Manuel Parras: "El aceite de oliva no se vende solo: hay que aprender a contarlo"
El catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén explicó durante los Cursos de Verano de la UNIA que el gran reto del sector es conocer mejor al consumidor
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El aceite de oliva necesita mucho más que calidad para conquistar al consumidor: requiere una buena historia detrás. Así lo defendió el catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Jaén (UJA), Manuel Parras, durante los Cursos de Verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en la Sede Antonio Machado de Baeza. El profesor subrayó que el marketing debe situarse en el centro de la estrategia del sector oleícola.
Parras participó como ponente en el encuentro 'AOVE. Salud, marketing y maridaje', donde analizó la evolución de la demanda mundial en los últimos años, el papel de los productores en los mercados nacionales e internacionales y las claves para incrementar la presencia de las marcas de aceite de oliva envasado. "El marketing no es venta; es comprender para poder vender", destacó, insistiendo en la importancia de invertir en intangibles como el conocimiento del cliente y la planificación estratégica, frente a la excesiva dependencia de infraestructuras físicas.
El catedrático señaló que el gran reto del sector es conocer mejor al consumidor, ya que "no todo lo que se produce se vende; sólo debe producirse aquello que realmente tiene un mercado". Para lograrlo, remarcó la necesidad de garantizar la máxima calidad y apostar por atributos diferenciales del aceite de oliva virgen extra, desde el "virgen extra ético" hasta la sostenibilidad ambiental (huella de carbono e hídrica), así como elementos extrínsecos como la marca, el precio o las certificaciones.
Parras advirtió, además, de una paradoja preocupante: España, primer productor mundial de aceite de oliva, está perdiendo consumo interno, especialmente entre los jóvenes. "Los millennials no consumen aceite de oliva como generaciones anteriores, y tampoco los restaurantes lo utilizan con la frecuencia que deberían, pese a que cada vez comemos más fuera de casa", alertó como una de las posibles causas de esta caída.
Fomentar el uso del virgen extra
En este sentido, reclamó un papel más activo de las administraciones públicas para fomentar el uso del virgen extra en hospitales, colegios o comedores colectivos. "No tiene sentido que en servicios públicos esenciales, siendo el aceite de oliva el producto más saludable, se cocine con otras grasas de peor calidad", afirmó. También apuntó a la industria alimentaria (conservas, fritos, platos preparados) como un nicho de mercado con gran potencial si apuesta por el aceite de oliva en sus procesos productivos.
El experto destacó igualmente la importancia de educar al consumidor. "Muchos españoles no saben distinguir entre los diferentes tipos de aceites de oliva", señaló, defendiendo la necesidad de mensajes claros y accesibles que permitan reconocer la calidad con facilidad, además de intensificar la promoción en colegios y entre colectivos influyentes.
La intervención de Parras en la UNIA puso de manifiesto que el marketing, lejos de ser un recurso secundario, puede convertirse en el motor que impulse la demanda mundial de aceite de oliva. "Formar, comunicar y diferenciar son las tres palancas esenciales para que el virgen extra siga siendo referente de salud, sostenibilidad y cultura", concluyó.
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