ROMERÍA DEL ROCÍO 2024

La hermandad del Rocío de Jaén ultima los preparativos para partir en un nuevo camino

El Rocío no tiene color ni banderas. Es un sentimiento colectivo, una manera de vivir para muchos, y un punto de encuentro entre los pueblos. Ni siquiera el contexto geográfico importa cuando se trata de venerar a la misma devoción, da igual si los rezos se recogen en plena Doñana, entre viejos acebuches o en la suave campiña del olivar. La vida de hermandad es lo que verdaderamente importa a la hora de rendir pleitesía a la Blanca Paloma, y eso bien lo saben los auténticos rocieros.

Fue en el año 1982 cuando Jaén puso su nombre a los pies de la patrona almonteña por primera vez como hermandad filial. Este sábado, tras la celebración de una misa en la Catedral, sus hermanos iniciarán un nuevo camino hacia su encuentro con las mochilas cargadas de oraciones y un sinvivir por ver a la Madre que les espera en el santuario de las marismas.

María Dolores Galán es una de las rocieras que acumula estos días volantes y sombreros en las perchas. Pero ni siquiera el ajuar de todo un camino pesa tanto como la responsabilidad de portar la medalla de Presidenta. “Me encauzo en el final de mi legislatura, el año que viene será mi sexto año ya como presidenta”. Su liderazgo al frente de esta corporación supone un auténtico quebradero de cabeza para poner en orden cada uno de los preparativos: “Estas semanas son una auténtica locura con los últimos trámites, organizando enseres y la misa de romeros”, señala.

A pesar de lo que muchos puedan pensar, su trayecto hasta la aldea almonteña requiere de todo un dispositivo de seguridad para proteger a los más de 300 peregrinos que conforman esta manifestación de fe y sus cerca de 50 carretas. “Debemos recordar que estamos a 300 kilómetros de nuestra imagen titular, lo que precisa de un dispositivo grandísimo”. De hecho, esta singular procesión hasta el coto de Doñana cuenta con la presencia de la Guardia Civil en todo momento por cada provincia que pasan.

Detalle de la pintura que ilustra el cartel de la hermandad en este 2024. Detalle de la pintura que ilustra el cartel de la hermandad en este 2024.

Detalle de la pintura que ilustra el cartel de la hermandad en este 2024. / María Rodríguez Huertas

“Tengo tres reuniones en Almonte y en donde el Plan Romero ese año nos convoque, que es el organismo que sincroniza todos los dispositivos”, apunta Galán. El protocolo de actuación en esta romería constituye uno de los mayores planes de protección que se desarrollan durante el año en todo el país, especialmente a la hora de velar por la seguridad de los peregrinos que conforman las casi 130 hermandades filiales con las que cuenta la Cofradía Matriz de Almonte. “Incluso la carreta del Simpecado lleva un dispositivo GPS para posibles incidentes”.

Ante este plantel de protección, los peregrinos del Rocío de Jaén que ponen sus oraciones en el camino cuentan con todo un orden de actividad en los cinco días que dura su marcha. “El domingo salimos para La Puebla del Río en caravana, donde tenemos la primera acampada”, explica la Hermana Mayor. Por mucho que la ignorancia pueda llegar a confundir a los más reacios a este tema, el camino hasta El Rocío supone una auténtica meditación cristiana para sus participantes. Galán tiene claro que cada uno vive su propio Rocío, pero sabe de primera mano el sentimiento que hay detrás de cada romero y su mirada perdida.

“Una jornada en sí nos levantamos a las siete con el toque del tamboril, nos unimos al Simpecado y empezamos a caminar”. La recogida de cada acampada requiere por tanto de un tiempo récord para estar listos para la acción a primera hora de la mañana. “Rezamos el rosario en cada parada, con un misterio que se enlaza con el rezo del ángelus a las doce del mediodía, cuando los Hermanos Mayores de cada año ofrecen su propio aperitivo para todos los que se acercan a su carreta”.

Los simpecados de Jaén y Baeza en una noche de camino. Los simpecados de Jaén y Baeza en una noche de camino.

Los simpecados de Jaén y Baeza en una noche de camino. / Julio A. Martín

Por las noches, con cada acampada, los romeros celebran una misa en hermandad a las once en punto. “Este año hace su primer camino con nosotros nuestro consiliario, Pedro Montesinos”, recuerda María Dolores. La presencia del sacerdote y su actividad espiritual durante todo el trayecto es un regalo que esta Hermana Mayor pone de manifiesto en su planteamiento de lo que es el camino en sí. “Es una experiencia única para los cristianos que no debe ensombrecerse por ninguna otra cuestión”.

Hermandad para todo el año

Con el triduo a su Simpecado celebrado hace apenas unos días en San Juan de la Cruz, su sede canónica, esta hermandad pone ya la mirada en Pentecostés con cierto nerviosismo. Sin embargo, su actividad el resto del año transcurre a toda máquina en una retahíla de actos de toda índole. “En enero empezamos con toda la Navidad, pues realizamos una recolección de alimentos para familias necesitadas, y el tercer fin de semana tenemos nuestra peregrinación extraordinaria al Rocío”. Este encuentro representa asimismo una de las citas más señaladas para los rocieros jiennenses, que se desplazan esos días hasta la aldea para honrar a la Virgen del Rocío en una solemne eucaristía.

“También tenemos una cena el día de los enamorados, nuestras sabatinas y convivencias en la casa de hermandad, además de los actos a los que acudimos en plena Cuaresma”, puntualiza. Cabe recordar en este sentido que su vinculación con la cofradía de la Estrella añade una continua representación en las actividades organizadas por la corporación del barrio de La Alcantarilla. En definitiva, podría decirse sin ninguna duda que El Rocío está presente en Jaén casi en la totalidad del calendario anual.

Peregrinación extraordinaria a la aldea en el mes de enero. Peregrinación extraordinaria a la aldea en el mes de enero.

Peregrinación extraordinaria a la aldea en el mes de enero. / Hermandad de Jaén

Sobre cómo vivirá este año María Dolores un nuevo camino al frente de su hermandad, prefiere confiar en la providencia de la Virgen. Eso sí, invita a los más rezagados a conocer la singularidad y el recogimiento de esta fiesta fuera de los cánones que se le han asignado injustamente. “Caminar con Jaén es muy fácil y muy bonito, es una experiencia que engancha”.

Dicen que la experiencia curte a los peregrinos en las arenas, y quizá por eso no sea descabellado pensar que la hermandad de Jaén marca ya algunas arrugas bajo su sombra. “Que cada uno viva el Rocío que necesita para su alma y para estar bien”, pide Galán en un último alegato. Y ojalá que ese sentimiento anide en cada uno de los romeros que encuentren su consuelo bajo la mirada de la Blanca Paloma.

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