El Consejo de Seguridad Nuclear pide y recomienda controlar el gas radón en 24 municipios de Jaén

Provincia

Es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y está clasificado por la Organización Mundial de la Salud como cancerígeno humano desde hace más de tres décadas

De cuando el sueño del tranvía pasó por ser un medio de cercanías para los pueblos vecinos de Jaén

Recomendaciones sobre mediciones de Radón por municipios / Dpto de infografía. Fuente: Consejo de Seguridad Nacional

El riesgo sanitario del gas radón comenzó a estudiarse seriamente a mediados del siglo XX, sobre todo a raíz de casos de mineros expuestos en Europa Central y Estados Unidos con cáncer de pulmón. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo clasificó como cancerígeno humano en 1988. En España, los estudios científicos se iniciaron de manera más sistemática en las décadas de 1980 y 1990, especialmente en áreas con geología propensa como Galicia, Castilla y León y algunas zonas del sur peninsular y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) comenzó a desarrollar mapas de exposición y estudios más completos en los años 2000.

Sin embargo, no ha sido hasta los últimos años cuando se ha definido áreas más específicas sobre los lugares de afectación. Recientemente, el CSN dentro del Plan Nacional contra el Radón ha elaborado el mapa oficial de potencial de radón y ha entrado en vigor la Instrucción IS-47 del CSN, que identifica por primera vez los municipios con medición obligatoria.

Jaén es una de las provincias que se sitúa en la lupa de las autoridades sanitarias y nucleares por su potencial de presencia de gas radón, una sustancia natural, invisible e inodora, pero con efectos directos sobre la salud. Este gas radiactivo, que se genera por la desintegración del uranio en suelos y rocas, ha motivado que 24 municipios jiennenses aparezcan en el nuevo listado del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) dentro del Plan Nacional contra el Radón.

Se filtra desde el subsuelo y se acumula en espacios cerrados, como viviendas, sótanos o centros de trabajo. Puede incluso estar presente en el agua. A pesar de que en exteriores suele disiparse fácilmente, en interiores puede alcanzar niveles peligrosos sin que nadie lo perciba. En España, se calcula que el radón es responsable de más de 1.500 muertes por cáncer de pulmón cada año, especialmente en personas no fumadoras. Según el mapa del potencial de radón en España, elaborado por el CSN, en Jaén se han detectado concentraciones elevadas en zonas como el norte de La Campiña, Sierra Morena, parte de El Condado y el oeste de la Sierra de Segura.

La aprobación de la Instrucción IS-47 del CSN, junto con la actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE), da por fin forma legal a una serie de obligaciones para proteger a la población trabajadora. En todas las instalaciones laborales ubicadas en municipios de Zona II, se deberá medir el radón en las zonas interiores donde haya personal, quedando excluidos únicamente los espacios al aire libre.

Los municipios de Andújar, Guarromán, Linares y Santa Elena han sido clasificados como Zona II, es decir, zonas de actuación prioritaria. Esto implica que todos los centros de trabajo cerrados, especialmente aquellos ubicados en planta baja o bajo rasante, deberán medir obligatoriamente la concentración de radón en el aire. La normativa busca reducir la exposición de los trabajadores a este gas, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco.

Además, otros 20 municipios de Jaén han sido incluidos en la denominada Zona I, donde, si bien la medición no es obligatoria, sí se recomienda por la significativa presencia potencial de radón en el subsuelo. Estos municipios son: Aldeaquemada, Arroyo del Ojanco, Baños de la Encina, Cabra del Santo Cristo, Carboneros, Chiclana de Segura, Génave, Ibros, La Puerta de Segura, Lupión, Marmolejo, Montizón, Navas de San Juan, Pozo Alcón, Puente de Génave, Santiago-Pontones, Torreblascopedro, Torres de Albánchez, Vilches y Villanueva de la Reina.

Instalaciones más expuestas

La medición deberá realizarse durante un mínimo de tres meses, preferiblemente entre octubre y mayo, o a lo largo del año completo si no hay interrupciones de actividad. Las instalaciones más expuestas incluyen oficinas, comercios, gimnasios, spas, laboratorios, aparcamientos subterráneos, e incluso espacios turísticos como cuevas y minas. Aunque los niveles tienden a disminuir en pisos más altos, también se ha detectado radón en alturas elevadas debido a factores como el uso de ciertos materiales de construcción o el conocido “efecto chimenea”.

En total, en Andalucía la medida afecta a 89 municipios (un 11 % del total) como Zona II, y 147 municipios adicionales en Zona I, lo que supone que cerca del 30 % del suelo andaluz está afectado por este riesgo invisible. Esta nueva clasificación de municipios se aprueba un año después de que entrara en vigor la obligación general de medición en zonas de riesgo. Por primera vez, el CSN ha oficializado el listado de localidades donde estas obligaciones deben cumplirse de forma estricta. La decisión se ha tomado tras un proceso de audiencia pública en el que participaron municipios, comunidades autónomas y entidades científicas y profesionales, como la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR).

Vías comunes de entrada del radón. / Frutos Vázquez (CSN).

El gas radón no es exclusivo de Jaén, se ha detectado en casi 4.000 municipios de toda España, es decir, en aproximadamente el 50 % del territorio, aunque solo aquellos clasificados como Zona II están sujetos a esta exigencia legal inmediata. El resto queda a recomendación, aunque el Plan Nacional busca avanzar progresivamente hacia un control más amplio.

Es importante destacar que la concentración de radón en las viviendas no sólo depende del tipo de fuente de exposición, sino que existen otros factores ambientales que influyen en las concentraciones de radón, como son: Las infiltraciones de aire producidas por el viento pueden modificar las concentraciones de radón; una mayor presión atmosférica ayudará a disminuir la entrada de radón en las viviendas debido al descenso del gradiente de presiones que existe entre el terreno y el interior de la vivienda; el radón es más pesado que el aire, por lo que la altura respecto del suelo influye en la probabilidad de encontrar radón en las viviendas; la humedad ambiental y las lluvias saturan los suelos; la temperatura afecta a los movimientos convectivos del aire como medio de transporte del radón, favoreciendo un incremento de las concentraciones de radón por las noches respecto del día, o en función de la estación del año.

Existen medidas para prevenir la filtración del radón en los edificios de nueva construcción y para reducir su concentración en los edificios existentes. Al construir una edificación hay que tener en cuenta la posible exposición a este gas, sobre todo en las zonas donde esté muy concentrado. Algunas de estas son: aumentar la ventilación del forjado, instalar un sistema de evacuación mecánica del radón en el sótano o bajo los pisos sólidos, evitar que se filtre desde el sótano hasta las habitaciones, sellar pisos y paredes, y mejorar la ventilación del edificio, sobre todo en el contexto del ahorro energético.

Con estas obligaciones y recomendaciones, Jaén se suma oficialmente a las provincias donde el radón comienza a formar parte de la agenda sanitaria y laboral y en la que algunos ayuntamientos ya están trabajando.

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