Nuevos hallazgos en el Oppidum Íbero del Puente Tablas: “Casi se ha duplicado el área excavada”

La zona productiva, descubierta el año pasado, es más grande lo esperado y cuenta con patios a los que accedían carros

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Excavación arqueológica en el Oppidum Íbero del Puente Tablas / Jesús Mudarra

Pese a las décadas de intenso trabajo que los arqueólogos jiennenses llevan interviniendo en el Oppidum Íbero del Puente Tablas, una ciudad amurallada que estuvo habitada desde el final de la Edad del Bronce hasta época islámica, con un periodo de abandono intermedio que se achaca a la II Guerra Púnica; todavía apenas se ha arañado la superficie (se estima que un 20 por ciento) del potencial que este yacimiento arqueológico tiene que ofrecer.

Lo demuestran año tras años los resultados que obtienen las campañas que se realizan desde el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, y la que les ocupa en estos momentos no es una excepción. El equipo que dirige la arqueóloga Carmen Rueda lleva desde finales del mes de septiembre trabajando sobre el terreno en la zona de viviendas del Oppidum, donde en febrero de 2024 salieron a la luz unas infraestructuras inéditas que resultaron ser un secadero industrial de cereal.

“El objetivo en esta campaña de 2025, que corresponde a la quinta fase del proyecto de seis años financiado por la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía era llegar a ampliar completamente la zona propuesta de excavación, que nos ha evidenciado un espacio muy complejo en cuanto a la presencia de numerosas fases de reutilización de espacios”, especifica la arqueóloga en declaraciones a Jaén Hoy.

Uno de los arqueólogos trabaja en el Oppidum Íbero del Puente Tablas.
Uno de los arqueólogos trabaja en el Oppidum Íbero del Puente Tablas. / J. M.

Detalles de su día a día

Esta ampliación desenterrada del área productiva se caracteriza por la presencia de grandes patios con entrada propia, que en muchos casos se encuentra afectado por fosas de época emiral, que no van a ser excavadas. “El tamaño de las entradas nos ha pensar que seguramente entraban con carros a los mismos. Y luego se caracteriza esta zona porque en los extremos nos vamos a encontrar con dos áreas longitudinales paralelas, una de ellas subdividida en tres espacios a su vez, que recuerda mucho a alguna zona excavada del almacén definido como la ‘Casa 34’, que se excavó en 2005 y es la misma disposición de espacio. Con lo cual, a la espera de lo que nos digan los análisis de paleoambiente, cerámicos, microestratigráficos, de contenido, etcétera, ahora mismo hipotetizamos que estamos en la continuación del área productiva y, por tanto, es muy interesante”, detalla Rueda.

Y dice esto último porque estos espacios revelan cómo era el día a día de los habitantes de la ciudad. “Hemos abierto toda la zona y hemos llegado al nivel del siglo VI. Ahora mismo estamos respondiendo a preguntas concretas”, sigue en su exposición Carmen Rueda que, al ser preguntada por la extensión excavada tras estos meses, reconoce que es “prácticamente el doble” de lo que había en la zona de las viviendas. “Esto es maravilloso desde el punto de vista del recurso patrimonial, porque lo que se va a poder visitar en el futuro es un área muchísimo más extensa. Lo que queda ahora es que se incorpore un programa integral de restauración y de consolidación de los restos”, matiza sobre los pasos a seguir.

Una vez que acaben los trabajos de excavación (la próxima semana si el tiempo lo permite), se van a tapar algunas de las estructuras más débiles para garantizar su conservación y se van a rellenar las fosas de épocas posteriores. “Esta área requiere ahora mismo de un planteamiento a corto plazo de consolidación y restauración que permita dar una imagen más coherente del sitio”, explica Rueda sobre una intervención que en la que han participado los arqueólogos Marcos Soto, María José Cabrera y Rocío Noguera, con el apoyo de Arturo Ruiz y Manuel Molinos; todos profesionales del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica.

Posible ampliación del proyecto

Se van a mantener reuniones en los próximos días para que la Consejería tenga constancia de los resultados y para determinar la estrategia a seguir en el futuro con respecto al Oppidum, “porque este sitio tiene un potencial enorme”. “Los contextos que estamos investigando son muy interesantes e inéditos para este sitio y algunos de ellos incluso para todo el área ibérica. Aquí hay trabajo para muchísimas generaciones, aunque yo no soy partidaria de excavar todo ni de agotar registro”, argumenta Rueda, señalando que quedan zonas del cerro por sondear como la puerta norte, donde se sabe que se repelió el ataque de un ejército.

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