De iglesias a un oratorio rupestre del siglo XV: el patrimonio que pudo desaparecer de Jaén
Provincia
Hispania Nostra incluye en la Lista Verde seis construcciones que han sido recuperados y que estuvieron en peligro de desprendimiento
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El patrimonio de Jaén se extiende por todo el territorio, desde iglesias, atalayas, castillos o calzadas de la época romana. Son la huella palpable y testigo de la historia que guarda la provincia dentro de sus fronteras. Sin embargo, la dejadez, la desidia o incluso las guerras y saqueos a lo largo de la historia más antigua y reciente han hecho que muchos de ellos queden en un esqueleto de piedras en el olvido, en el que poco a poco será más difícil identificarlo como lo que fueron.
Estos restos gozan de un incalculable valor, han sido testigos de diferentes épocas, desde la islámica, a la romana o la historia más reciente de Jaén remontádonos a los siglos XIX y XX con el esplendor de caseríos y balnearios, algunos de ellos declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y hoy abandonados. Por ello, la asociación española Hispania Nostra, declarada de utilidad pública, que tiene como finalidad la defensa, salvaguarda y puesta en valor del patrimonio cultural y natural, puso en marcha en 2007 la Lista Roja.
El objetivo de este registro no es otro que ofrecer a la sociedad un cauce de participación en la defensa, conservación y mejora de su patrimonio en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Sin embargo, también se creó la Lista Verde donde se incluyen los bienes que han sido retirados de la Lista Roja al desaparecer el riesgo que presentaban. En la provincia de Jaén existen seis bienes patrimoniales que han sido incluidos en este listado "fuera de peligro" gracias a la inversión de las administraciones o empresas privadas y muchas veces impulsados por el empeño de sus habitantes.
Estos son: la iglesia de Santo Domingo en el municipio de La Iruela ubicado junto al imponente castillo y que se remonta al siglo XVI en la época de la Reconquista; otro edificio conservado es la iglesia de parroquial de San Lorenzo en la Ciudad Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y declarado BIC que fue construida en el siglo XIII y saqueada durante la guerra civil. En el municipio ubetense también se encuentra la ermita de Madre de Dios levantada en el siglo XV y donde hoy la alberga un restaurante.
También se encuentra el Oratorio rupestre de Valdecanales enclavado en término municipal de Rus, fechada entre los siglos VI y VII d. C. y es el único hipogeo visigótico en el sur de España, allí se retiraba y realizaban sus actividades el eremita (ermitaño). Entre Beas de Segura y Chiclana de Segura se encuentra el puente romano, 'Puente Mocho', se remonta a la Edad Antigua, situada entre los siglos I y II d.C., por lo que se trata del BIC conservado más antiguo de esta lista verde. Y por el último, el castillo de Villardompardo que se remonta al siglo XIII y fue incorporado al marquesado de Bélgida, en el que permaneció hasta el siglo XVIII.
Iglesia de Santo Domingo La Iruela
La historia de la Iglesia de Santo Domingo, que se ubica en el municipio de La Iruela, se remonta al siglo XVI y se incluyó en la lista roja de Hispania Nostra el día 28 de noviembre de 2007 debido al estado ruinoso en el que se encontraba este BIC. Cuatro años después se ejecutó una limpieza y consolidación de la iglesia con un presupuesto de 206.227,99 euros sufragado por la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial de Jaén y el Ayuntamiento, dentro del programa «Jaén, Renacimiento del Sur».
Los trabajos incluyeron la reintegración de las horadaciones existentes –debido a que en los muros de esta iglesia existían nichos por su utilización como cementerio–, así como la limpieza y sellado de las cumbreras de los muros de la cabecera, para permitir una mejora de la estabilidad del edificio, además de una mejor defensa ante la erosión. Fue entonces, el día 10 de octubre de 2011 cuando tras los arreglos se decide retirarse de la lista roja.
Esta iglesia fue construida en tiempos de la Reconquista bajo la advocación de Santo Domingo de Silos y fue la sede de la primitiva parroquia mayor de La Iruela. Sus primitivos cimientos fueron construidos poco tiempo después de la conquista de la ciudad, en el primer tercio del siglo XIII. En el siglo XVI, el viejo templo fue reemplazado por uno nuevo conforme a los cánones renacentistas, al que pertenecen las ruinas que hoy día pueden contemplarse.
En su construcción, bajo el auspicio de Don Francisco de los Cobos, Marqués de Camarasa, trabajaron discípulos del arquitecto Andrés de Vandelvira, y en 1538 las obras fueron dirigidas por Rodrigo de Gibaja, maestro de la iglesia de Santa María de Quesada, y de la Colegial de Baza, ambas también en la provincia de Jaén. El 4 de junio de 1810 el templo fue incendiado por los invasores franceses, quedando prácticamente destruido, y aunque se realizaron varios intentos de reconstrucción, nunca llegaron a concluirse. Su recinto fue utilizado como cementerio parroquial hasta 1953.
El templo está articulado en tres naves, más alta y ancha la central, con testero plano y un conjunto de capillas a ambos lados. La cabecera está enmarcada por sendos «torreones» circulares. Posee una monumental portada en el lado del Evangelio con un relieve en el que se representa el milagro de la imposición de la casulla a San Ildefonso.
Iglesia Parroquial de San Lorenzo
Se trata de una de las iglesias más antiguas de la ciudad patrimonial, Úbeda y fue construida encima del adarve de la muralla almohade y sustentada sobre la barbacana de la puerta de Granada. Este BIC fue incluido en la lista roja por su riesgo de deterioro el 8 de junio en 2009, seis años después de que la ciudad ubetense fuera declarada Patrimonio de la Humanidad y en 2013 se inició una intervención de emergencia con una inversión de 240.000 euros. El 5 de agosto de 2013 se retira de la lista roja y pasa a la sección de patrimonio restaurado.
Su construcción se produce tras la conquista cristiana de la ciudad en el siglo XIII, se cree que sobre las bases de la fábrica de una primitiva mezquita musulmana. Será durante el último tercio del siglo XVI cuando se produzcan las mayores intervenciones en el templo, que le dan su configuración actual. En 1566, en tiempos del obispado de don Francisco Sarmiento de Mendoza, culminó la construcción de su portada principal.
Se unificó el interior con la repetición de un modelo de capilla funeraria. Además, posiblemente, a principios del siglo XVII se labraría la actual espadaña, así como la sacristía localizada tras la cabecera, mientras que hacia 1701 se produce el cierre de la portada de los pies y la configuración del coro. A mediados del siglo XVIII se producen nuevas intervenciones en el templo, siendo la más trascendental la reforma de la capilla mayor, que se cubre con una gran cúpula barroca.
En el año 1842 se suprime como parroquia y pasa a depender de la de Santa María y en 1936 en el trascurso de la guerra civil es saqueada e incendiada, afectando las llamas a imágenes, retablos y todo el rico patrimonio mobiliario que la iglesia guardaba. Tras la guerra civil no se volvió abrir al culto y fue utilizada como albergue de refugiados y gitanos, lugar de inspiración para pintores, almacén de hermandades de Semana Santa y taller de restauración.
El interior consta de una única nave de salón con capillas laterales y capilla mayor cerrada con testero plano. Los pilares son sencillos y su decoración queda reducida a la mínima expresión: tan solo una moldura que hace de capitel, mientras su basa y fuste forman una sola pieza, según describe Hispania Nostra. Sobre los pilares se desarrolla un entablamento liso del cual arrancaban las desaparecidas bóvedas encamonadas de cañón del siglo XVI; de las bóvedas, que amenazaban ruina y fueron destruidas en los años cincuenta, solo se conservan restos encima del coro. Hoy la nave se cubre con los restos de un artesonado mudéjar del siglo XIV, visible tras la demolición de las bóvedas.
Oratorio rupestre de Valdecanales
El Oratorio rupestre de Valdecanales es uno de los BIC de más antigüedad de esta lista verde. Se trata de un eremitorio rupestre de origen visigodo situado en el municipio de Rus, concretamente en el cerro de la Alcobilla, entre Zagahón y los Escuderos. Su construcción está fechada entre los siglos VI y VII d. C. y es el único hipogeo visigótico en el sur de España. Los eremitorios eran un lugar en el que retiraba y realizaban sus actividades el eremita (ermitaño).
Lo conforman tres cuevas excavadas en un estrato de arenisca, en la ladera oriental del cerro, son poco profundas, algunas comunicadas entre sí. Lo más notable es el frente exterior rocoso y la fachada principal, labrada en un talud, está compuesta por una arquería ciegal, tallada en la roca, con diez arcos de herradura de una altura de cinco metros y de 1,40 metros el diámetro de los arcos.
El Oratorio fue incluido en la lista roja el 28 de noviembre de 2007 debido a la indefensión de las inclemencias del tiempo y la erosión en los taludes y el riesgo de actos vandálicos. Fue retirada e incluida en la lista verde 11 años después, concretamente el 4 mayo, gracias a las tareas de limpieza que quincenalmente durante el periodo estival y mensualmente el resto del año viene realizando el Ayuntamiento de Rus, gozando así de buen estado.
"En las cuevas, tres de ellas están decorados con una gran venera, que llena, a modo de tímpano, todo el interior", expresa Hispania Nostra. Los arcos permanecen aún bastante enteros; pero no tanto sus pilastras que casi han desaparecido. Según los historiadores debió ser una fachada monumental, hoy, maltrecha, erosionada y remendada que ostenta, sin embargo, testimonios describen de su belleza antigua, dignos de su protección y de conservarlos cuidadosamente.
El interior se conforma con una capilla de tres naves con bóvedas de cañón sobre pilastras cuadradas, que tienen una greca en las líneas de arranque de los arcos transversales. Las otras dos cuevas, de menor dimensión, también con bóvedas de cañón y absidiolas, pudieron estar destinadas a baptisterio y refectorio. Durante siglos fue utilizado por pastores y sus ganados, cazadores y leñadores y fue dado a conocer por Rafael Vañó Silvestre en 1968.
Puente Mocho
El puente romano, 'Puente Mocho', de 100 metros de longitud, se ubica sobre el río Guadalimar, en la vía secundaria denominada "Camino de los Cartagineses" (Almendral Lucas, 1984) y entre el término municipal de Beas de Segura y Chiclana de Segura. Esta calzada se remonta a la Edad Antigua, situada entre los siglos I y II d.C., por lo que se trata del BIC conservado más antiguo de esta lista verde. Se trata de una calzada que unía Cástulo (Linares) con Carthago Nova (Cartagena) de una manera mucho más directa que siguiendo la ruta granadina.
En el año 2014 fue incluida en la Lista Roja debido al riesgo de derrumbe de gran parte de la bóveda del arco que salva el cauce principal del río, por lo que se decidió intervenir en la consolidación de la bóveda para garantizar su estabilidad, así como con un recalce que resultaba muy erosionado y con daños de invasión de las plantas.
La inversión en el año 2019 de 326.000 euros, financiados con fondos Feader, permitió la recuperación de la estructura de este puente romano, por lo que se incluyó en la Lista Verde. También se incidieron en la mejora del comportamiento hidrológico del río Guadalimar en las inmediaciones de la infraestructura y la desviación del cauce. Asimismo, se restauró la vegetación de las zonas aledañas.
A la salida del puente se encuentran restos de un tramo de calzada, aunque mal conservados. En la zona se sitúa en el yacimiento arqueológico Terrazas del Guadalimar, una zona arqueológica inventariada y catalogada como uno de los yacimientos más antiguos de Andalucía que data del Paleolítico Inferior. Como curiosidad, se data que Santa Teresa y San Juan de la Cruz utilizaron este puente.
Según apunta Hispania Nostra, Almendral Lucas (1984), describió la estructura del puente, en el que explica como la planta está compuesta por un tramo recto adosado al estribo derecho, otro también recto adyacente al izquierdo, y uno en S ciego, que une a los dos anteriores. El arco más próximo al estribo derecho, término de Chiclana de Segura, es asimétrico; el lado izquierdo es una especie de arco rampante y, en cambio, el derecho es de medio punto. El tramo de puente próximo al estribo izquierdo es más bajo; tiene dos arcos de medio punto, sillería clásica romana con tajamar del lado de aguas parcialmente destruido.
Ermita de Madre de Dios del Campo de Úbeda
El aspecto exterior actual de la Ermita de Madre de Dios del Campo en Úbeda, poco tiene que ver de la que se debió levantar en el siglo XV, aunque, afortunadamente conserva su esencia y elementos importantes, como su fachada clasicista, con un arco de medio punto flanqueado por pilastras y un cuerpo superior compuesto por tres hornacinas y frontón recto que alojaría en su interior un escudo heráldico. En su fachada también se conservan restos de ventanas, que igualmente se ornamentan con pilastras, frontones rectos y jarrones.
En su interior, el templo presenta nave única. Junto a él aún se mantienen algunas estancias y restos de una arcada o los muros horadados de su hospedería. Sin embargo, la espadaña que coronaba la ermita desapareció hace años, al igual que muchas piedras y otros restos diseminados. Las primeras referencias de esta ermita se remontan al año 1495 cuando Pedro Sánchez Romo dona al convento de la Trinidad un palacio situado junto a ella. El templo fue reedificado entre 1738 y 1787, retrasándose la ejecución de las obras por la ausencia de donativos. La ermita estaba dotada de una hospedería, cuya labor continuaría al menos hasta 1844.
Fue con la desamortización eclesiástica cuando venden sus numerosos bienes, permaneciendo abierta al culto gracias a la devoción del pueblo ubetense. En el año 1928 se solicitó una restauración y en 1944 se proyecta la conversión de la ermita en una Casa de Ejercicios espirituales, obras que se abandonaron en un avanzado estado de ejecución.
Posteriormente, fue saqueado y desvalijado y como colofón, en 1977 el párroco Manuel Medina dinamitó la ermita para utilizar sus piedras en la ampliación de la Ermita del Paje, quedando la iglesia sin techumbre y algunos restos de su hospedería.
Aunque carece de protección oficial, debido a su valor histórico, arquitectónico y artístico, así como su grado de conservación, Hispania Nostra decidió incluirlo en la lista roja en el año 2008. El progresivo deterioro de la ermita era palpable y corría riesgo de total desplome, especialmente en los restos de la bóveda.
Once años después, en marzo de 2019 dieron comienzo las obras de restauración de la ermita con fecha prevista de fin en abril de 2020. La responsable de esta iniciativa fue la promotora y propietaria Ermita Madre de Dios S.L., quien financió todos los trabajos, y la cual contó con el arquitecto José Carlos Rodríguez Fernández y la constructora Deyplad. El recinto fue reutilizado como complejo hostelero. En julio de 2020 de inauguró el nuevo complejo de restauración y eventos.
Castillo de Villardompardo
Este castillo, declarado Bien de Interés Cultural, se remonta al siglo XIII, aunque fue convertido a castillo-palacio en la segunda mitad del XIV y fue renovado en la primera mitad del XVI y a finales del XVIII, según describe Hispania Nostra. En la época islámica, Villardompardo no era más que una pequeña finca agrícola, que tras la conquista cristiana en 1245, el rey Fernando III el Santo concedió a don Pedro Aznar Pardo, quien levantaría la fortaleza.
En tiempos de Felipe II la villa se convirtió en cabeza de condado de don Fernando de Torres y Portugal, conde de Villardompardo, quien realizaría la transformación del castillo en residencia palacial. Finalmente, fue incorporado al marquesado de Bélgida, en el que permaneció hasta el siglo XVIII. Este edificio se incluyó en la Lista Roja en 2011 debido a su deterioro progresivo y alarmante con desprendimientos del interior y hundimientos.
Se trata de un recinto de forma tropezoidal, cuya torre del homenaje se sitúa en uno de sus ángulos y mide unos 20 metros de altura. Presenta cuatro plantas en las que se remodelaron los vanos abriendo grandes ventanales. Su portada del siglo XVI, de gran sobriedad clasicista, es representativa de su uso palaciego: un arco de medio punto moldurado con grandes dovelas despiezadas con ménsula en la clave, apeado sobre pilastras de grandes dimensiones; sobre él un bello escudo, bien labrado, del primer Conde de Villardompardo, don Fernando de Torres y Portugal.
En 2017 comienzan las obras de rehabilitación mediante el programa del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomentos, destinando 875.934 euros, (el 70% de la financiación total del proyecto), a los que se suman fondos la Diputación (12,5%), la Junta de Andalucía (12,5%) y el Ayuntamiento (5%). Tras la rehabilitación, fue retirada de la lista roja en septiembre de 2020.
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