Thomas Südhof, Nobel de Medicina, reivindica en la UJA el papel de las universidades como “faros de conocimiento y valores democráticos”
La institución jiennense inviste doctor honoris causa al investigador alemán, referente mundial en neurociencia
La voz del Nobel de Medicina Thomas C. Südhof resonó este jueves en el Aula Magna de la Universidad de Jaén como una defensa firme del papel de las instituciones académicas en el progreso social. “Me encantan las universidades como pilares y faros de conocimiento, de valores democráticos y motores de la sociedad”, afirmó durante su investidura como doctor honoris causa, una ceremonia que marcó, en palabras del rector Nicolás Ruiz, “un día histórico” para la institución y para su Claustro de Doctores.
Südhof, investigador de referencia mundial en neurociencia y profesor en la Universidad de Stanford, insistió en la necesidad de que los gobiernos apuesten por la educación y la investigación con visión a largo plazo. “Los gobiernos, en lugar de planificar a corto plazo, deberían establecer las necesidades del futuro para no vaciar las posibilidades de desarrollo de las sociedades”, expresó ante los medios. En su opinión, la ciencia, la educación, el arte y las humanidades forman parte del mismo ecosistema: “El futuro de la sociedad está alineado con el soporte de la educación y la investigación a largo plazo”.
Su intervención, sencilla y directa, subrayó la idea que ha guiado su carrera: que el conocimiento es una inversión que nunca pierde valor. Una convicción que, según subrayó el rector, coincide plenamente con la misión pública de la Universidad de Jaén.
Nicolás Ruiz abrió la ceremonia destacando la magnitud de la figura que la institución incorpora a su Claustro de Doctores. “Acogemos a un científico excepcional, un referente mundial en el campo de la Medicina y la Neurociencia, cuya trayectoria ejemplar y contribuciones al avance del conocimiento merecen la más profunda admiración”, afirmó.
El rector recordó que la propuesta, aprobada por el Consejo de Gobierno en julio, fue elevada por el Departamento de Biología Experimental como reconocimiento a una trayectoria científica “culminada en 2013 con el Premio Nobel de Medicina”. Añadió que el honor no es solo académico, sino un gesto de gratitud hacia quien ha dedicado más de cuarenta años a desentrañar uno de los mecanismos más complejos del organismo: la transmisión sináptica.
Ruiz subrayó además que la UJA se siente “fortalecida por el prestigio” de Südhof y “enriquecida” con su conocimiento. “Su trayectoria se configura como una guía que recuerda el error de buscar una aplicación inmediata del conocimiento, recordándonos que ese enfoque nunca ha sido verdaderamente productivo para la ciencia”, explicó.
Como recordó el rector, los hallazgos de Südhof no nacieron de la búsqueda de una cura concreta, sino de una pregunta fundamental: ¿cómo opera el cerebro humano?. Esa investigación básica, “siempre en la frontera del conocimiento”, ha permitido comprender mejor patologías devastadoras como el alzhéimer, el párkinson o la epilepsia.
Ruiz puso de relieve que el trabajo del Nobel alemán va más allá de la publicación de artículos o libros. “Lo realmente trascendente de su dilatada trayectoria investigadora es que el conocimiento generado constituye un cimiento sólido, pero no inmutable, gracias al cual médicos y científicos pueden determinar cada vez con mayor precisión qué ‘pieza’ está rota en las patologías cerebrales y, con suerte, poder repararla”.
El rector aprovechó la ceremonia para realizar una firme defensa de la universidad pública en un tiempo, dijo, marcado por “una economía, a veces deshumanizadora, con una estrategia de resultados cortoplacistas”. Reivindicó que la universidad debe seguir formando “seres humanos íntegros, con conciencia crítica y responsabilidad social”.
“En esta era de incertidumbre, es más necesario que nunca defender la universidad pública, que debe seguir actuando como bastión del saber y de la igualdad de oportunidades y ser, como acaba de definirla nuestro nuevo doctor honoris causa, un testimonio del discurso académico incorruptible”, subrayó antes de concluir con una idea que hizo suya del propio Südhof: “La inversión en conocimiento es la más rentable para un país”.
Ruiz dedicó parte de su intervención a agradecer la propuesta del Departamento de Biología Experimental y a felicitar al catedrático de Biología Celular Diego Franco por su “magistral” laudatio. También mencionó a figuras científicas de referencia que han contribuido a hacer posible esta investidura, como José López Barneo, catedrático emérito de Fisiología de la Universidad de Sevilla; María Ángeles Peinado, catedrática emérita de Biología Celular de la UJA; o Rafael Fernández Chacón, director del Instituto de Biomedicina de Sevilla.
Thomas C. Südhof (Alemania, 1955) ha desarrollado toda su carrera en el estudio de los mecanismos celulares y moleculares de la sinapsis neural. Con más de 500 artículos publicados en Nature, Science o Cell, su trabajo es ampliamente reconocido. Es miembro de la Academia Europea de Ciencias, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la Academia Nacional de Medicina y la Royal Society de Londres, entre otras instituciones.
En 2013 fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología junto a James Rothman y Randy Schekman, por sus estudios sobre el tráfico vesicular celular, clave para entender cómo las neuronas se comunican.
Südhof es también doctor honoris causa por universidades de Taiwán, Hungría, Argentina o Chipre, a las que suma ahora la Universidad de Jaén.
La ceremonia supuso para la comunidad universitaria un acto de relevancia singular. No solo por la incorporación de una figura científica de referencia, sino por el mensaje que trae consigo: la defensa del conocimiento como motor de igualdad, progreso y democracia.
“Representa lo que queremos ser”, resumió el rector. Un espejo en el que la Universidad de Jaén quiere mirarse para afrontar los desafíos del futuro con ambición científica y compromiso con la sociedad.