La Feria de San Lucas ya está vestida de fiesta lista para arrancar: “Será increíble, vamos a hacer algo que nunca se ha hecho”

Caseteros y feriantes dejan a punto el recinto ferial con semanas a sus espaldas de mucho trabajo y preparativos

Así avanza el montaje de la feria de San Lucas, en imágenes

Feriantes ya están listos para la Feria de San Lucas 2025.

En unos días donde solo se escuchará la música y algarabía, los días previos son muy diferentes, en el recinto ferial de San Lucas, el sudor y trabajo está detrás para que todos los jiennenses y foráneos puedan disfrutar de unos días festivos. La otra cara de la feria se impone, ahora solo se oye el pasar de camiones, los hierros, sonidos de taladros, algunas voces agobiadas y el ajetreo de bebidas y neveras.

Entre cables, cuentas y el ir y venir de operarios se encuentra, Cándida Zafra, presidenta de la Asociación Amigos de los Viernes, que supervisa cada detalle de la caseta más veterana del recinto. Sonríe, aunque el cansancio se nota. “Llevamos 41 años ya con esta, hemos visto muchas ferias pasar. Somos un grupo de amigos que nos constituimos porque estábamos celebrando un aniversario de bodas, quedábamos cada viernes y pensamos en constituirnos y hacer nuestra primera caseta. Empezamos en enero a solicitar los permisos al Ayuntamiento, ahí ya empieza nuestra feria. Antes hacíamos la comida que vivíamos todo y era más casero, ahora venimos a la feria, ahora lo tenemos todo planteado y venimos a disfrutar no a trabajar. Lo que más me gusta es la convivencia porque venimos todos los días y nos reencontramos con amigos”.

A unos metros, los operarios descargan palés, colocan barras y prueban luces. En un cielo que se antoja cada vez más nuboso y que para la noche del viernes promete un cielo despejado, el ritmo no se detiene para esa inauguración. Ángel Utrera, responsable de montaje y catering, hace una pausa para secarse el sudor y explica que detrás de cada farol hay muchas horas de burocracia y organización. “Lo más difícil es organizar y el papeleo que cada vez nos exigen más cosas. La feria de San Lucas está dando un giro, llevamos una década y media aquí y la cocina se valora más, es tradicional y moderna, cada vez exigen más calidad y eso es bueno para Jaén y para todo el mundo. Para mí, que recorremos diferentes feria, esta es distinta a otras porque es más familiar. Aquí hemos dado con buena gente siempre, hemos hecho amistades”, asegura, mientras prepara los tickets junto a su compañero.

Así avanza el montaje de la feria de San Lucas / Esther Garrido

Crecer entre ferias

En otro extremo del recinto, María Ángeles, monta su clásico puesto de patatas asadas. Es uno de esos negocios de toda la vida, de los que han pasado de padres a hijos. Es de Torredelcampo y lleva viniendo toda su vida a Jaén, prácticamente desde que nació. Su padre lo dejó pero ella decidió retomarlo. "Volví porque encanta. En estos últimos años ha cambiado un poco la feria, las ventas han bajado mucho, pero nosotros traemos siempre nuestra mayor ilusión. Aquí el día a día es trabajar y dormir lo que podemos en la caravana, dormimos de día y por la noche trabajamos”, cuenta tras terminar de bajar del camión los últimos preparativos.

En la parte favorita del ferial de los más pequeños, José García, feriante sevillano, ajusta los últimos cables de una atracción infantil. Es la tercera generación y viene de recorrer toda Andalucía y acaban, como cada año, en Jaén. "La Feria de Jaén se vive aquí más de día, hay otros sitios que se vive más de noche, es más familiar, vienen los padres, abuelos y niños. Un día a día aquí es echar muchas horas de trabajo, nos levantamos, limpiamos, hacemos mantenimiento y después empezar a funcionar. Lo más duro de nuestro trabajo es las horas sin dormir, muchos kilómetros de carretera y estar lejos de casa”, explica.

Al otro extremo, los montadores de la caseta de Pelycrim ajustan luces y carteles. Allí trabaja Lucía Sales, que como muchos de sus compañeros se ha criado entre ferias. “Llevamos viniendo aquí toda la vida. Yo me he criado viviendo aquí a la Feria de Jaén. Solemos empezar mínimo con cuatro o cinco días, nosotros venimos de otra feria, de Tarifa, nos vamos recorriendo casi todas las ferias de Andalucía. La feria de Jaén se diferencia por lo familiar que es, aunque también lo larga que es, que dura diez días, también nos llama la atención que la gente está acostumbrada a venir aun sabiendo que los niños tienen colegio”, dice mientras se escuchan de fondo las pruebas de sonido de una atracción cercana.

Así avanza el montaje de la feria de San Lucas / Esther Garrido

"Hemos conseguido estar arriba tras 20 años"

La caseta de los Bomberos vive un ajetreo especial este año. Celebran su vigésimo aniversario y el equipo se reparte entre cables, carteles y barras. Juan José Martínez lo cuenta con orgullo: “Llevamos 20 años, es nuestro veinte aniversario. La organización de la caseta se prepara con dos meses de antelación, luego el montaje como tal si son diez días antes y lo hacemos todo nosotros a mano desde el principio hasta el final desde hace 20 años. Tenemos mucha ilusión este año, hemos conseguido estar arriba a pesar de todo el tiempo que ha pasado”.

Su compañero Pascual Martínez añade, entre risas y prisas: “Esto está siendo una auténtica locura, vamos a hacer algo que nunca se ha hecho aquí, vamos a llenar la zona VIP como si fuera un concierto de Karol G, la zona abajo la hemos cargado un poco más iluminación y sonido. Tenemos muchos espectáculos diferentes y con 12 DJs de todo el panorama nacional”.

Así avanza el montaje de la feria de San Lucas / Esther Garrido

A su alrededor, la música de prueba ya empieza a llenar el aire, anticipando lo que será una de las noches más esperadas del recinto, la inauguración de San Lucas. En el otro extremo del ferial, los focos se alinean sobre una estructura metálica recién terminada. Allí trabaja Salad, llegado desde Valencia, que remata el montaje mientras un cielo cubierto casi avecina tormenta. “Empezamos a preparar esto con cuatro días de antelación, somos de Valencia y venimos hasta Andalucía. Lo más difícil de esta preparación es el montaje. Nuestro día a día es de dormir pocas horas, trabajando todo el día, a las 9 estamos en pie y por la noche hasta que cierre”, comenta, con las manos llenas de callos y una sonrisa que apenas disimula el cansancio.

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