La primera astronauta española de la ESA, Sara García, inspira en la UJA: “Cada día pienso en los pacientes que se pueden beneficiar”

La también investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) impartió la conferencia titulada “Biotecnología. Desde el laboratorio hasta el espacio

Sara García Alonso: “Ser un ejemplo para niñas y jóvenes es un honor y también una gran responsabilidad"

Un Aula Magna de la Universidad de Jaén a rebosar ha recibido entre aplausos a una mujer referente en la Ciencia, Sara García Alonso, quien no solo acumula una trayectoria profesional excelente si no que ha roto techos al convertirse en la primera mujer española que entrena oficialmente para ir al espacio tras ser seleccionada en la Agencia Espacial Europea (ESA). La también investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) impartió la conferencia titulada “Biotecnología. Desde el laboratorio hasta el espacio”, organizada por la Facultad de Ciencias Experimentales que se convirtió en una inspiradora reflexión sobre el poder del conocimiento, el esfuerzo y los sueños que desafían la gravedad, tanto literal como metafóricamente.

El acto estuvo presidido por el rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz, acompañado por el decano de la Facultad, Diego Franco, quienes destacaron la relevancia de la visita. “Para nosotros hoy es un día muy importante, porque tenemos la suerte de contar con una gran investigadora, una mujer joven con una trayectoria brillante y, además, un referente para nuestros estudiantes”.

Ruiz subrayó que la presencia de Sara en la UJA “supone un inmenso honor” y que su figura “representa muchos de los valores que este equipo de gobierno quiere trasladar a la comunidad universitaria y a la sociedad jiennense”. “Sara ejemplifica que los sueños, cuando se trabajan con tesón y pasión, no tienen techo”, señaló, destacando el acierto del título de su conferencia: Biotecnología. Desde el laboratorio al espacio’. “Estamos en el lugar donde la curiosidad se transforma en método, donde las preguntas se convierten en conocimiento a través de la investigación”, añadió.

El rector reconoció también el mérito y la valentía de García al dar el salto desde su trabajo en el CNIO hacia la Agencia Espacial Europea. “Decidió salir de su zona de seguridad, prepararse a fondo, afrontar uno de los procesos de selección más duros del mundo y atreverse a soñar con algo que parecía casi imposible. Ese coraje es lo que realmente conecta el laboratorio con las estrellas”, afirmó Ruiz, quien recordó la necesidad de contar con más mujeres en la ciencia y la tecnología. “Sara es un ejemplo de que cuando una mujer se propone algo, lo consigue. Y eso tiene un doble mérito, porque las brechas siguen existiendo. Necesitamos más mujeres que se acerquen a la ciencia, que se acerquen a la tecnología. Lo necesitamos como sociedad, como país y como región”, concluyó.

Una voz que inspira

Visiblemente emocionada, Sara García agradeció las palabras del rector y reconoció sentirse “muy honrada”. “No puedo suscribir más todo lo que ha dicho Nicolás. En esencia, esos son los mensajes que me gusta transmitir: que nunca es demasiado pronto para rendirse, que hay que atreverse a dar ese primer paso motivado por la curiosidad, por las ganas de aprender y de retarnos como personas”, explicó.

En un tono cercano y motivador, la investigadora invitó al público a “quitarnos ese lastre que solemos llevar, el miedo, la falta de referentes o esas estadísticas que pueden ir en contra”. “Hay que intentarlo, porque incluso si no llegas a la meta, cuando aplicas disciplina y esfuerzo ya ganas. Te llevas herramientas que marcarán tu futuro.”

Sara desarrolló su intervención en torno a una idea central, la ciencia como puente entre la Tierra y el espacio, un camino común que tiene como meta mejorar la vida de las personas. “La base es la misma, avanzar en el conocimiento, utilizar la tecnología y la ciencia para innovar aquí, en la Tierra, para mejorar la vida de la gente. Eso se puede hacer desde un laboratorio en el CNIO, desde la Estación Espacial Internacional o desde la Universidad de Jaén. Lo que tenemos en común los científicos es ese deseo de aportar soluciones a los problemas que afrontamos como sociedad”, afirmó.

La ciencia como herramienta de progreso

A lo largo de su intervención, García profundizó en la importancia del trabajo multidisciplinar y colaborativo. “A través del conocimiento y del esfuerzo colectivo se garantiza el progreso de la sociedad y del país. Ese es el motor que mueve el mundo”, aseguró. También destacó el papel de la investigación pública como eje del desarrollo. “La inversión pública es crucial. Cuanto más apostemos por la investigación, la educación y el desarrollo, más progreso habrá. Los países más ricos de Europa no lo son porque invierten más en I+D, sino que son ricos porque en su día decidieron invertir en investigación. Hoy están recogiendo los frutos de esa apuesta”, insistió.

Sara explicó además cómo la exploración espacial genera beneficios tangibles para la humanidad. “El lema común de las agencias espaciales ESA, NASA es la exploración y el uso pacífico del espacio para el beneficio de la humanidad. En el espacio no hay gravedad y eso cambia la forma en la que se comporta la materia. Se abren posibilidades infinitas para desarrollar nuevos medicamentos, nuevos materiales o sistemas de reciclaje de agua y nutrición que pueden aplicarse, por ejemplo, en países con problemas hídricos o de hambruna. Todo eso es innovación al servicio de la vida”, relató.

“En mi caso, que me dedico a la investigación oncológica, cada día pienso en los pacientes que podrían beneficiarse de un nuevo tratamiento o un sistema de diagnóstico"

Durante su conferencia, García repasó su trayectoria, desde sus años de formación hasta su actual trabajo en el CNIO. Licenciada en Biotecnología por la Universidad de León, fue la primera de su promoción y obtuvo varios premios a la excelencia académica. Se doctoró en Biología Molecular del Cáncer y Medicina Traslacional en la Universidad de Salamanca, con Premio Extraordinario de Doctorado, y desde 2019 trabaja en el laboratorio del doctor Mariano Barbacid, donde lidera un proyecto para el desarrollo de fármacos contra el cáncer de pulmón y de páncreas impulsados por mutaciones en el gen KRAS.

“En mi caso, que me dedico a la investigación oncológica, cada día pienso en los pacientes que podrían beneficiarse de un nuevo tratamiento o un sistema de diagnóstico. Eso es lo que te impulsa a levantarte cuando tropiezas, porque el camino de la investigación es duro, pero cada paso merece la pena”, compartió.

En noviembre de 2022, Sara fue seleccionada entre casi 23.000 candidatos como astronauta de reserva de la ESA, convirtiéndose en la primera mujer española en lograrlo. Sobre esa experiencia, confesó: “Ser seleccionada fue cerrar una etapa que parecía imposible, pero de lo que más orgullosa me siento es de haberlo intentado. Haberme lanzado a eso me cambió la vida, independientemente de haber llegado o no al final”.

Ahora se encuentra en una nueva etapa de formación y aprendizaje, con la vista puesta en posibles misiones futuras en las que pueda llevar a cabo experimentos científicos en el espacio. “Es un nuevo camino que se ramifica”, afirmó con una sonrisa. “Y aunque no hay laboratorio en la Tierra con mejores vistas que uno en órbita, el propósito sigue siendo el mismo: mejorar la vida de las personas”.

Referentes y futuro

Uno de los momentos más emotivos de la conferencia llegó cuando García habló de los referentes femeninos y la necesidad de visibilizar el talento de las mujeres en la ciencia. “Ser un ejemplo para niñas y jóvenes es un honor y también una gran responsabilidad. Desde que fui nombrada miembro de la ESA, he sabido que por primera vez la profesión de astronauta aparece en las encuestas entre las aspiraciones de las niñas españolas. Quiero creer que algo he tenido que ver en eso, y me hace sentir muy orgullosa”, reconoció.

“Talento femenino siempre ha habido, pero ha estado oculto, no aparecía en los libros ni en los medios. Cuando las niñas ven ejemplos reales, sueñan sin barreras. Si ven que una mujer ha llegado, piensan: ‘¿por qué yo no?’ Pero si no tienes referentes, es difícil soñar con ser pionera”, añadió.

La investigadora recordó con emoción a las mujeres que sí marcaron su infancia: “Mis referentes fueron mi madre y mi abuela. Me enseñaron el valor del esfuerzo y me dieron alas para intentar lo que soñaba. Me decían: ‘esfuérzate, comprométete con tu objetivo, aunque no llegues a la meta’. Ese empuje me permitió soñar alto, aunque fuera a ciegas. Por eso me alegra tanto ver que ahora hay más ejemplos visibles para las niñas y los niños que quieren soñar en grande”.

El aplauso a una vida de vocación

El rector Nicolás Ruiz cerró el acto destacando que Sara es la personificación de la curiosidad, la disciplina y la pasión que mueven la investigación. “Antes que astronauta, es una científica de primer nivel, y encarna el espíritu de la UJA, arriesgarse, salir de la zona de confort y trabajar con esfuerzo y sacrificio para hacer realidad los sueños”, afirmó, seguido de una larga ovación para una mujer que se ha convertido en referente de muchos jóvenes.

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