El municipio de Jaén con acuíferos sobreexplotados y sin alternativas de embalses, que apuesta por la investigación
En las aldeas de Mures y Ermita Nueva, el suministro de agua ha enfrentado dificultades concretas en los últimos años, manteniendo a ambas poblaciones sin agua potable durante meses
En las aldeas de Mures y Ermita Nueva, el suministro de agua ha enfrentado dificultades concretas en los últimos años. En Mures, los niveles de nitratos en el acuífero superaban los límites permitidos por Sanidad debido al uso intensivo de tratamientos fitosanitarios en el olivar, lo que obligó al Ayuntamiento a mezclar el agua local con la de Alcalá la Real para garantizar la potabilidad. En Ermita Nueva, los niveles de fluoruros presentes de manera natural en el acuífero generaban restricciones periódicas, resueltas con la instalación de un sistema de filtrado que eliminara el exceso y asegurara la calidad del agua.
A pesar de estas intervenciones puntuales, la situación general de los acuíferos municipales es crítica. “Los acuíferos están en situación de agotamiento, ni siquiera con las lluvias se recuperan. La situación es preocupante”, señala el alcalde de Alcalá la Real, Marino Aguilera, a Jaén Hoy. El municipio depende casi exclusivamente de sus acuíferos, sin embalses ni grandes cauces cercanos, lo que obliga a optimizar cada recurso disponible y a explorar nuevas fuentes de agua subterránea.
Para hacer frente a este desafío, el Ayuntamiento ha firmado un convenio pionero con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Publicado en el Boletín Oficial del Estado, el acuerdo dispone de un presupuesto de 150.000 euros cofinanciados al 50% y una duración de 38 meses, de 2025 a 2028. Su objetivo es profundizar en el conocimiento de los acuíferos que abastecen al municipio y desarrollar medidas de gestión y recuperación que garanticen el suministro de agua a medio y largo plazo. “La opción que tenemos con el Instituto de Geología y Minero es el sondeo de nuevos acuíferos, con los que poder inyectar agua en los que tenemos que suministran a Alcalá la Real y a través de las correspondientes canalizaciones. Fundamentalmente, buscamos nuevos yacimientos de agua porque la situación es preocupante”, explica Aguilera, destacando la urgencia de contar con apoyo científico especializado.
La historia de la escasez y la gestión hídrica municipal
La preocupación por el agua no es reciente. A finales de los años 80 y principios de los 90, Alcalá la Real vivió una crisis de abastecimiento que llegó a generar la denominada “guerra del agua” con el municipio vecino de Frailes, tras la adquisición de un terreno en ese municipio para obtener agua. El conflicto se resolvió con colaboración entre los ayuntamientos, pero dejó una huella en la conciencia de los vecinos sobre la importancia del ahorro y el uso responsable del agua.
A partir de entonces, el Consistorio ha implementado políticas de eficiencia y optimización de recursos: renovación de la red de saneamiento para evitar fugas, instalación de telecontadores, y uso de aguas depuradas para riego y otros usos urbanos. Estas medidas han permitido mantener el abastecimiento sin recurrir a restricciones importantes, a pesar de que la disponibilidad de agua ha disminuido en las últimas décadas debido a la sobreexplotación de acuíferos y la existencia de pozos ilegales. “Aquí, incluso en los años buenos de lluvia, los acuíferos no recargan como antes. Uno de ellos, el de La Laguna, prácticamente ha dejado de funcionar, y otro, el de Ermita Nueva, se encuentra en situación muy delicada”, señala Aguilera.
Un convenio pionero en la provincia
El convenio con el CSIC-IGME es considerado pionero en la provincia, porque no es frecuente que los ayuntamientos firmen acuerdos de investigación estratégica para la gestión hídrica. La colaboración se basa en cinco líneas de trabajo principales: mejorar el conocimiento de los acuíferos existentes, integrar las aguas subterráneas en la planificación de sequías, experimentar con recarga artificial, modelizar los acuíferos y localizar nuevas captaciones.
El estudio detallado abarcará acuíferos de Sierra de San Pedro, Rompezapatos, Charilla, Calcarenitas de Alcalá la Real-Santa Ana, Frailes-Montillana, Mures y Sierra de la Ermita. Se analizarán sus niveles, composición química y viabilidad de explotación, así como posibles estrategias de recarga artificial. “Analizaremos los cuatro sondeos de los que se abastece Alcalá la Real y el de Frailes, y estudiaremos la recarga artificial del acuífero de Santa Ana. Es un proyecto muy importante para el municipio”, afirma el alcalde.
El acuerdo también contempla la integración de la información de los acuíferos en los Planes de Emergencia por Sequía, estableciendo metodologías de evaluación, seguimiento de recursos y medidas de control y optimización del uso del agua. Además, se prevé la modelización matemática de los acuíferos, lo que permitirá simular escenarios de explotación y anticipar posibles riesgos futuros, y la localización de nuevos pozos o captaciones viables en el término municipal.
La red de abastecimiento y la protección de las aldeas
Actualmente, todas las aldeas cuentan con suministro gracias a la conducción desde Alcalá. Incluso aquellas que han perdido sus propios sondeos, como La Rábita y Ermita Nueva, reciben agua mediante esta red. El municipio mantiene cinco pozos principales, de los cuales dos se encuentran en situación crítica, pero la planificación y las conducciones garantizan que ninguna aldea sufra desabastecimiento.
“La única aldea que nos queda por cubrir con una conducción desde Alcalá es Ermita Nueva. En el cuarto decreto de sequía de la Junta de Andalucía se nos han concedido 1.300.000 € para hacer esa conducción, que se firmará en diciembre”, explica Aguilera.
El alcalde destaca que la infraestructura y el seguimiento constante han sido claves para mantener el suministro estable, incluso en un contexto de escasez. Además, se están desarrollando proyectos estratégicos de riego con aguas regeneradas, que permitirán pasar 400 hectáreas de olivar de secano a regadío y otra comunidad planea incorporar 900 hectáreas adicionales. Este sistema garantiza un recurso seguro y estable, desvinculado de las lluvias.
Planificación a largo plazo y sostenibilidad
Ante la dependencia casi total de los acuíferos, la estrategia municipal se centra en fomentar el consumo responsable, maximizar el uso de aguas regeneradas y continuar la modernización de la red de abastecimiento. Esto incluye telecontadores, detección de fugas, mejoras en estaciones de bombeo y depósitos, y control de la calidad del agua. “Nosotros ahora mismo no tenemos restricciones de agua, pero en un futuro seguramente tendremos que tomar medidas de ahorro. La acción preventiva es esencial para no llegar a situaciones críticas”, afirma Aguilera.
La calidad del agua también es un aspecto clave. Alcalá la Real se encuentra en una zona caliza, por lo que la dureza del agua es elevada. Sin embargo, gracias a inversiones en sistemas de filtrado y control, se han resuelto problemas concretos de nitratos y fluoruros, asegurando que el agua llegue en condiciones óptimas a hogares y aldeas.
Con este convenio, Alcalá la Real se coloca a la vanguardia de la gestión científica de recursos hídricos municipales en España. La combinación de investigación avanzada, planificación estratégica y soluciones técnicas innovadoras permite abordar los retos de escasez, sobreexplotación y calidad del agua. Para Marino Aguilera, se trata de un paso decisivo para garantizar que cada hogar y cada aldea reciba agua en condiciones sostenibles y seguras. “Este proyecto es estratégico para Alcalá la Real”, concluye el alcalde.
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