De Jaén a uno de los picos del Himalaya para luchar contra la ELA: "Las administraciones pasan, pero hay que seguir”

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Miguel Sanchiz acompañará a los profesionales en una subida a una cima anónima para dar voz a los afectados por esta enfermedad y para pedir fondos para investigación

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El bailenense Miguel Sanchiz junto a Miguel Ángel Roldán en su primer encuentro en Fernán Núñez
El bailenense Miguel Sanchiz junto a Miguel Ángel Roldán en su primer encuentro en Fernán Núñez / Judit Laguna
Judit Laguna

Bailén, 16 de junio 2025 - 21:00

Miguel Sanchiz tiene 62 años y es un auténtico enamorado de las montañas, pero nunca pensó que, diagnosticado de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), su gran pasión lo llevaría hasta una cima del Himalaya jamás conquistada. Una montaña sin nombre, desconocida, como lo es también su enfermedad. Desde el próximo mes de septiembre, ambas quedarán unidas en una expedición que quiere cambiarlo todo: ELApeak – Montaña Anónima.

La historia de Sanchiz no es la de un héroe que lo tenía todo para triunfar, sino que, más bien, es la de un hombre común que, incluso tras escuchar su diagnóstico, no dejó de moverse. “Yo sigo haciendo deporte, sigo subiendo al monte. Ayer mismo estuve en el Veleta. Estoy activo porque esto es complicado y las administraciones pasan, pero hay que seguir”, dice firme y luminoso.

Él será quien ponga el cuerpo, quien camine y quien soporte el frío y la altitud, pero no lo hará solo. A su lado, desde la distancia, estará Miguel Ángel Roldán, el primer enfermo de ELA que logró subir los 5.000 metros en el Everest. El triatleta cordobés, ya en una fase avanzada de la enfermedad, será el encargado de narrar su aventura con el movimiento de sus ojos, literalmente. Un sistema de seguimiento ocular le permitirá escribir, sentir, contar. “Vamos los dos de la mano. Él sueña, yo lo hago realidad. Es como llevar su alma conmigo”, manifiesta Sanchiz.

Sanchiz fue elegido casi por azar, aunque todo suena a destino: “Me llamaron porque no encontraban a nadie con ELA que pudiera aguantar los 22 días que requiere esta expedición. Vieron mis vídeos, vieron que estaba activo y, cuando me lo propusieron, ni me lo pensé. Esto es mi pasión y tengo tiempo, ganas y esta enfermedad. Todo encaja”.

Por el momento, la ELA avanza en silencio: afecta a sus brazos, pero no a sus piernas. “Tocaré madera para que siga así”, dice. Si bien es cierto que necesita ayuda para vestirse o ducharse, sigue saliendo solo y soñando. “Me encuentro bien y mientras pueda, voy a seguir dándolo todo”, remarca.

Subirá por él, pero también por todos. Por quienes ya no pueden, por quienes vendrán después, por quienes se sienten olvidados. Llevará en la expedición algo de Roldán como un lazo entre ambos: “Así estaremos juntos. En cuerpo y alma”. Este viaje, no solo es físicamente exigente, también lo es económicamente. “Ahora estamos en plena búsqueda de patrocinadores”, subraya Sanchiz. “Es un viaje muy caro. Vamos entre 15 y 20 personas, con himalayistas, profesionales de la montaña, documentalistas y periodistas”, explica a este periódico el bailenense.

Miguel Sanchiz durante una de sus excursiones.
Miguel Sanchiz durante una de sus excursiones.

La expedición, que durará del 30 de agosto al 20 de septiembre aproximadamente, contará con la participación de montañistas profesionales, cámaras, periodistas y documentalistas. El reto es físico, sí, pero sobre todo es humano. “Esto no es un viaje, es una declaración. Si Miguel Ángel puede soñar con escalar 7.000 metros desde su casa, ¿cómo no vamos a encontrar una cura?”, se pregunta Sanchiz.

Durante la primera toma de contacto entre ambos a la que ha asistido Jaén Hoy, Roldán lo dice claro, con la emoción serena de quien sabe lo que significa este viaje: “Mi consejo es que viva la experiencia sin prisas ni agobios. El viaje es el final del regalo que empezó desde el día que aceptó el desafío porque no hay nada más ilusionante para un deportista que volver a sentir ese bonito momento de ponerse un dorsal y olvidar las limitaciones físicas. Además, va a sentir el cariño de mucha gente".

Inspiración para Sanchiz

Antes de convertirse en la voz de esta expedición, Miguel Ángel Roldán fue muchas otras cosas: profesor de Educación Física, triatleta extremo, referente deportivo. El atleta de Fernán Núñez participó en competiciones de resistencia por toda Europa, cruzó metas imposibles, llevó su cuerpo al límite. Su vida era una constante superación física. Hasta que, en 2018, llegó el diagnóstico: ELA.

En 2022, se convirtió en el primer paciente con ELA en formar parte simbólica de una expedición al Himalaya. A 5.350 metros de altitud, Roldán lanzó el último de Los 5 Gritos de lucha contra la ELA. Junto a él, estuvieron su mujer María Carmen Ruiz (médica de profesión y exjugadora de la selección española de baloncesto) y su hermano Fernando Roldán.

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