¿Qué significan las líneas que cruzan la plaza de Santa María en Jaén?
PATRIMONIO
Analizamos el sentido de los curiosos trazos que atraviesan el espacio frente a la catedral de Jaén, un dibujo que pasa inadvertido para la mayoría de ciudadanos y visitantes
La Catedral de Jaén en imágenes: un templo lleno de arte

Jaén/Es normal que cuando uno visita por primera vez la catedral de Jaén acabe por perderse en la impresionante belleza de su fachada principal. Sin embargo, el amplio espacio que se extiende ante la misma también ofrece toda una lección para los más audaces. La plaza de Santa María, tan reformada y desgastada a lo largo del tiempo, debe su aspecto actual a su última remodelación en 2011, a cargo del estudio de arquitectura de Salvador Pérez.
Su inauguración la presentaba entonces como un espacio diáfano y moderno, a la manera de las grandes capitales europeas, con una solería compuesta principalmente de los ya aborrecidos bloques de granito. En su diseño, aparentemente sencillo, se dibujan un conjunto de referencias al propio templo de Vandelvira con base en la proporción áurea y notables incrustaciones de bronce que buscan extender la propia planta de la catedral más allá de sus muros. Incluso, las fuentes rasantes sobre el pavimento aluden al antiguo manantial que brotase en dicho lugar tiempo atrás.
Es un cruce de caminos para los jiennenses y el centro mismo de la ciudad, con edificios tan emblemáticos en su perímetro como el propio Ayuntamiento o el Palacio Episcopal, entre otros. Igualmente, sirve de confluencia para varias arterias conocidas como la calle Maestra, la Carrera de Jesús o la calle Campanas, que enlaza directamente con la popular 'Carrera' (Bernabé Soriano). Pero de entre todos estos detalles, destacan especialmente los trazos rectilíneos que se dibujan en su suelo: una suerte de galimatías mucho más apreciable desde una perspectiva cenital.

Un lenguaje cifrado
Podríamos hablar de una lengua en clave si tratamos de descifrar su sentido a simple vista, pero para ello es necesario atender a su disposición sobre los bloques y la sombra que proyecta la cornisa de la torre meridional de la catedral, aquella que no cuenta con campanas. Este elemento situado a diez metros de altura hace la función de 'gnomon' en un gigantesco reloj solar que se dispara sobre el trazado de la plaza de Santa María.
Por esta razón encontramos dos tipos de líneas: unas más perpendiculares al templo, que indican los meses del año, y otras radiales sobrepuestas, que establecen la lectura de tres únicas horas. Estas son las siete, las ocho y las nueve de la mañana, debido a que el resto del día la plaza permanece iluminada completamente por el sol o en penumbra. Según explica Francisco Miguel Merino en su página Red Jaén: "hay líneas que corresponden a dos meses porque las horas coinciden, mientras que cada trazo alude a los días 21, por lo que junio y diciembre señalan los solsticios de verano e invierno respectivamente y la de marzo-septiembre a los equinoccios".
Así pues, este reloj solar es más complejo de entender de lo que podría parecer en principio. Incluso, hay quien señala un posible error en su planteamiento. No queda más que acercarse a su entorno en las horas mencionadas anteriormente para comprobar in situ cómo se proyectan las luces y sombras en este emblemático rincón que acoge, sin lugar a dudas, el mayor tesoro patrimonial de la ciudad.
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