Un refugio único de vida subterránea en Jaén: la Cueva del Jabalí, declarada Reserva Entomológica

Provincia

La cavidad, ubicada en Santiago-Pontones, acoge más de 40 especies de artrópodos, incluidos endemismos únicos en el mundo

Ultiman la ampliación del Parque Natural de Despeñaperros: duplicará su tamaño

Cueva del Jabalí.
Cueva del Jabalí.

En las profundidades de la Sierra de Segura, dentro del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, se esconde un tesoro desconocido para muchos, pero con una importancia científica y ambiental, la Cueva del Jabalí. Este enclave, ubicado en el término municipal de Santiago-Pontones, ha sido declarado recientemente Reserva Entomológica por la Asociación española de Entomología (AeE), convirtiéndose en la tercera cavidad de estas sierras en obtener esta distinción. "Se trata del único Parque en España que tiene tres reservas entomológicas", afirma a Jaén Hoy el doctor Eduardo Galante Patiño, expresidente de la AeE y vocal de Conservación de Biodiversidad.

La figura de Reserva Entomológica fue creada en 2002 por la AeE con el objetivo de proteger espacios que alberguen poblaciones de artrópodos singulares, endémicos o amenazados, además de comunidades con una alta diversidad de especies. En este caso, la designación supone un reconocimiento al trabajo constante de exploración y conservación desarrollado durante décadas por el Grupo de Espeleología de Villacarrillo (GEV), que ha liderado la investigación bioespeleológica en la zona.

“Las cuevas son hábitats únicos donde viven especies exclusivas, muchas veces sin presencia en ningún otro lugar del planeta. Si esos ecosistemas sufren algún daño, esas especies desaparecen para siempre. De ahí la importancia de su protección como reservas, pues son auténticos refugios de biodiversidad”, cuenta Galante.

Un laboratorio natural bajo tierra

La Cueva del Jabalí se encuentra a pocos kilómetros de pequeñas aldeas serranas como Pontón Alto, Pontón Bajo o Fuente Segura. Sus primeras exploraciones datan de finales de los años 60, cuando el Spéléo Club Saint-Pons de Hèrault (Francia) realizó incursiones lideradas por el arqueólogo Gabriel Rodríguez, autor de importantes hallazgos en la zona. Desde entonces, distintos grupos han estudiado la cavidad, aunque ha sido el GEV el que ha desarrollado un trabajo más sistemático y profundo.

Las investigaciones han revelado un universo invisible para la mayoría, 44 especies de invertebrados habitan en su interior, algunas de ellas endémicas. Entre los hallazgos más destacados figuran el diplópodo Ceratosphys jabaliensis, descrito en 2013, y el nematodo Ablechroiulus spelaeus, identificado en 2011. A ello se suma una importante colonia de murciélagos, que convive con invertebrados adaptados a las condiciones extremas de la cueva.

“Además de los murciélagos, que son más conocidos, en la Cueva del Jabalí vive una fauna invertebrada de gran interés científico y menos visible para el público”, explica Toni Pérez, presidente del GEV y uno de los mayores especialistas en fauna subterránea de Jaén. “Conservar estos organismos es vital porque forman parte de ecosistemas muy frágiles y a la vez esenciales para entender la evolución de la vida en condiciones extremas”, expresa.

Una joya amenazada por el ser humano

La riqueza biológica de la cueva contrasta con los riesgos a los que se enfrenta. Según los espeleólogos del GEV, son frecuentes las visitas incontroladas de curiosos que desconocen la necesidad de contar con autorización para entrar en una cavidad dentro de un espacio natural protegido. Esto ha generado problemas de basura, grafitis y roturas de formaciones en su interior.

“La gente no siempre es consciente del daño que puede causar. Hemos tenido que retirar residuos e incluso reparar daños provocados por vandalismo”, lamenta Pérez. “El ser humano es el ser vivo más destructivo del planeta, y necesitamos poner restricciones para garantizar que no desaparezca un ecosistema tan delicado”.

La declaración como Reserva Entomológica pretende ser, precisamente, un escudo de protección frente a estas amenazas. Tal y como subraya Eduardo Galante, estas figuras no solo reconocen el valor ecológico de las cuevas, sino que las ponen en el mapa de las autoridades, que pueden así regular su uso y frenar la sobreexplotación.

Tres cuevas, un mismo compromiso

Con la incorporación de la Cueva del Jabalí, el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas se convierte en el único espacio protegido de España con tres Reservas Entomológicas. Antes fueron declaradas la Cueva Secreta del Sagreo (La Iruela, 2017) y el Sistema de la Murcielaguina (Hornos, 2022).

Este logro, destacan desde la AeE, no habría sido posible sin la colaboración de entidades como la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, la Dirección y Técnicos de Conservación del Parque Natural o instituciones científicas como el CSIC y la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Murciélagos (Secemu).

“Gracias al impulso del GEV, hemos conseguido que tres cavidades de estas sierras estén hoy reconocidas y protegidas. No es solo un triunfo local, sino un referente nacional en conservación de biodiversidad subterránea”, afirma Galante.

stats