Denuncian que un centro de ocio infantil impidió la entrada a un niño discapacitado con su silla de ruedas: “Me dolió mucho”
La madre del menor asegura que los trabajadores aludieron a una normativa que no existe aunque la empresa lo niega todo
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Debía haber sido un día feliz junto a sus amigos para Eloy, un niño jiennense de nueve años que había sido invitado, como muchos compañeros de clase, a un cumpleaños en un centro de ocio para niños en el centro comercial Jaén Plaza, el Costajump. En vez de eso acabó siendo uno de los momentos más desagradables que recuerda, pues los trabajadores del establecimiento le impidieron entrar con su silla de ruedas a jugar con sus amigos.
Eloy sufrió en el año 2019 un accidente que le provocó una lesión medular, que le impide de cintura para abajo. Ha crecido conviviendo una silla de ruedas que ya es parte de él, con la que se encuentra totalmente adaptado, pero no lo vieron así los empleados de este establecimiento de colchonetas y camas elásticas que el pasado 4 de diciembre no quisieron dejarle pasar. “Había dos chicas en la recepción y un chico en la zona de juego. Nosotros llegamos junto a otro niño que llevábamos en el coche y nos dijeron que él sí podía pasar, pero que mi hijo no”, revela para Jaén Hoy la madre del menor, María Teresa Ramos.
Los padres del niño que celebraba su cumpleaños habían pagado la entrada de Eloy igual que la del resto de sus amigos pero los trabajadores acumularon excusas para no dejarle pasar. “Primero nos dijeron que tenía que llevar unos calcetines del Costajump, ante lo que la madre del niño del cumpleaños se ofreció a pagarlos. Después nos dijeron que la silla no podía pasar porque había unos escalones, y yo me ofrecí a subirlo y nos dijeron que la silla no podía quedarse allí, a pesar de que yo les garanticé que me quedaría vigilando en todo momento”, prosigue con su relato María Teresa.
Explica que no podía creerse su situación pues su hijo ya ha estado en muchos establecimientos de este tipo. “Yo intento llevarlo a todo lo que esté adaptado. Hace poco me puse en contacto con una pista de hielo en Jaén y han sido todo facilidades y normalmente es así, e incluso nos ayudan para que se pueda montar en todo. Ya tenemos mucha maña en este tipo de situaciones, porque el niño juega y luego yo le ayudo a desplazarse de una zona a otra”, confirma la madre de este pequeño de nueve años, aunque esta vez recibió de todo menos ayuda.
Según la versión de la madre, a pesar de que todos sus amigos lo estaban llamando desde encima de los siete escalones que separan la recepción de la zona de juegos, los trabajadores insistían, delante del menor, en que no podía pasar aludiendo a una supuesta normativa, ante lo que la madre finalmente, ayudada por el padre y el hermano de uno de sus amigos acabaron introduciendo a Eloy en una de las colchonetas para que aprovechase los minutos que quedaban. A pesar de que no pudo moverse de una zona a otra porque le dejaron acceder con su silla, a pesar de que había espacio suficiente.
“Lo hicimos por dignidad, por demostrar que se podía. Mientras él estaba arriba yo puse la hoja de reclamaciones y ellos me pidieron todos mis datos. ¿Desde cuándo una silla de ruedas puede estar prohibida? Lo que más me irritaba es que todo ocurrió delante del niño. Les dije que iba a entrar sí o sí. Me dolió mucho”, relata esta madre que además asegura que ningún miembro de la empresa se ha puesto en contacto con ella después de esto.
La empresa lo niega todo
Jaén Hoy sí que ha conseguido ponerse en contacto con un responsable en Andalucía de la empresa Costajump, quien niega, atendiendo a la versión de sus empleados, que se le tratara de impedir el acceso al menor. Aseguran desde la entidad que los empleados se ofrecieron a ayudar para introducir al niño en la sala de juegos y que fue la madre la que se negó.
La empresa ha contestado a la hoja de reclamaciones alegando que la zona de juegos no está preparada para personas con este tipo de discapacidad y llegan a catalogar de “cruel” el llevar a un menor a este espacio, alegando que no puede saltar.
Apuntan a que la entrada se le cobró por error, pues es política de empresa el que cualquier niño con discapacidad entre gratis junto a un acompañante, a pesar de que la madre asegura que en todo momento le insistieron que no podía quedarse allí y que tuvo que dejar a su hijo solo, algo que también niegan desde la empresa.
También especifica la empresa que no existe normativa alguna que impida el acceso con una silla de ruedas, que de haber existido el menor no habría entrado. Los empleados aseguran que la madre les habría llegado a decir que está acostumbrada a poner hojas de reclamaciones. Una versión que choca frontalmente con la de las familias allí presentes y con la de una amiga de la madre, que unos días después acudió al establecimiento para reclamar la normativa asegurando que, además de no dársela, los empleados llegaron a decirle que sin consumir no podía estar allí.
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