Bailén celebra sus fiestas en honor a la Batalla de 1808

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La ciudad rememora su gesta histórica con desfiles militares, homenajes, música y la procesión de su patrona, la Virgen de Zocueca

La feria y fiestas conmemorativas de la Batalla de Bailén, en imágenes

Recibimiento de los soldados en la feria y fiestas conmemorativas de la Batalla de Bailén / Esther Garrido
Judit Laguna

Bailén, 21 de julio 2025 - 10:44

Bailén se sumerge cada mes de julio en un viaje al corazón de su historia. Las calles, las plazas y los rincones de la ciudad se convierten en un escenario vivo donde el recuerdo de la Batalla de 1808 se renueva año tras año. Las Fiestas Conmemorativas por el 217 aniversario de la gesta histórica no son solo un homenaje al pasado, sino una manifestación del orgullo, la tradición y la identidad de un pueblo que mantiene intacto el vínculo con sus raíces.

El fin de semana festivo comenzó con uno de los actos más esperados y simbólicos: la llegada de la Brigada Guzmán el Bueno X. El eco de los tambores y las marchas militares anunció la entrada de los soldados, que desfilaron desde la Estación de Autobuses hasta la Plaza de la Constitución. A cada paso, los aplausos de los bailenenses y visitantes formaron un acompañamiento sincero y emocionado hasta su llegada al ayuntamiento, donde se encontraron con la Corporación Municipal.

El recibimiento oficial estuvo presidido por el alcalde, Luis Mariano Camacho. En formación, el capitán del Escuadrón de Honores, Ricardo Madero, protagonizó uno de los momentos más solemnes al solicitar permiso para la entrada de la Bandera de España en la sede municipal. Este gesto, cargado de respeto y simbolismo, marca cada año el inicio de las celebraciones oficiales y recuerda el compromiso de Bailén con su memoria histórica. En esta línea, Camacho recordó la estrecha relación que siempre ha existido entre el municipio y las tropas: “Antiguamente, cuando el Ayuntamiento no podía dar alojamiento a los soldados, se quedaban en las casas de los vecinos".

Tras el acto protocolario, la ciudad se entregó a la fiesta en el Paseo de las Palmeras, donde la música, la alegría popular y las actividades lúdicas prolongaron la jornada en un ambiente distendido y familiar. Las terrazas se llenaron, las calles vibraron con el bullicio y las conversaciones se mezclaron con los acordes de las charangas y las melodías populares.

La conmemoración no se limita al desfile ni al ambiente festivo. En el corazón de las celebraciones late un profundo respeto por la historia y por quienes ofrecieron su vida en la defensa de la libertad. El acto cívico en homenaje a los caídos se ha consolidado como uno de los momentos más emotivos del programa. En él, autoridades, asociaciones y ciudadanos rinden tributo a los héroes de 1808 con ofrendas florales, las palabras de recuerdo y el recogimiento compartido.

En el tramo final, la devoción cobra protagonismo con la salida procesional de la Virgen de Zocueca, patrona de Bailén. La imagen recorre las calles al atardecer, acompañada por la luz de las velas y el fervor de los fieles. Los fuegos artificiales iluminan el cielo mientras el paso avanza, lo que crea un ambiente de emoción y recogimiento. La alcaldesa perpetua, que representa el corazón espiritual de la ciudad, es escoltada por los soldados y las autoridades, en una estampa que combina la fe, la tradición y el homenaje.

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