El Albaicín abandonado de Jaén: “En cualquier ciudad todas estas calles están muy valoradas”

Los habitantes de esta zona histórica de la ciudad demandan mejores servicios a las administraciones y más civismo a sus vecinos

Así se encuentra el barrio de San Juan, el 'Albaicín' olvidado de Jaén, en imágenes

Testimonios de comerciantes del barrio de San Juan / Esther Garrido y Jesús Mudarra

El Albaicín de Granada, la Antequeruela de Toledo o los alrededores de la Mezquita de Córdoba. Son los tres ejemplos de cómo hay ciudades que encuentran en sus barrios más antiguos, en su casco histórico, uno de los mejores atractivos que ofrecer a sus visitantes. El legado islámico de estas urbes regala un complejo entramado de calles sinuosas, hechas para huir del calor, en el que los tejados amenazan con tocarse y donde brotan los alojamientos turísticos de aquellos que buscan pasar unos días en el corazón de la ciudad.

Un recurso turístico y estético que no es sencillo de mantener, pues la dificultad de acceso a muchos de los callejones convierte en un verdadero quebradero de cabeza para las administraciones el prestar en estas zonas los servicios públicos que todo ciudadano merece. La recompensa bien vale la pena, con lugares espectaculares que dotan de personalidad a sus ciudades.

Y Jaén tiene su ‘Albaicín’. La capital cuenta con un barrio arropado por el cerro de Santa Catalina, en su parte más escarpada, desde donde hay unas vistas inmejorables del resto de la ciudad. Por desgracia, para poder apreciarlas hay que hacerlo acompañado de calles completamente sucias, con basura acumulada en muchas de sus esquinas y vecindarios salpicados de casas semiderruidas, devoradas por la vegetación, y otras tapiadas para evitar la ocupación ilegal.

Hablamos del barrio de San Juan, una zona de contrastes entre la calle Martínez Molina, la única comercial, que lo atraviesa desde casi la Catedral hasta los Baños Árabes; y las estrechas callejuelas que se distribuyen por encima y por debajo de ella. En Martínez Molina tiene desde hace seis años su academia de arte Paco Carrillo, quien explica la situación de esta zona de la ciudad para Jaén Hoy.

“El barrio crece lentamente pero a la vez decrece. La población que lo sustenta se hace cada vez mayor y viene menos gente joven. Hay deudas con la sociedad de accesos o limpieza”, empieza en su alegato el pintor. Señala además el problema de la vivienda como uno de los males de San Juan, y desestigmatiza a los ocupas. “Hay casas en las que vivía gente mayor y se abandonaron y ahora las ocupa gente con poder adquisitivo muy bajo, por no decir rayando en la pobreza. No es la mayoría y son ocupas en el buen sentido, pues están haciendo un servicio a casas que de otra manera se derrumbarían. Pagan su luz, su agua y hacen lo que tengan que hacer con las casas”, defiende Carrillo.

Basura en las calles

Uno de los problemas más acuciantes en el barrio es el de la suciedad y la basura en algunas de sus calles y ante esto el pintor cree que los habitantes del barrio deben hacer más. “La basura la genera el propio vecino. No viene un señor del Gran Eje ni de la avenida de Madrid a dejarnos aquí la basura a nosotros. Ni nadie de La Glorieta a comerse las pipas en nuestros bordillos. En muchos casos es el propio vecino el que no cuida de sus calles. Yo veo a algunos sacar la basura por la mañana, el barrio debe mejorar por sus habitantes”, sentencia opinando que las administraciones “hacen bastante”.

No es ese, sin embargo, el sentir de Mari Carmen Vico, propietaria de la tienda La Canaria, y residente en el barrio de San Juan durante toda su vida. “Las instituciones nos tienen abandonados, pero todas. En vez de evolucionar, hemos ido para abajo”, asevera esta comerciante que además rompe una lanza en favor de la mayoría de los vecinos: “Aquí somos mucho más ordenados de lo que la gente se piensa, todavía barremos y fregamos nuestras puertas, cosa que en muchos sitios ya no se hace”.

Un encanto oculto

Señala los muchos solares abandonados como uno de los principales problemas del barrio y lamenta que todo esto impida apreciar el encanto que de por sí tienen sus arterias. “En cualquier ciudad todas estas calles están muy valoradas. Porque hay cosas muy bonitas, muy escondidas pero que se enseñan, porque para eso están los guías que están encantados de hacer ese tipo de visitas”, apuntala Mari Carmen Vico.

También demanda para el barrio en el que ha pasado toda su vida Juan Carlos López, propietario de la droguería Los Rosales, contenedores de cartón para los comerciantes. “No tenemos y tenemos que dejarlo fuera y cuando pasan las visitas para los Baños Árabes está feo. No puedo guardarlos porque no tengo sitio”, argumenta sobre una problemática compartida con más negocios de la zona.

Pero para López, el principal problema del barrio reside en la dificultad que tienen los jóvenes para acceder a una vivienda. “Hay muchos solares vacíos que deberían usarse para construir viviendas. Si hubiera viviendas asequibles para la gente joven, esto le daría mucho al barrio. Si la gente joven apuesta por otras zonas de la ciudad y no por el casco histórico, al final se va despoblando el barrio”, puntualiza este comerciante que añade los problemas de su vecindario la velocidad a la que circulan los coches y las motos por la calle Martínez Molina.

Le da la razón en este punto Antonio Vico, hostelero del bar Los Canarios, que lleva viviendo en San Juan desde que nació. “Hacen falta unas cuantas bandas sonoras. La gente pasa muy rápido, sobre todo por la noche. La Policía Local también debería vigilarlo, porque es importante”, añade en declaraciones a esta Redacción.

Sea por la inacción de las distintas administraciones o por la falta de civismo de algunos vecinos lo cierto es que Jaén posee un ‘Albaicín’ cuyo potencial vive en el más absoluto de los ostracismos.

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