¿Cuántos desaparecidos hay activos en Jaén y por qué nadie los ha encontrado aún? "No hay día que no la eche en falta"
Provincia
Las familias buscan respuestas en una provincia marcada por casos sin resolver, algunos de ellos rodeados de incógnitas inquietantes
Las desapariciones de los temporeros Tidiany e Ibrahima en Jaén: ¿Demasiadas coincidencias?

Jaén/El dolor de no ver a quien quieres, no saber dónde está y ni siquiera haber tenido la oportunidad de despedirte de ese ser querido se convierte en una herida invisible que no cicatriza. En la provincia, ese vacío tiene nombres y rostros: ocho personas permanecen desaparecidas, algunas desde hace más de una década. Cada caso es distinto, pero todos comparten una constante: la angustia, la incertidumbre y el silencio.
Actualmente, todas menos una de ellas, son de hombres. Entre estas últimas, también se encuentra un menor de edad.
Juan Carrillo Castro, Andújar

Juan Carrillo Castro es el desaparecido más antiguo registrado por la Asociación SOS Desaparecidos en la provincia. Desapareció el 13 de junio de 2013 con 53 años. Carrillo era un vecino muy conocido de Linares, presidía la asociación Gitanos Reales y regentaba un puesto de ropa en el mercadillo. Ese día, su móvil se apagó repentinamente y, cuando la familia accedió a su domicilio, no encontraron ningún indicio. Las investigaciones situaron su móvil en Andújar, alrededor de las 16:00 horas, justo después de que llamara a un amigo para contarle que había sido agredido. En junio de 2023, una década después, fue declarado oficialmente fallecido. Sin embargo, su familia sigue reclamando verdad y justicia.
Jesús Muñoz Armenteros, Jaén

Tres años después de la desaparición de Carrillo, Jesús Muñoz Armenteros marchó sin dejar ningún rastro, como si la propia tierra se hubiese abierto a sus pies. El desaparecido estaba de baja por depresión y, pasados unos días sin saber nada de él, su hija interpuso una denuncia. Comenzó entonces una intensa búsqueda con un amplio dispositivo de agentes policiales, Guardia Civil y voluntarios para localizarlo. Se rastrearon en vano zonas por las que bien era conocido por todos que le gustaba pasear como el Cerro de Santa Catalina, La Imora, la Vía Verde o el Neveral.
María Josefa Padilla, Quesada

Cerca de Quesada, la ausencia de María Josefa Padilla pesa como un bloque de cemento. Esta mujer, de 76 años y diagnosticada con alzhéimer, desapareció el 3 de septiembre de 2019, tras salir de su vivienda en la aldea de El Cortijuelo de madrugada. Aquella mañana, como si fuera un paseo rutinario, se alejó de su casa y nunca volvió. Desde el primer momento, comenzaron a buscarla en torno a las seis de la mañana al darse cuenta de que no estaba en su cuarto.
Jesús Sánchez, hijo de la desaparecida, explicó a Jaén Hoy que fue él el primero en sospechar: "Me desperté para ir a trabajar y me di cuenta de que no se encontraba en casa, así que fue cuando la eché de menos". Si hay algo que quiere agradecer es la enorme colaboración ciudadana. "En apenas una hora, éramos ya 200 personas buscándola, todo el pueblo se volcó. Ya a partir de la tarde, se acercó gente de todos lados para ayudar", manifestó.
La primera hipótesis que barajó la familia fue que "Ché", como era conocida Padilla en el pueblo, se hubiese desorientado. "Con su enfermedad, ella llevaba mucho tiempo sin salir de la casa. Lo más probable es que luego no supiese volver", recalcó Sánchez. Después de una intensa búsqueda sin descanso durante varios días por parte de la Guardia Civil, Seprona, Infoca, los Geas en el Guadiana Menor y batidas de voluntarios, los familiares de Padilla aún esperan una respuesta. Sin embargo, rendirse no es una opción. Su hijo afirmó que, pese a que a día de hoy no hay un hilo del que poder tirar, continúan haciendo batidas: "Hemos hecho muchas búsquedas después de que terminase el operativo, incluso han venido asociaciones de perros de Martos para ayudar, pero no hemos tenido resultado". "No hay un solo día que no me acuerde de ella", remarcó
Diego Morales, Cambil

Cuando Ilda Morales denunció la desaparición de su padre, Diego Morales González, él ya llevaba más de un mes sin dar señales de vida. Nadie en Cambil lo había visto desde el 23 de junio de 2021, pero su ausencia no levantó sospechas inmediatas. Morales vivía solo, con escaso contacto con su familia, y parecía haberse vuelto invisible en silencio, sin que nadie se percatase a tiempo. Sin embargo, hay una cita a la que nunca faltaba: el cumpleaños de su hijo.
Cuando pasó la fecha y él no recibió ni una llamada, saltaron todas las alarmas. En el pueblo se comentaba que la noche de su desaparición, Diego había tenido una fuerte discusión con varias personas. Su móvil apareció roto cerca de la casa donde solía dormir, lo que incrementó la inquietud. A pesar del esfuerzo colectivo, lo que ocurrió aquella noche sigue siendo un misterio alimentado por rumores, teorías y silencios.
Jesús Cristo Rodríguez, Úbeda

Jesús Cristo Rodríguez tenía tan solo 13 años cuando desapareció. El 14 de febrero de 2022, salió del Colegio Santo Domingo Savio de Úbeda con su uniforme escolar y un abrigo rojo. Nadie lo volvió a ver desde entonces. La llamada de alerta llegó desde el centro de menores tutelados de la Junta de Andalucía en el que vivía, y donde había sido ingresado tras la retirada de custodia a sus padres por parte de los Servicios Sociales. En muchos casos similares, las desapariciones de menores tutelados responden a fugas momentáneas, a escapadas breves que se resuelven en horas o días, pero esta vez fue distinto: Jesús Cristo no regresó nunca.
La Policía Nacional activó rápidamente un protocolo de búsqueda nacional e internacional, ante la posibilidad de que el menor hubiera salido incluso del país. Interrogaron a personas de su entorno y se siguieron diversas pistas que lo situaban en puntos de Jaén e incluso en otras zonas de Andalucía. Sin embargo, ninguna línea de investigación fructificó: todas las pistas terminaron llevándolos a callejones sin salida.
Miguel Ibarra Jiménez, Cazalilla

Era 14 de mayo de 2023 cuando Miguel Ibarra Jiménez, vecino de Cazalilla de 62 años, fue visto por última vez. Fue durante una romería, una celebración popular y festiva, cuando su figura se perdió entre los caminos rurales que separan su pueblo del vecino término de Villanueva de la Reina, en cuyo límite, en las inmediaciones de la carretera A-6075, se le vio por última vez.
La Guardia Civil organizó batidas de búsqueda por la zona, con la colaboración de vecinos no solo de Cazalilla y Villanueva, sino también de otros municipios cercanos como Mengíbar. Pese al esfuerzo, la esperanza de hallarlo fue desvaneciéndose con los días. Ni los caminos rurales ni las inmediaciones del río Guadalquivir ofrecieron respuestas.
Edwin López, Cazorla

Edwin López Cáceres llegó desde Colombia a España tras una reagrupación familiar gestionada por su hermano desde Mallorca. Tenía 53 años, un espíritu trabajador y la esperanza de construir una vida nueva. Con esfuerzo, logró establecerse y comenzó a trabajar para una empresa de mudanzas, lo que lo llevó a recorrer gran parte del territorio peninsular. Hasta que todo se truncó en Cazorla, el 1 de abril de 2023.
Un día antes de desaparecer, Edwin estaba en plena faena en el municipio cazorleño cuando, según relata su familia, tuvo una discusión con su jefe que derivó en una crisis de ansiedad. Fue trasladado a las puertas del Hospital de Cazorla, donde se llegó a barajar la posibilidad de un brote psicótico, aunque los facultativos acabaron descartándolo y le dieron el alta médica. Michael López, sobrino del desaparecido, cree que podría estar relacionado a las condiciones en las que se vio rodeado: "El y su jefe iban en el camión y nos contó que tenía que dormir en la parte de atrás, donde estaba encerrado y casi no entra aire". A su salida del hospital, sin compañía ni asistencia, se dirigió a una gasolinera, donde fue visto por última vez.
La Guardia Civil inició su búsqueda con algunos vecinos y familiares. En la primera de ellas, encontraron su mochila, su ropa, su teléfono móvil y toda su documentación personal en una carretera, pero ni rastro de Edwin. "El tiempo pasa y no tenemos noticias de él. La investigación sigue abierta, pero ya no es tan exhaustiva como antes. Ya no hay helicópteros ni perros. Otro de mis tíos, que es hermano de él, continúa yendo por su cuenta", manifestó López.
Ibrahima Diouf: un caso lleno de incógnitas

A esta lista se suma un nombre que ha puesto el foco mediático en la provincia: Ibrahima Diouf, un temporero senegalés de 33 años que desapareció el 5 de enero de 2021 en Villacarrillo. Ibrahima había denunciado condiciones laborales abusivas y, según su entorno, temía por su integridad. Desde entonces, no se ha vuelto a saber de él.
El caso dio un giro en marzo de 2025, cuando la Guardia Civil detuvo al empresario agrícola Ginés V. L., sospechoso de su desaparición. Se realizaron registros en fincas familiares, se intervinieron armas, se encontraron escuchas telefónicas y se detuvo también a la esposa del empresario. A pesar de ello, Ibrahima sigue sin aparecer.
Ginés quedó en libertad bajo fianza de 25.000 euros, pero con medidas cautelares como la entrega del pasaporte y comparecencias semanales. La investigación, guiada por el Juzgado de Villacarrillo y la UCO, sigue bajo secreto de sumario, mientras el caso encara un posible cambio de rumbo tras años de paralización
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