Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
EN LA RESERVA
El socialismo andaluz anda buscando un nuevo perfil, adaptado a los tiempos de escasez. Acostumbrado a la gloria por decreto, el modo “Juanma” los lleva a penar sin mendrugo de poder que llevarse a la boca. El ciclo pepero los dejó sin la transición hecha (tiempo tuvieron) y, ahora, los nuevos y buenos perfiles que saltan a la palestra están obligados a hacer equilibrios orgánicos para caminar y llevar sobre sus cabezas la pesada carga del séquito que se quedó. Una vieja guardia insatisfecha con su posición de salida y que apura una última oportunidad en el ruedo político, aunque para ello tengan que penar, renunciar a los apellidos políticos y beber cicuta de tarde en tarde.
Inciso. Cabe señalar, aunque en ocasiones se nos olvide, que el Senado es un espacio finito, no todos los socialistas con méritos para la causa pueden calentar banquillo en tan noble y útil institución... para los partidos. Entre otros motivos, por esta razón siguen poniendo voz al socialismo andaluz y así hacen un flaco favor a quienes achican agua sin los pecados de sus padres. Pero, claro, si María Jesús Montero, sin pecado concebida, es la mejor candidata porque no van a litigar ellos, desde aquí, por la causa.
Quizá esté pensando, por aquello de la metáfora del agua del barco, en el principio más conocido de Arquímedes, pero aunque el PSOE esté en ese tránsito de saber si permanece total o parcialmente sumergido (hundido electoralmente si lo prefieren) o experimenta un empuje hacia arriba (encuestas) que, ojo, según el principio, requiere desalojar fluido... Pero, no, no es este el principio que le da al socialismo andaluz una oportunidad de mezclarse de nuevo en la calle. En un par de párrafos, se aclara.
Pedro, el omnímodo, eligió a ministros y ministras como su UME política particular. Una unidad de acción que le permite estar en campaña permanente, lo hizo para aprovechar los focos del Consejo de ministros y, también, para tener las bridas cogidas del partido más allá de Ferraz. Habrá que reconocer su capacidad para hacerse un traje a medida con el partido, aunque ahora le quede colgandero (el traje).
Así las cosas, en la mayor crisis política de Juanma Moreno (ese presidente inopinado para los que acuñaron el viejo testamento del PP) el socialismo andaluz encuentra un punto de apoyo para cambiar el mundo a este lado de Despeñaperros. “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, que clamó el viejo Arquímedes. Esto es, el punto de apoyo es la enorme crisis por el cribado del cáncer de mama, con miles de mujeres afectadas, la enésima consejera caída y en la calle un viejo clamor, que vuelve como un buen estribillo.
Y hete aquí, que, ‘mutatis mutandis’, aquellos que denostaron y tildaron de políticas las marchas multitudinarias por la sanidad pública, lideradas por Spiriman, están hoy en la segunda y tercera fila de las actuales concentraciones. Legítima briega política, por supuesto, pero habrá que ponderar en su justo valor a los que mantienen y no se han movido de este lado de la pancarta. Esos colectivos son los que llevan años mostrándonos que la sanidad andaluza está desnuda ante el espejo.
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