El número de noches tropicales se triplicará en gran parte de los municipios de Jaén antes de 2060
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Algunos puntos de la provincia registrarán casi dos meses donde las mínimas no bajarán de los 20 grados
Las tormentas vuelven a sorprender a Jaén por segundo día consecutivo

Cada vez será más difícil conciliar el sueño por las noches en verano en Jaén sin ayuda de un aire acondicionado. “No hay precedentes de un junio tan cálido como el actual. No hay más que ver la gráfica de anomalías“, expone la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) con datos. Entre 2022 y 2024 hubo siete récords de meses cálidos y el último récord de mes frío fue febrero de 2005.
Entre 1985 y 2014, la temperatura media de esos treinta años en Jaén capital era de 16,5 grados. Ahora, diez años después la cifra aumenta hasta los 18 grados tal y como refleja la Aemet en 2024. Aunque esta cifra pueda parecer poco significativa, según datos de la misma agencia, la media del país en los últimos cinco años fue de 15,9 grados y es aquí dónde se puede apreciar como Jaén supera la temperatura media española.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible en su publicación 'El clima en Andalucía en el siglo XXI' advierte que dentro de 30 años el aumento medio de las temperaturas mínimas será de 1,7 grados y de 2,2 en las máximas. Según este mismo estudio a nivel provincial, Jaén, Córdoba y Granada serán las provincias que experimentarán un mayor incremento de la temperatura media.
Estas olas de calor cada más frecuentes dejan mínimas también inusuales en las horas de la madrugada en las que el termómetro suele bajar, dándose el fenómeno de las noches tropicales o tórridas. Las noches tropicales son aquellas en las que la temperatura mínima no desciende por debajo de los 20 grados. Los últimos datos recogidos en el Geoportal Mapa Clima de la Junta de Andalucía, una herramienta pública que permite consultar la evolución y proyección de distintas variables climáticas en cada municipio, y que muestra entre los indicadores el histórico de las noches tropicales y las proyecciones deja unos datos preocupantes.
En el histórico de 1985-2014, los municipios de la provincia registran de media 10,2 noches tropicales al año. De los 97 municipios analizados, la mediana se sitúa en diez noches, con un mínimo de dos noches en Siles y un máximo de 17 noches en una docena de municipios, casi todas situadas en la Campiña Norte y en el Valle del Guadalquivir. Bailén, Begíjar, Cazalilla, Escañuela, Espeluy, Fuerte del Rey, Jabalquinto, Lupión, Mengíbar, Torreblascopedro, Torredelcampo, Villardompardo y Villatorres encabezan ya este preocupante ranking térmico. Muy cerca de ellos se sitúan otros municipios como Baeza, Ibros, Jaén capital, Linares o Canena, que oscilan entre las 15 y 16 noches tropicales al año.
Sin embargo, lo que realmente alarma a los expertos es la proyección para el periodo 2031–2060. Según el modelo de predicción basado en escenarios climáticos de referencia, la media de noches tropicales se disparará hasta las 34,4 noches por año en la provincia. Se trata de un incremento medio de más de 24 noches, lo que supone, de hecho, triplicar la frecuencia actual de este tipo de episodios cálidos durante la noche.
En los municipios que ya registran valores máximos, el salto es aún más notable. Pueblos como Jabalquinto, Villatorres o Torreblascopedro pasarán de las 17 noches actuales a un total de 52 noches tropicales anuales, es decir, casi dos meses completos con mínimas que no bajan de los 20 grados. Otros pueblos como Mengíbar, Lupión y Begíjar rondarán las 51 noches, mientras que Linares e Ibros, que en el histórico de 1985 a 2014 tienen 16, llegarán también a los 51. La capital, Jaén, alcanzará las 47 noches tropicales, frente a las 16.
El fenómeno no se limita únicamente a la Campiña o al Valle de Guadalquivir. Incluso municipios con noches más frescos, como Martos, subirán de 13 a 41 noches tropicales. Arjonilla pasará de 14 a 43, y Villardompardo de 17 a 50. La tendencia es prácticamente unánime, de los 97 municipios de Jaén, 96 experimentarán un aumento significativo.
Aun así, las zonas de sierra también notarán el cambio. Siles, que hasta 2014 apenas suma dos noches tropicales al año de media, pasará a tener diez. Pozo Alcón subirá de tres a once, Noalejo de tres a doce y Génave de 4 a 15. Son cifras que, aunque modestas frente al resto de la provincia, reflejan igualmente una alteración climática evidente incluso en los enclaves más frescos.
Las causas de este fenómeno están relacionadas con el aumento sostenido de las temperaturas mínimas nocturnas debido al cambio climático. Las noches tropicales no solo son una señal clara del calentamiento global, sino que tienen efectos directos sobre la salud humana. También implican un mayor uso de sistemas de refrigeración durante la noche, lo que repercute en el consumo energético, en el ámbito agrícola, afectan a determinados cultivos que necesitan de un descenso térmico nocturno para completar sus fases vegetativas.
Por zonas, la Campiña y el Valle del Guadalquivir serán las áreas más castigadas. Estos territorios, ya propensos a las altas temperaturas durante el día, verán cómo las noches dejan de ofrecer el alivio térmico tradicional. El calor persistente afectará a la calidad de vida, haciendo necesario repensar desde los sistemas de aislamiento en las viviendas hasta la planificación del descanso y las actividades nocturnas.
Por el contrario, las zonas altas de la Sierra de Segura o la Sierra Sur jiennense mantendrán niveles más bajos, aunque ya se detectan patrones de ascenso también en esas áreas. Ciudades como Jaén, Linares, Andújar o Baeza no escaparán a esta transformación. Con más de 45 noches tropicales proyectadas en cada una las convertirá en los municipios más difíciles para conciliar el sueño.
El Geoportal Mapa Clima permite a cualquier ciudadano consultar la evolución climática de su municipio e invita a la reflexión sobre las medidas de mitigación necesarias. El aumento de noches tropicales no es un fenómeno lejano ni ajeno, está ocurriendo ya, y los próximos 30 años marcarán un antes y un después. El calor ya no se irá con la puesta de sol. Y lo que durante siglos fue un clima de interior con noches frescas y días intensos, camina con paso firme hacia un verano continuo, sin tregua, en el que el descanso será cada vez más complicado.
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