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Viedma, un señor Lobo curtido en la Sierra de Segura

Jacinto Viedma, Juan Espadas y Francisco Reyes, en la campaña de últimas elecciones autonómicas. Jacinto Viedma, Juan Espadas y Francisco Reyes, en la campaña de últimas elecciones autonómicas.

Jacinto Viedma, Juan Espadas y Francisco Reyes, en la campaña de últimas elecciones autonómicas.

Escrito por

· José Manuel Serrano

Director de Jaén Hoy

Jacinto Viedma es un reputado solucionador de problemas en el PSOE y un corredor de fondo en la política y fuera de ella. Como secretario de Organización las ha visto de todos los colores en ese papel ingrato de control, activación, pacificación que requiere un rol como el suyo. La mano derecha del secretario general de los socialistas jiennenses, Francisco Reyes, desde hace más de una década, forma parte del núcleo cercano del pope del socialismo en Jaén. En él cristaliza lo que Reyes resume y presume ante la organización andaluza del “estilo Jaén”. Una mezcla de partido a partido, del enfático Simeone, “pala a pala” y una disposición a la organización sin horarios (“24/7. 24 horas, 7 días a la semana”). 

Ahora tendrá un papel preponderante en la "reconstrucción" del PSOE. El secretario general del PSOE- A, Juan Espadas, nombra a este diputado socialista por Jaén en el Parlamento andaluz y secretario de Organización en Jaén, nuevo secretario de Organización, pero en Andalucía. Distancia larga para este atleta serrano "natural" de dos pueblos, Albanchez de Mágina (nacimiento) y Segura de la Sierra (querencia). 

Viedma soluciona problemas, pero no esperen a un tarantiniano Señor Lobo, el personaje de “Pulp Fiction”, las similitudes se ciñen, que no es poco, a la sutileza en las formas, expeditivo y, sobre todo, discreto. Como en el cine, hay papeles secundarios, como el de Harvey Keitel, que son fundamentales, aunque anden por debajo de las tramas principales. En cuanto a su discreción es marca de la casa. El senador socialista José Latorre comenzó a trabajar, codo con codo con él, allá por 2015 para renovar las listas al Parlamento andaluz. Del compañerismo se fraguó una amistad duradera y esta sentencia: “El secreto más grande cuéntaselo a Jacinto. Su discreción llega a límites insospechados”, destaca el político arjonero, que matiza que no es una de las cualidades que adornan a la clase política actual. Toda una garantía para que determinados asuntos internos lleguen a buen puerto. Cuestión de códigos.  

De primeras destaca la seriedad de su semblante, pero rota la primera barrera, los que lo conocen hablan de un fino e irónico sentido del humor y de una bonhomía a prueba de bombas. De su papel de fontanero destacan su profundo conocimiento de la normativa del partido, más en serio que en broma lo definen como el “guardián de las esencias”. Este saber enciclopédico se percibe en el manejo de la letra pequeña de plazos, incompatibilidades y, en definitiva, denota un aprecio a la rigurosidad que también es apreciada en el ámbito andaluz. 

Su entrada a la política de manera militante se produce tras “aterrizar” en ese paraíso cercano que es la Sierra de Segura, que cinceló y de qué forma su perfil humano. Llegaba como maestro de adultos de Serón, en Almería, en la comarca del Valle del Almanzora. Si el municipio almeriense tiene numerosas pedanías, en Segura de la Sierra acabó de terminar un “máster” en población diseminada. En calidad de profesor de adultos se pateó la sierra y su implicación con el material humano de la zona le granjeó el favor y cariño de los adultos con los que trabajaba. Era la década de los 80 y, junto a otros profesionales, fueron pioneros en darles oportunidades educativas a personas que lo habían tenido muy difícil. “Hay que tener en cuenta que eran segureños que habían venido al valle desde las altas sierras, en aldeas de muy difícil acceso, y donde la educación había brillado por su ausencia”, explica Manuel Cerdán, ex alcalde de Segura de la Sierra, compañero de fatigas políticas y de tiza como profesor de adultos. Cerdán le abrió la puerta a la política en el Ayuntamiento, en tareas ya de organización y como primer teniente de alcalde. Hicieron una buena dupla y cuando Cerdán terminó su etapa como alcalde, fue una sucesión tranquila que coronó al “discípulo” como alcalde de Segura de la Sierra, entre los años 2007 y 2012, donde también fue concejal de Educación y Cultura en legislaturas precedentes.  

Gran conocedor de la sierra no perdona salir a correr por El Ojuelo, las Lomillas, El Robledo, en las inmediaciones de El Yelmo. Una vez despejado el cuerpo, queda el gratificante desayuno serrano para reponer fuerzas. Esa es su particular receta contra el estrés. "Es un serrano total", lo define Esperanza Chinchilla que le sucedió en el "marrón" de ser alcaldesa tras su paso. "Es un defensor a ultranza de lo rural, su capacidad para tratar con la gente de aquí le ha servido para su cargo de secretario de organización", añade. Su sucesora en el Ayuntamiento destaca, de igual forma, su capacidad de aguante y, al tiempo, el saber poner a cada uno en su sito. 

Cerdán resume que los valores de izquierdas los traía de serie y quizá el contacto con la dura realidad de la sierra sirvió de acicate para dar el paso a la militancia. Afirma que conectaron rápido y destaca su fiabilidad en el amplio sentido del término. Una conexión que dejó encarrilados pequeños grandes éxitos de gestión como la proclamación de Conjunto Histórico para el municipio. 

Sus debilidades tienen nombre de mujer, sus dos hijas y Teresa son el capital humano del que se siente más orgulloso. Ahora con más responsabilidades tendrá que seguir caminando por el alambre para conciliar, aunque tenga que dejar los libros a la mitad por mucho que vayan de “Un tal González” y los escriba Sergio Molino.  

Cuando se pierda, no lo encontrarán por la costa, tendrán que viajar tierra adentro, para seguirle las huellas por la Sierra de Segura. “El sitio donde más feliz está”. Lógico, cabría añadir.  

 

 

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