Alberto Alameda, el arte de ocho generaciones de alfareros que mantiene viva la tradición cerámica de Úbeda

La historia de la alfarería en Úbeda no puede entenderse sin el apellido Alameda. Desde el siglo XVIII, esta familia ha mantenido encendida la llama de un oficio que es, al mismo tiempo, arte, historia y forma de vida. Alberto Alameda Sevilla, heredero de una saga que se remonta a 1754, representa hoy la octava generación de alfareros que han modelado con sus manos la identidad cerámica de la ciudad patrimonial. Su trabajo, su dedicación y su compromiso con la tradición le han valido ser reconocido como maestro artesano por la Junta de Andalucía, una distinción oficial que acredita la excelencia profesional y el dominio pleno de un oficio transmitido de generación en generación.

La delegada territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Ana Mata, ha visitado recientemente su taller en Úbeda para conocer de cerca su labor artesanal, acompañada por la concejala Teresa Torres. Durante el encuentro, Mata destacó la relevancia de Alameda dentro del panorama artesano provincial, recordando que Jaén cuenta con 16 maestros artesanos, de los cuales 13 pertenecen a Úbeda, lo que supone el 81,25 % del total. “Esta ciudad sobresale en el ámbito artesanal, no solo por la calidad de sus creadores, sino también por la capacidad de mantener vivas técnicas ancestrales”, señaló la delegada.

El taller Cerámica Alameda S.L., que Alberto comparte con su hermano Francisco Miguel, también artesano reconocido, es un espacio donde el tiempo se detiene entre hornos, arcillas y esmaltes. Desde sus orígenes, este alfar se ha caracterizado por conjugar tradición e innovación, manteniendo la esencia de las técnicas más antiguas al mismo tiempo que exploran nuevos caminos creativos.

Entre las especialidades que cultivan, destacan las cocciones reductoras de reflejos metálicos hispano-árabes, una técnica del siglo IX que se realizaba en su propio taller familiar, aunque había desaparecido de Úbeda. También dominan el rakú, un método oriental del siglo XVI que su padre comenzó a practicar hace más de cuarenta años, y han recuperado la cerámica estannífera, perdida en la localidad desde hace tres siglos. A estas se suma la cuerda seca, técnica de origen andalusí del siglo X, con la que logran piezas de una gran riqueza cromática y decorativa.

Cada creación que sale del taller Alameda es fruto de la investigación constante, del ensayo y error, del deseo de innovar sin traicionar la raíz del oficio. “Siempre estamos experimentando con acabados, diseños y nuevos esmaltes”, afirma el propio maestro. De este proceso nacen piezas únicas, en las que la tradición dialoga con la modernidad y la creatividad se une a la precisión técnica.

En Cerámica Alameda se elabora un extenso catálogo de productos, desde las clásicas piezas ornamentales hasta trabajos para la construcción, como tejas, azulejos, remates de tejados, apliques para fachadas o murales. Además, el taller realiza encargos personalizados y colabora en proyectos de imaginería, cartelería o restauración de patrimonio, adaptándose a las necesidades de cada cliente sin perder su sello artesanal.

Pero el compromiso de Alberto Alameda va más allá del torno y el horno. Su familia ha estado siempre implicada en la defensa del sector y en la promoción del trabajo colectivo. Son miembros históricos de la Asociación de Artesanos de Úbeda, de la que forman parte desde su fundación hace más de cuatro décadas, impulsando la unión del gremio y la visibilidad de un oficio que forma parte del ADN cultural de la ciudad.

La importancia de la artesanía en Jaén

Durante su visita, Ana Mata quiso poner en valor la importancia del sector artesano para la economía, el empleo, la historia, la cultura y el turismo de los municipios jiennenses. Subrayó que la provincia de Jaén cuenta actualmente con 121 inscripciones en el Registro Oficial de Artesanos, que garantiza la autenticidad y la calidad de las piezas elaboradas de manera manual: 105 artesanos individuales, 14 empresas artesanales y 2 asociaciones, una en Úbeda y otra en Andújar. Además, existen 11 talleres reconocidos como Puntos de Interés Artesanal (PIA), y la provincia dispone de una Zona de Interés Artesanal, precisamente en Úbeda, un reconocimiento que refuerza su liderazgo en el sector.

Con cada obra que sale de sus manos, Alberto Alameda demuestra que la artesanía no es un oficio del pasado, sino un lenguaje vivo que evoluciona sin perder su raíz. Su taller es testimonio de cómo la sabiduría heredada y la innovación pueden convivir armónicamente, manteniendo viva la llama de un arte que ha acompañado a Úbeda durante más de dos siglos y medio.