El último videoclub de Jaén cerrará sus puertas en los próximos meses
Reportaje
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El sueño de un jiennense, convertido en realidad durante más de 42 años, comienza a extinguirse. Se apaga uno de los establecimientos históricos de Jaén capital, uno de los pocos supervivientes de su gremio: el videoclub García cerrará sus puertas en los próximos meses. Lo cuenta para Jaén Hoy su dueño, Juan García, que habla de su local, alicatado de miles de filmes, “como una habitación más de su casa”.
Una por la que han pasado varias generaciones de jaeneros y en la que, en muchos casos, su propietario ha forjado relaciones de amistad con unos clientes que aún a día de hoy siguen visitándole, y de paso se llevan alguna película. Fue por Santa Catalina, el 25 de noviembre de 1981 cuando aprovechando el festivo Juan García viajó a Madrid y compró 40 películas, a 13.900 pesetas cada una, y las pusieron en la relojería en la que trabajaba junto a su padre. Fue la pasión de ambos por el cine, y el mal trato que recibieron por parte de la regente del videoclub del que ellos eran clientes, lo que les empujó a esta aventura comercial.
“Por entonces el cliente tenía que comprar una película, pagar 10.000 pesetas, y luego otras 1.000 al mes. Y eso te daba derecho a alquilar una película al día y dos para el fin de semana. Las 40 películas que trajimos de Madrid se vendieron ese mismo día”, cuenta este jiennense mientras ordena algunos de los tesoros que guarda en sus estanterías. Desvela que poco a poco el negocio cinematográfico se fue comiendo al de la relojería hasta que su padre se mudó con su negocio a otro local.
“Había que comprar muchas copias porque la gente venía a ver muchas películas y tenían que verlas cuando fuesen novedad, eran para ya. Si no las tenía yo se iban a otro videoclub”, explica sobre el modo de trabajar que tenía en sus inicios. Llegaron a estar 35 dados de alta en la capital, “aunque había otras tiendas que también tenían películas”. La piratería, “los cuñados que las copiaban”, ha sido un enemigo de este establecimiento desde prácticamente su apertura. “Había comunidades que alquilaban una película y se la prestaban entre vecinos”, cuenta como ejemplo ahora con una sonrisa.
Su lugar para décadas
El negocio fue nómada hasta hace más de dos décadas cuando se instaló en la calle Manuel Jontoya, a orillas de la Catedral, donde desde entonces es parte intrínseca del barrio de La Alcantarilla. “Ahora no se entiende, pero cuando empezamos el hecho de alquilar una película y verla era un acontecimiento familiar. Una forma de reunirse incluso con los vecinos que no tenían vídeo”, rememora Juan García quien además deja una declaración sorprendente: “había mucha más variedad”.
“Antes se hacía muchísimo cine. Desde Pajares y Esteso a las películas del Oeste pasando por las clásicas de acción. Cada semana teníamos 40 o 50 películas nuevas. Una de las cosas que me va a hacer cerrar, a parte de que estoy mayor y cansado, es que ya no hay novedades en físico”, asegura este hombre que sería capaz de calcular el número total de títulos que han pasado por su establecimiento.
Se cuentan por miles, eso seguro, y de entre todos ellos el dueño del videoclub García se queda con ‘Cinema Paradiso’, de Giuseppe Tornatore. “La amo”, confiesa. En sus más de 40 años de trayectoria, las películas que más han demandado los jiennenses han sido ‘Titanic’ de la que “el primer día se vendieron 500 películas y pusimos 40 películas en alquiler”; ‘Gremlins’, que de la que “una sola copia llegó a alquilarse 400 veces sin romperse”; y ‘Acorralado’ que “fue un bombazo de Silvester Stallone”.
Recuerda que la película ‘El último samurái’ la vio él sólo en el Cine Cervantes y le brillan los ojos de añoranza al acordarse de los Avenida, Alcázar, Asuán o Darymelia. “Me parece horrible que hayamos perdido esos cines. Soy un amante del cine y como se ve en los cines no se ve en ningún sitio”, sentencia una de las voces más autorizadas en Jaén para hablar de ello.
El principio del fin
También tiene claro cuándo llegó el principio del fin de establecimientos como el suyo: con la llegada del DVD. Narra Juan García que desde ese momento el alquiler de películas disminuyó muchísimo y que su principal fuente de ingresos empezó a ser la venta de segunda mano. “Los clásicos, películas que quieren por colección… Es igual que los vinilos, que se venden más que los CDs”, aclara para Jaén Hoy. Defiende además que, en general, la calidad del cine ha caído en todos estos años: “apenas hay superproducciones, las películas de miedo ya no lo dan y vemos cada vez más partes de una saga”.
Empezó a pensar en bajar definitivamente la persiana precisamente cuando dejaron de llegar películas de calidad en la cantidad necesaria, Su mujer también le anima a ello. "Son muchos años", confiesa, aunque todavía no se ha decidido si la persiana bajará por última vez con el final de este año 2023 o en el primer trimestre de 2024.
Aunque deje de prestar sus servicios, ya nadie podrá arrancar al videoclub García de la piel de su barrio. Porque como confirma su propietario el videoclub García ha sido punto de quedada (como en su día Pioneros), lugar de tertulia o catálogo de sueños a través de una pantalla, para al menos un par de generaciones de jiennenses. Y eso, una sociedad como esta, no lo olvida.
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