La Pastira Power y el valor de la mujer empoderada a través de la leyenda
HISTORIA
La vestimenta típica de Jaén guarda una importante historia detrás que refleja el coraje de la feminidad a través de una indumentaria que la asociación Lola Torres trata de recuperar
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Hoy en día se puede poner en valor la figura de la mujer desde cualquier ámbito, incluso en algo que parece encorsetada en la tradición. Y si no que se lo pregunten a las pastiras, esas figuras que bosquejan el legado de las primeras jiennenses que definieron una imagen de auténtico abolengo. La indumentaria de estas hortelanas ha pasado a la historia como un emblema de arraigo popular en la ciudad, una vestimenta de gente labradora y humilde.
La Asociación Lola Torres persiste en su lucha por la búsqueda de la identidad propia desde su nacimiento y precisamente en esa tarea cobran un sentido importante los trajes de pastira y chirri. "Cuando se extinguió la sección femenina, los que formábamos parte del grupo de coros y rondallas decidimos que queríamos continuar con una labor de recopilación", explica Pilar Sicilia, fundadora de la asociación y toda una eminencia en este colectivo que reivindica el folclore de Jaén.
Esta vestimenta en su más sencilla concepción consta principalmente de un traje de algodón y unas pañoletas rojas, una pieza que caracteriza notablemente a las pastiras. "El llamado paño jaenciano estaba muy solicitado porque no se deterioraba su color con el tiempo", apunta Sicilia. De hecho, podemos presumir de ser prácticamente el único lugar en ostentar dicho pigmento. "Era lo más común del día a día, si bien se enriquecía con mantones de manila y pañoletas en el día de la Capilla".
Legendarias hortelanas
Conviene detenerse en esta parte de la descripción para atender a una leyenda popular que viene a explicar el por qué de este color rojo en las mencionadas tocas. Abraham López recoge esta interesante historia en su blog 'Jaén, bella ciudad de luz': "Se cuenta que un grupo de mozos y mozas salieron una mañana de romería a orillas del río Guadalbullón". Resulta llamativo cómo las distintas versiones coinciden en la ubicación de este suceso.
"Una partida de moros granadinos les sorprendió y les atacó, con la intención de dar muerte a los mozos y llevarse cautivas a las mozas, pero ambos ofrecieron tan encarnizada resistencia que los moros huyeron", narra este filántropo jiennense. Así, ante la bravura demostrada por aquellas mujeres, se cree que sus tocas, antes blancas, se tiñeron del rojo de la sangre. Desde entonces y en conmemoración de aquel hecho, las mujeres de Jaén visten estas pañoletas rojas durante los días de fiesta.
Por desgracia, no existen documentos que cercioren la veracidad de este acontecimiento. Tal y como apunta Pilar Sicilia, esta escaramuza no es más que una manera de explicar de forma poética algo de lo más cotidiano. Lejos de la realidad, esta impulsora de las pastiras lamenta cómo las nuevas generaciones "no están demasiado interesadas" en ello. "Si no tenemos gente todo este trabajo de incentivar las tradiciones se va a venir abajo tarde o temprano".
Influencer del siglo XXI
Lejos de una intención puramente feminista, la ilustradora de Viñeta 6 Irene Pedrosa decidió dar rienda suelta a su inspiración en 2020 para crear su Pastira Power, un cóctel de personaje que podría pisar el terreno de las superheroínas y aparecer en cualquier crónica de varias centurias atrás. Como buena jiennense relata cómo "todo empezó por su propia indignación". Fue así cómo realizó un primer dibujo a lápiz de una pastira visiblemente enfadada. "Me llamó la atención que en diferentes portales turísticos hablaban constantemente de muchos sitios de Andalucía pero pocas veces lo hacían de Jaén".
Aquella primera idea cobró sentido en las redes con una recepción algo confusa, ya que algunos usuarios reclamaban el hecho de que el personaje luciese enfadado. "Quise manifestar que no era una chica florero, sino que lo que hacía era protestar porque Jaén no estuviese tan valorada", indica. Fue a partir de ese instante cuando Pedrosa empezó a apostar de lleno por el tema en otros ambientes más distendidos y relacionados con las tradiciones de la ciudad.
"Al final se trataba de traer algo retrógrado y casi rancio al siglo XXI", sostiene. Su Pastira Power ha pasado de aspirante a Khaleesi a correr la San Antón, seguramente en un alarde de aquella leyenda que ensalza "el tronío y la valentía de las mujeres jaeneras". También a través de algún chascarrillo la figura creada por esta profesora de inglés que no ha dejado nunca de dibujar "se ha convertido en un personaje del día a día".
Pedrosa, como tantas mujeres, luchan hoy con sus propios medios para desafiar barreras y romper estereotipos. En su interés está la consolidación de un valor más que merecido a la provincia. Y en su mensaje, de una u otra manera, está también presente la voz de las mujeres cuyo legado han construido la fortaleza de este emblema textil. Como diría la Pastira Power: "Jaén, levántate brava!"
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