeras jienenses, elaborada por el propio Colegio el año pasado. Además, existe una prevalencia de varios municipios donde se producen estos hechos, que suele coincidir con una mayor saturación en el sistema sanitario.

El pasado domingo tuvo lugar otro nuevo desagradable hecho, una enfermera de Urgencias del Hospital de Linares sufrió una agresión, a lo que el sindicato Satse y el Colegio Oficial de Enfermería de Jaén han denunciado. 

La agresión tuvo lugar durante la noche del pasado domingo, cuando la enfermera de triaje, al escuchar un golpe que provenía del mostrador de admisión, salió para ver lo que pasaba. Se encontró "a un acompañante dando golpes en la puerta de cristal de acceso, gritando e insultando". Al intentar calmar al familiar, este la "increpó" e "insultó" y "la agarró fuertemente del brazo", recibiendo "un trato denigrante e intimidatorio", según relató.

Satse condenó y lamentó la agresión, y advirtió que las medidas de prevención contra las agresiones a los profesionales "son insuficientes". Por ello, ha solicitado a la Gerencia del hospital la "presencia constante de un agente de seguridad en esa zona", cuyos profesionales también "han recogido firmas" con esa petición.

"Nosotros hemos pedido por activa y por pasiva, que aparte de un botón de pánico que hay, es que sobre todo en Urgencias haya de una forma continua y presencial, uno o dos guardias jurados, porque hay evidencias más que suficientes de que ahí es sobre todo donde se producen las agresiones", expresa Lendínez.

Los municipios con más agresiones "están perfectamente identificados"

Existen municipios donde se producen un mayor número de agresiones con respecto a otras, según indica el presidente, que expresa suelen coincidir con una mayor falta de recursos de personal y saturación, aunque evita dar el nombre de estos lugares para no enjuiciar a una población entera. "Están perfectamente identificadas, por nosotros y por el cuerpo de seguridad, son cinco o seis, donde hay una prevalencia total y absoluta. Nuestra intención es llamar a la calma", cuenta Lendínez.

Además del sufrimiento que suponen estos hechos, en muchas ocasiones lo viven en soledad, ya que no quieren que los familiares se enteren para que no intervengan. Pues las amenazas son "muchas" y en municipios más pequeños los vecinos se conocen entre sí. Según la encuesta a enfermeras jiennenses destaca la agresión verbal, con un 39,16%. Le siguen los insultos y vejaciones con un 34,63% y, respecto a las amenazas, refleja este porcentaje un 10,68%, mientras que las agresiones físicas representan un 4,53%.

Ese miedo se refleja también en las denuncias, ya que algo más de las tres cuartas partes de los agredidos, no lo denunció, un 76,70%. Solo un 10,36% lo hizo frente a la autoridad judicial o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE), cifra aún inferior que el 11,97% que lo hizo en los Servicios de Prevención de sus respectivos puestos de trabajo.

La ubicación que destaca en cuanto al espacio del centro donde se producen las agresiones son los pasillos hospitalarios, un 75,95%, seguidos de la habitación de los pacientes, un 13,92%, y a continuación las consultas, un 13,59%. Las visitas domiciliarias suponen un 3,56%.

"La agresión verbal es prácticamente a diario en las consultas y lo está sufriendo toda la atención primeria", explica el presidente del Colegio, que además, destaca el evidente incremento de estos hechos tanto a nivel provincial como autonómico. En 2023 fueron trece más las agresiones, que durante los primeros seis meses de 2022, lo que se traduce en una media de tres casos a la semana. De ellos, catorce fueron físicas (20%9, mientras que en el mismo periodo 2022 solo se registró una de este tipo.

Tres cuartas partes de las agresiones son a mujeres

Las que más sufren son las mujeres porque la mayoría del sector de enfermería lo ocupan ellas, y la huella psicológica resulta difícil de borrar. "Esa mujer a la que se le agrede siempre, que se ve agredida, que va a trabajar y que vuelve a su casa agredida. Esa mujer, hasta que no lo vea de otra manera, va a estar con miedo trabajando. Y no se va a acercar lo suficiente a un paciente como tiene que hacerlo. Con esto estamos teniendo un efecto indeseable desde la perspectiva de la humanización", cuenta Lendínez. 

Tres cuartas partes de las agresiones son mujeres, un 73,79%, distribuyéndose de forma homogénea entre los diferentes grupos que conforman el colectivo enfermero en la provincia, y donde prácticamente la mitad, concretamente un 45,31%, es mayor de 50 años y donde el grupo con más de 20 años de ejercicio profesional representan el 58,58%.

Para acabar con esta lacra el Colegio de Enfermería de Jaén alude especialmente a la dotación de mayores recursos humanos. "La mayoría de agresiones ocurren en Urgencias. Cuando alguien va a una urgencia, subjetivamente piensa que el problema que tiene es de una gravedad importante, y eso desde un punto de vista subjetivo. Quizás muchas veces estos hechos vienen motivados por esa espera". "Hay que formar al usuario de la sanidad, y decirle a veces que tienen que hacer una espera, ¿por qué? Porque hay falta de recursos humanos de profesional", expresa el presidente.

En la encuesta realizada respecto al autor del acto violento, más de la mitad de las veces, un 51,13%, es el propio usuario o paciente y un 36,57% los familiares.

"El profesional se tiene que proteger. Y no se protege físicamente con una pared, pero sí se distancia un poco. Y eso es lo peor que puede ocurrir en la sanidad. Porque necesitamos contacto y tacto. Necesitamos estar con el enfermo y tocar al enfermo", lamenta Lendínez.

Concentración en repulsa de la agresión en el Hospital San Agustín

Ante la agresión sucedida el pasado domingo se ha convocado una concentración de repulsa el jueves a en la puerta de entrada de Hospital San Agustín. "La agresión física y la intimidación grave contra profesionales sanitarios en el ejercicio de su función pública asistencial es considerada delito de atentado por los tribunales de justicia, con penas que pueden llevar a prisión", apuntó Lendínez.

Igualmente, el Colegio de Enfermeros mostró "todo su apoyo" a la enfermera agredida y ha puesto a su disposición el servicio jurídico de la institución colegial, que "funciona las 24 horas los 365 días del año, para atender este tipo de cuestiones y defender a los profesionales de la enfermería".