La caza de la perdiz con reclamo de Jaén se convierte en Bien de Interés Cultural: "Es una satisfacción después de muchos años de trabajo"

El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (Cgpha), a instancias de la Consejería de Cultura y Deporte, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la caza de la perdiz con reclamo en Andalucía, una práctica que se remonta a la época medieval y que destaca por sus valores patrimoniales inmateriales vinculados al conocimiento de la naturaleza transmitidos de generación en generación por el amplio grupo de cazadoras que la mantiene viva.

El desarrollo de esta actividad, que se inscribe bajo la figura de mayor protección, implica un proceso de aprendizaje y la adquisición cultural de habilidades que se manifiestan en el saber hacer, en códigos específicos de conducta, en una simbología propia y el desarrollo de un léxico particular.

Según Juan Antonio Herrera, delegado en Jaén de la Federación Andaluza de Caza, alcanzar este reconocimiento ha requerido un esfuerzo continuado: “Ha sido un trabajo muy importante, recopilando documentación, bibliografía, el trabajo de antropólogos y reuniendo a un colectivo muy amplio para explicar su argot, nomenclatura, tradiciones y dialecto”.

Esta modalidad cinegética se estructura en torno a un doble eje de espacio y tiempo. El espacio comprende tanto la casa del cazador como los cotos donde se desarrollan los lances, mientras que el tiempo se reparte entre el periodo de caza y los cuidados continuados de los perdigones enjaulados que servirán de reclamo. La práctica requiere un profundo conocimiento del ecosistema, la orografía y el comportamiento de las perdices, así como habilidades artesanales vinculadas a la fabricación de jaulas y equipamiento, que involucran a herreros, carpinteros y otros artesanos locales.

Esta actividad se desarrolla con el macho de perdiz enjaulado, adiestrado por su contacto con el reclamista y las perdices silvestres que, movidas por el instinto de su ciclo biológico, acuden a la provocación. La elección del sitio de la plaza y la distancia y orientación del puesto son decisiones claves para resultado final de la jornada y por eso se apoyan en un conocimiento previo del ecosistema, de la orografía y de la observación del comportamiento de las perdices de la zona.

Cazadores celebran el reconocimiento

Herrera destacó la labor realizada durante años para conseguir este logro para el mundo de la caza. "Estamos muy contentos porque así damos un gran reconocimiento a esta modalidad y al colectivo de cuquilleros, sobre todo aquí en Jaén”, explicó.

El responsable expresó que la caza de la perdiz con reclamo está muy extendida en toda la provincia. “Se practica prácticamente en toda Jaén, incluyendo Sierra Morena, Cazorla, Sierra Mágina y el Valle del Guadalquivir”, comentó. Se trata de una modalidad “muy tranquila y muy técnica, donde hay que conocer al pájaro y dispararle en el momento oportuno, cuando el pájaro de reclamo responde a su estímulo”.

Gran parte de los cazadores heredan esta pasión de padres y abuelos, manteniendo tradiciones que se transmiten de generación en generación. Además, Herrera destacó el cuidado que reciben los pájaros: “Tratamos a nuestro pájaro como un miembro más de la familia, cuidando su alimentación, su jaula, sus terreros y sus vitaminas. Es parte de la dedicación y del respeto que esta modalidad exige”.

Asimismo, agradeció el apoyo de la Universidad de Granada, cientos de ayuntamientos y cinco diputaciones provinciales (incluida la de Jaén), así como de la Fundación Artemisam y todos los implicados desde que se impulsó este proyecto en 2022, consolidando así la protección y reconocimiento de la caza de la perdiz con reclamo como patrimonio cultural inmaterial.