Agustín Garzón, el jiennense que construye a escala los monumentos de Jaén: "Se ha perdido mucho patrimonio"
SOCIEDAD
Su último reto consiste en recrear en miniatura el retablo del Camarín de Jesús, una obra que pretende alojar una réplica de la venerada imagen del Abuelo
Las maquetas del jiennense Luis Barbero tendrán por fin su espacio permanente en los Baños Árabes

Jaén/Suele estar detrás de la lente en una afición que cultiva con absoluta pasión. Sin embargo, este jiennense saca tiempo para otras muchas cosas más: se define como un investigador en arquitectura, diseñador de interiores, muebles y maquetas, además de un completo enamorado de su tierra. Sus libros son una memoria rescatada del patrimonio perdido en Jaén, una consulta bibliográfica que incluso ha servido de referencia para otros artistas locales como el carpintero Luis Barbero, tristemente fallecido hace unos meses.
Hablar de Agustín Garzón es aludir a su inefable habilidad para construir maquetas con toda clase de materiales. "Desde siempre las he hecho por gusto", cuenta, "aunque ahora cuento con algunos encargos que hacen de este trabajo algo más profesional". Una de sus primeras obras a escala fue la Sagrada Familia de Barcelona, un reto que supuso un antes y un después en ese catálogo de edificios que ha estudiado a fondo. "Hoy está expuesta para su visita en la casa Ronald McDonald".
Tras comprobar que el resultado podía ser más que satisfactorio, Garzón no dudó en lanzarse de lleno con los monumentos de su tierra, en concreto con todas las iglesias de la capital. "La catedral de Jaén en el año 2009 fue, sin duda, la más complicada", sostiene. Esta, junto con la recreación del cerro de Santa Catalina y su castillo, son todavía dos de sus obras predilectas. "Entre 2009 y 2015 realicé numerosas exposiciones con mis maquetas en plastilina: se llamaba 'Jaén en plastilina'".
De su amplia colección destaca un retablo de dos metros y medio para un Cristo que adquirió en un anticuario. Pero no es esa su obra más creativa, pues en 2019 fue capaz de levantar una ficticia Abadía de San Agustín. "No existe en realidad, aunque tomé muchas ideas procedentes de otras iglesias o monumentos relativamente conocidos". Así, esta construcción de evidente carácter gótico pone en relieve sus facultades.

El Camarín de Jesús en miniatura
No hay reto que se le resista a este constructor a escala. Para su labor, de hecho, Garzón cuenta con la ventaja de sus propias aficiones: "Realizo fotografías de los monumentos y después las voy reduciendo con el ordenador", explica. Su faceta como investigador contribuye igualmente a la fidelidad de cada miniatura, pues afirma haber estado en muchos archivos históricos de Jaén "para extraer la planimetría de cada edificio".
Su último trabajo llega después de adquirir una pequeña réplica del Cristo de las Aguas, titular de la hermandad de la Sagrada Lanzada, para el que precisamente realizó un retablo barroco. Ahora, con la próxima adquisición de una reproducción de Nuestro Padre Jesús, ha decidido ponerse manos a la obra para recrear paso a paso cada detalle de este lugar donde recibe culto la imagen más venerada de la ciudad. "Todas las piezas del retablo están hechas en cartón pluma o escayola y las voy uniendo y ensamblando poco a poco".

Mientras comparte alguna que otra imagen de su progreso a través de las redes sociales, ya baraja futuros proyectos. "El año que viene me gustaría exponer los retablos en el Hotel Xauen para darlos a conocer". Antes de que eso ocurra no duda en lamentar una realidad: "Se ha perdido muchísimo patrimonio en Jaén y sigue ocurriendo". Y al menos, con su tarea, esa pérdida se antoja más palpable.
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