Cae en Jaén una banda dedicada al contrabando de objetos arqueológicos expoliados

La Policía Nacional desmanteló una red criminal dedicada a la venta ilegal de objetos arqueológicos expoliados, con ramificaciones en Córdoba, Sevilla y especialmente en Linares, donde operaban dos de los principales implicados. En el operativo, las autoridades detuvieron a siete personas e intervinieron más de 3.000 piezas arqueológicas, 73 monedas de plata y 37.625 euros en efectivo.

La investigación, iniciada en marzo de 2023, reveló que una empresa de numismática (para coleccionistas de monedas) con sede en Mairena del Aljarafe (Sevilla) comercializó cientos de objetos de origen arqueológico a través de plataformas online. Muchas de estas piezas conservaban restos de tierra, lo que indicó su extracción reciente y, por tanto, su procedencia de yacimientos no autorizados.

Las investigaciones policiales permitieron descubrir que parte del material fue distribuido desde Linares, donde dos de los miembros de la red recibían envíos con objetos arqueológicos para revenderlos en subastas privadas a través de redes sociales y páginas web. Uno de ellos incluso usó detectores de metales para extraer directamente piezas de yacimientos aún no catalogados.

Un botín de medio millón

El grupo criminal exportó parte de los objetos a países como Estados Unidos, Australia, Francia, Alemania, Italia o Japón sin contar con las preceptivas autorizaciones del Ministerio de Cultura, lo que constituye un delito de contrabando. Las ventas superaron el medio millón de euros en cinco años.

Durante los registros simultáneos realizados en Linares, Lucena y Mairena del Aljarafe, los agentes intervinieron monedas antiguas, fíbulas, puntas de flecha, figuras de bronce, una jarra de vidrio romana sin limpiar y fragmentos de inscripciones, además de dispositivos electrónicos y documentación.

Las piezas fueron depositadas en el Museo Arqueológico de Sevilla, donde los técnicos confirmaron su carácter patrimonial. El análisis estableció que los objetos procedían de un expolio sistemático y algunos conservaban tal grado de integridad que sólo pudieron haber sido extraídos de yacimientos cerrados aún no descubiertos oficialmente.

Los detenidos cometieron presuntamente delitos de pertenencia a grupo criminal, contra el patrimonio histórico, blanqueo de capitales y contrabando. La operación, en la que participaron arqueólogos de la Junta de Andalucía, puso fin a una trama organizada que durante años lucró con la venta de bienes culturales expoliados del subsuelo español.