Esta pasada Semana Santa ha vuelto a poner sobre la mesa una notable petición de los cofrades de Jaén, especialmente para los músicos. La prohibición por parte de la diócesis para interpretar marchas procesionales en el espacio litúrgico obliga a muchas formaciones musicales a relegar su actuación únicamente a la vía pública. Esto mismo fue lo que ocurrió hace unas semanas en muchos de los acompañamientos musicales de las distintas hermandades de pasión ante la avalancha de suspensiones a causa de la lluvia. Ahora, el Consejo de Bandas de la ciudad se ha unido para pedir diálogo al respecto y tratar de encontrar un acuerdo común con el Obispado.

A través de un comunicado, esta asociación formada por seis bandas y agrupaciones musicales de la capital, pide "avanzar en el entendimiento, a ser posible en una reunión" entre ambas partes. En el mismo documento hacen hincapié en que el repertorio de sus formaciones "se compone en su mayoría de adaptaciones de cantos litúrgicos y de composiciones escritas expresamente para dotar de sentido al acompañamiento de los misterios representados en la Semana Santa". Lo que no entienden los cofrades, por ejemplo, es el hecho de que esta prohibición para interpretar determinadas piezas no ocurra de igual manera cuando se trata de coros, tríos de capilla u otros conjuntos de música instrumental.

Desde el Palacio Episcopal apuntan a la preservación del patrimonio y la estructura de los templos como principal razón para llevar a cabo esta medida restrictiva. Sin embargo, esto no sucede de igual manera en otras provincias de la comunidad andaluza y fuera de ella, por lo que se trata de una decisión formulada desde la propia diócesis de Jaén. Además, la junta directiva del Consejo de Bandas señala el hecho de que sus formaciones actúen como enlace entre los jóvenes y las cofradías, "y por ende a nuestra Iglesia y a la fe en Dios y su bendita Madre".

Ya decía San Agustín que es la música quien habla cuando la palabra enmudece. De momento, los cofrades jiennenses continúan trabajando con respeto para que ese silencio de nuestros templos vuelva a rezar con las partituras de sus músicos. No obstante, en las manos de Palacio está que esto ocurra pronto o no.