El año tras la moción de censura para el PP de Agustín González
Hace 365 días, el alcalde de Jaén vivía las navidades sabiendo que su tiempo en el cargo se acababa
Cinco nuevas caras para Jaén Merece Más en la capital
Se presentan estas como unas navidades mucho más tranquilas para Agustín González, líder del Partido Popular en la ciudad de Jaén, de lo que lo fueron las últimas. Hace un año la capital convulsionaba políticamente después de que el pacto de gobierno firmado entre el PP y Jaén Merece Más tras las elecciones municipales de 2023, el famoso ‘Acuerdo por Jaén’, saltase por los aires. El partido provincialista justificó su decisión en dos aspectos básicos: un incumplimiento reiterado de los compromisos adquiridos por la Junta de Andalucía y un trato inadecuado por parte de los ediles del PP.
Se enteró de todo esto el por entonces alcalde de la decisión de JMM por una llamada en una mañana que debía haber sido de felicidad personal para él: presentaba la carrera de San Antón, algo que para un jiennense y deportista como él suponía un orgullo doble. Iba de camino al acto cuando Luis García (JMM) le confirmó por teléfono que el revuelo que había visto hacía unos minutos, en compañía del consejero José Antonio Nieto, se debía a que los concejales del PSOE y Jaén Merece Más habían puesto su rúbrica a su fin como alcalde.
No hubo margen de maniobra, a pesar de que el presidente provincial del PP, Erik Domínguez, llegó a decir que hasta el último momento tratarían de evitar la ruptura, finalmente González retiró las competencias a los concejales de Jaén Merece Más y acabó celebrando la Navidad sabiendo que vivía sus últimos días como alcalde.
En la oposición
Se hizo efectiva su salida del poder el 2 de enero, con un pleno de transición marcado por la cordialidad después de semanas de acusaciones cruzadas y tensión política. Aseguró Agustín González entonces que permanecería en la oposición, que se quedaría en Jaén, y, aunque pocos le dieron credibilidad a aquellas palabras, el tiempo ha acabado dándole la razón. Claro está que de por medio apareció su oportunidad para un puesto en Sevilla, algo que acabó descartando.
Así, le está tocando ver desde la barrera el desarrollo del PGOM que comenzó con él al frente del Ayuntamiento, la aprobación de unos presupuestos que su equipo no fue capaz de sacar adelante (oponiéndose ahora a una subida de impuestos que él mismo impulsó obligado por Hacienda) o cómo su proyecto soñado, de un centro de ocio para la actual Estación de Autobuses, queda en agua de borrajas.
También le ha tocado asimilar que ya no será el alcalde de Jaén cuando el tranvía transporte pasajeros por primera vez. Todo ello con la incógnita de saber si seguirá al frente del proyecto de cara al próximo ciclo electoral o si, por el contrario, acaba encontrando acomodo en algún puesto de gestión, faceta que siempre ha defendido como más suya que la política.
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