El embalse más grande de Jaén pierde más de la mitad de su volumen en diez años: del 87% al 39% de capacidad
El recién finalizado año hidrológico ha estado marcado por un comportamiento irregular de las lluvias, abril marcó el pico con los pantanos a un 54%
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El año pasado y este 2025 han supuesto un alivio parcial para los embalses de la provincia de Jaén después de varios años consecutivos de sequía. Las lluvias registradas entre marzo y abril han permitido una leve recuperación de las reservas hídricas, aunque el comportamiento ha sido muy diferente entre los distintos pantanos. Tal y como reflejan los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, la media de los embalses jiennenses se sitúa actualmente en un 31,38 por ciento de su capacidad total. Esta cifra supone un pequeño avance respecto a ejercicios anteriores, pero sigue reflejando una situación de vulnerabilidad hídrica que afecta especialmente a algunos grandes embalses, entre ellos el del Tranco, el de mayor capacidad de la provincia y uno de los más emblemáticos de Andalucía.
El embalse del Tranco, con una capacidad total de 505,731 hectómetros cúbicos, ha experimentado un importante cambio en los últimos diez años debido a su descenso, aunque con periodos de recuperación, en general, la superfice del agua marca cada vez más abajo en la presa y las últimas marcas oscuras que quedan más cercanas a la carretera que atraviesa la presa son de hace una década. En 2015 alcanzó su máximo más reciente, llegando al 87 por ciento de su capacidad en el mes de mayo. Un año después, en 2016, descendió al 79 por ciento, y en 2017 cayó hasta el 55 por ciento para ese mismo mes. En 2018 las precipitaciones fueron más abundantes y permitieron que el embalse subiera hasta el 68 por ciento, manteniéndose durante tres años por encima o igual al 60 por ciento en los periodos más húmedos.
Sin embargo, a partir de 2022 comenzó un descenso continuado, ese año se situó en el 42,69 por ciento en mayo; en 2023, marcado por una fuerte sequía, apenas alcanzó el 29 por ciento en mayo, y en 2024, pese a una ligera recuperación general de los pantanos, el Tranco solo llegó al 47 por ciento. En mayo de 2025 volvió a descender, registrando un 39 por ciento, un dato que confirma la tendencia de pérdida progresiva de volumen en una de las principales reservas hídricas de la cuenca del Guadalquivir.
El recién finalizado año hidrológico, comprendido entre el 1 de octubre de 2024 y el 30 de septiembre de 2025, ha estado marcado por un comportamiento irregular de las lluvias. Los embalses jiennenses comenzaron el pasado octubre con apenas un 29,05 % de su capacidad y 686 hectómetros cúbicos almacenados, manteniéndose estancados durante los primeros meses del año. No fue hasta marzo cuando las precipitaciones impulsaron una recuperación notable, elevando las reservas al 52,11 % y 1.230 hectómetros cúbicos. Abril marcó el pico del periodo con un 54,29 %, mientras que desde mayo los niveles iniciaron un descenso progresivo: 53,05 % en ese mes, 48,36 % en junio, 42,25 % en julio, 36,17 % en agosto y 32,16 % en septiembre, cerrando el ciclo con 759 hectómetros cúbicos, una cifra que, aunque superior a la de años de sequía extrema, evidencia la evolución de las precipitaciones.
Situación actual
En cuanto a la situación actual, los datos más recientes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir reflejan una media provincial del 31,38 % de llenado, dos puntos menos que hace un mes. El Tranco ha pasado de 126,47 hm³ (24,05 %) el 18 de septiembre a 114,6 hm³ (22,67 %) actualmente, un descenso de más de 11 hectómetros cúbicos. También han retrocedido Guadalén, que baja de 40,71 hm³ (22,10 %) a 35,37 hm³ (21,76 %), y La Fernandina, que desciende de 83,82 hm³ (33,40 %) a 78,82 hm³ (31,89 %). El Giribaile también reduce su volumen, pasando de 128,06 hm³ (24,55 %) a 125,5 hm³ (25,57 %), y el Jándula, de 127,08 hm³ (40,51 %) a 110,92 hm³ (34,12 %).
Como se puede observar, la mayoría de pantanos han logrado mantener o mejorar ligeramente sus niveles. El Guadalmena, que ya destacaba hace un mes como el embalse con mayor crecimiento relativo, pasa de 148,60 hm³ (49,68 %) a 145,19 hm³ (42,11 %), una reducción moderada dentro de su buena situación general. El Rumblar, por su parte, se mantiene como el que presenta mejor porcentaje de llenado, con 86,71 hm³ (61,90 %) frente a los 89,49 hm³ (63,6 %) registrados en septiembre.
Estos datos confirman la tendencia desigual entre las distintas cuencas de la provincia, muy condicionadas por el régimen de precipitaciones y el consumo agrícola. Mientras que algunos embalses como Guadalmena o Rumblar mantienen un comportamiento estable, el descenso acusado del Tranco evidencia las dificultades de recuperación de los grandes pantanos tras años de sequía
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