Del Gran Eje a la Alameda
José Luis Marín Weil
Jamones robados
PROVINCIA
El Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén ha condenado a dos años de cárcel al guarda de un coto de caza en Sierra Mágina por la colocación de lazos ilegales con los que acabó atrapado y muerto un lince ibérico, una especie en peligro de extinción. La sentencia considera probado que el acusado actuó "con manifiesto desprecio hacia la vida y conservación de las especies de fauna silvestre".
Además de la pena de prisión, se le impone la inhabilitación durante cuatro años para ejercer cualquier actividad profesional relacionada con los animales, incluyendo el oficio de guarda de coto, así como para el ejercicio del derecho a cazar o pescar. También deberá indemnizar a la Junta de Andalucía con 60.000 euros por el valor del animal, responsabilidad de la que responderá subsidiariamente el propio coto.
Los hechos se remontan a enero de 2017, cuando el acusado colocó varios lazos de acero trenzado en distintas zonas del coto con el objetivo de capturar depredadores como zorros. Según la sentencia, estos dispositivos, prohibidos por la legislación andaluza, "no son selectivos" y su uso estaba expresamente desaconsejado por la presencia confirmada de un ejemplar de lince en la zona, de lo que había sido informado el coto por las autoridades ambientales.
Uno de los lazos acabó atrapando a un lince ibérico por la cadera, provocándole una lenta y dolorosa agonía. El ejemplar, identificado por la Consejería de Medio Ambiente y catalogado como especie en peligro de extinción, murió tras horas o incluso días de sufrimiento, según recoge el fallo judicial.
Durante la investigación, se enviaron cinco de los siete lazos localizados en el coto al laboratorio de Criminalística en Madrid, donde se hallaron restos genéticos que coincidían con el acusado. Además, agentes de Medio Ambiente señalaron que todos los lazos tenían un mismo patrón de fabricación, una especie de "firma" que indicaba que fueron colocados por una persona con experiencia, lo que refuerza la autoría directa del guarda.
El tribunal desestima los argumentos de la defensa, que aludía a un desconocimiento sobre los lazos y solicitaba que se aplicara la atenuante de dilaciones indebidas, alegando retrasos en el procedimiento. Sin embargo, la sentencia niega tal posibilidad al considerar que no ha habido paralización significativa del proceso. Para el juez, no hay duda de la implicación del acusado: “Existe una concatenación de hechos de los que la única deducción lógica que se puede extraer es que fue el acusado quien colocó el lazo que dio muerte al lince”.
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