La jiennense Blanca Mallenco es una de las 400 seleccionadas de la beca Amancio Ortega para estudiar en Norteamérica
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La joven estudia en el IES Auringis de la capital y ha tenido que superar varias fases complicadas entre miles de aspirantes a nivel nacional
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Blanca Mallenco Fernández vivirá el curso que viene el sueño americano. La mañana del 21 de diciembre, la jiennense, recibió el regalo de Reyes por adelantado, la euforia se desató en su aula cuando descubrió por internet que había sido una de las 400 seleccionadas para disfrutar de la beca Fundación Amancio Ortega. Una criba a la que se enfrentan miles de estudiantes y de los que solo los mejores lo consiguen.
La joven cursa cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el IES Auringis de la capital, y el año que viene cruzará el charco para vivir primero de Bachillerato en Estados Unidos tal y como en las películas, porque lo cierto es que la ficción no se aleja de la realidad: las taquillas, muchas asignaturas y actividades extraescolares, variedad de deportes y fiestas. "Estoy nerviosa y con muchas ganas de dar el máximo", confiesa la jiennense a Jaén Hoy. Aún no sabe el instituto exacto porque está a la espera de conocer cual es su familia de acogida.
El proceso de selección no es nada sencillo y no solo tienen en cuenta el expediente académico, sino también las cualidades personales, los valores o su capacidad de adaptabilidad y también la renta económica. En la primera criba se fijan en la puntuación de las notas del alumno, después realizan una prueba de inglés dividida en dos fases: la primera fue de manera virtual e individualmente. La segunda parte del examen se hizo de manera presencial en Sevilla.
Expediente de diez
En la fase académica "más o menos sabía que podía pasar de fase. Luego ya fueron los exámenes de inglés y ahí estuve muy nerviosa, sobre todo durante el 'speaking', pero lo conseguí. Y ya hice todos los exámenes más o menos segura, tranquila, porque sabía que lo podía hacer bien", cuenta Mallenco.
La última fase a superar, la entrevista personal va más enfocada a las cualidades humanas y su capacidad de adaptabilidad al lugar. Su padre, Javier Mallenco, presume orgulloso de ella: "Ella lo tiene, aunque esté feo de decirlo, todo diez. Los tres años de Secundaria". "Con esta beca nos ha tocado el gordo", señala.
Y es que la última prueba tampoco le faltaban motivos para superarla. Además, del brillante expediente, Blanca Mallenco estudia música en el conservatorio y toca la guitarra, saca tiempo también para uno de sus hobbies favoritos, la natación en el club Santo Reino, donde compite a menudo. "También ha realizado laboras de voluntariado en Cáritas y Manos Unidas. La niña para tener quince años está muy abierta, muy despierta, le gusta leer muchísimo. De hecho, estamos peleándonos porque se quiere llevar una maleta llena de libros", cuenta su padre.
Conocerse mejor
Blanca cuenta que siempre intenta dar lo mejor de sí misma, aunque confiesa que no siempre puede llegar a todo y tiene que ser realista. "Hay veces que puedo no dar lo máximo en un entreno porque estoy cansada, y sé que no pasa nada". En esta experiencia, que le permitirá enriquecerse de otra cultura, explica que la aprovechará al máximo para conocerse así misma.
"Me voy a centrar en lo personal, porque creo que voy a aprender mucho sobre mi vida, sobre cómo soy, cómo me relaciono con los demás y cómo puedo llegar a ser cuando me enfrente al reto", señala con gran lucidez.
La beca cubre todos los servicios necesarios para realizar un curso escolar en el extranjero y vivir una experiencia única: viaje, tasas de escolarización y matrícula en un instituto público, alojamiento y manutención en una familia anfitriona, seguro médico y de accidentes, convalidación del año académico y apoyo continuado durante la estancia, señala la Fundación en su web.
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