La huella de uno de los incendios más trágicos de Jaén: diez años después continúan las labores de repoblación

Se cumplen diez años de uno de los incendios más trágicos que ha sufrido el patrimonio natural de Jaén y también uno de los más extensos de Andalucía. El 5 julio de 2015 las llamas empezaron a arrasar masa verde a las puertas Parque Natural Cazorla, Segura y Las Villas, el más grande de España. Fueron días duros para los bomberos y los vecinos que veían las llamas cerca hasta que se dio por extinguido el 29 de julio. El fuego se originó tras una tormenta seca con rayos en el término municipal de Quesada en el paraje 'La Cruz del Muchacho' de Collares llegando a quemar más de 10.000 hectáreas. Para hacerse una idea el incendio del año pasado en la Sierra de Andújar fueron afectadas 800 hectáreas.

Las llamas llegaron hasta los términos municipales de Pozo Alcón, Huesa y Larva, y elevando, en pocas horas, la superficie afectada de 200 a 1.800 hectáreas y superando las 2.000 poco después. Se desarrolló en dos frentes, el del suroeste se dirigía hacia Alicún de Ortega, en la provincia de Granada, mientras que el del sureste hacia el Guadiana Menor e Hinojares, donde se construyó un cortafuegos. Desde entonces los esfuerzos han ido dirigidos a recuperar la vida poco a poco de este espacio natural. Este 24 de junio la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente anunció el proyecto de restauración ecológica de 37 parcelas ubicadas en los términos municipales de Huesa y Dehesas de Guadix (Granada), con una superficie total de 335,94 hectáreas.

Una parte significativa de dichas parcelas fue gravemente afectada por el incendio forestal acontecido en julio de 2015 en el entorno de Quesada. De las 37 parcelas, 33 pertenecen al término municipal de Huesa en la provincia de Jaén, ocupando una superficie de 225, y las 4 restantes pertenecen al término municipal de Dehesa de Guadix en la provincia de Granada, ocupando esta una superficie de 110,24 hectáreas. Este proyecto está diseñado para cumplir con los criterios establecidos en la Tipología A del Registro de Huella de Carbono y Proyectos de Absorción del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), centrándose en la repoblación forestal con cambio de uso del suelo.

Las actuaciones previstas incluyen la implantación de especies adaptadas al clima mediterráneo, técnicas de conservación hídrica como zanjas de infiltración (swales), plantación en marcos adaptados al terreno, y labores posteriores de mantenimiento, con el objetivo de fomentar la resiliencia ecológica, la recuperación del paisaje, la fijación de carbono y la lucha contra la desertificación.

Así será la repoblación

En mayo de este mismo mayo la Dirección General de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular recibió la solicitud junto con la documentación de autorización ambiental unificada simplificada del Proyecto de Reforestación Ecológica, en estos municipios. Después se emitió la Propuesta de Resolución de la Dirección General de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular, por la que se delegó en la persona titular de la Delegación Territorial Sostenibilidad y Medio Ambiente en Jaén la competencia para la instrucción y resolución del procedimiento de autorización ambiental unificada simplificada del Proyecto de Reforestación Ecológica, promovido por Agrícola Sanma, S.L.

Repoblación forestal con especies alóctonas, que caracterizan la vegetación preexistente, separándose de la dinámica vegetal natural o cambiando el tipo de funcionalidad o uso del suelo, siempre que tengan 25 o más hectáreas, así como por debajo de esta superficie cuando cumplan los criterios generales 1 o 2, o utilicen especies alóctonas a escala local y su empleo no haya sido previamente autorizado en Planes de Ordenación de Recursos Forestales sometidos a evaluación ambiental estratégica.

En septiembre de 2015 se anunciaron 2,46 millones de euros para la restauración de los montes, de los cuales 2,12  millones correspondían a Quesada, diecisiete días tras el inicio del siniestro. Algunas de las tareas realizadas fueron cortes masivos (aproximadamente 50. 000 pinos) y uso de la madera para construir fajinas y albarradas que frenaran la erosión. Construcción de infraestructuras como depósitos de agua, abrevaderos, mejora de caminos forestales con el objetivo del control de erosión, regeneración natural y facilitar acceso tras incendios. La segunda fase se inició en otoño de 2016, con una partida adicional de 444. 926 euros para dos años, sumados al millón inicial.

Se elaboró un “banco de semillas” para replantar especies autóctonas como romero, tomillo, lentisco, coscoja y encina y se continuó también con el pino halepensis monoespecífico. También se hizo un seguimiento de la regeneración natural, poda fitosanitaria, tala de arbolado muerto, retirada de residuos, instalación de diques de contención y mantenimiento de caminos

A dos años, la zona mostró “buena regeneración natural”; los pinos habían brotado y el lote inicial de jóvenes plantones (“cuatro dedos de altura”) confirmaba la viabilidad del plan . Se realizaron plantaciones y tratamientos fitosanitarios para evitar plagas y facilitar el rejuvenecimiento vegetativo. En 2019 Se habían intervenido 600 ha de monte público en zonas clave (Los Calderones, Dehesa del Guadiana, Bernales) con dos intervenciones urgentes, preparatoria para la regeneración natural. Entre 2021 y 2002 solo se habían restaurado 720. En ese mismo periodo se invirtieron 259. 639  euros en trabajos selvícolas: establecimiento de líneas cortafuegos, áreas cortafuego e infraestructuras preventivas en montes de Quesada y Huesa.