Las dos catedrales más sorprendentes de Jaén no son religiosas
La catedral del aceite y la catedral del agua: dos edificios monumentales y sorprendentes que convierten Jaén en un destino único
El secreto mejor guardado de la Sierra de Segura: el Paisaje del Agua de Beas
Más allá de las dos catedrales con las que cuenta la provincia de Jaén —la de la capital y la Catedral de Baeza, que curiosamente se sitúan en las denominadas como Plaza de Santa María—, hay otras edificaciones que, por sus dimensiones y su arquitectura, están consideradas como templos, aunque no estén consagradas a advocación alguna.
Nos referimos a las llamadas Catedral del Aceite, en Puente del Obispo, y a la Catedral del Agua, de Beas de Segura. Dos edificios que sorprenden a quienes lo visitan y que tienen su nombre ganado a pulso por los elementos que o bien custodian o bien tienen alrededor.
La catedral del aceite
Considerado el museo dedicado al olivar y el aceite de oliva más grande del mundo, el Museo de la cultura del olivo de Puente del Obispo —a tan solo 13 kilómetros de Baeza— se levantó en la llamada Hacienda La Laguna en 1997 y está considerado Bien de Interés Cultural.
Ubicado en un gran edificio del siglo XVII, cuenta con grandes instalaciones que incluyen, además de una extensa zona musealizada —donde podrás ver incluso almazaras romanas traídas pieza a pieza— y un jardín de variedades de aceituna con más de una docena de especies diferentes, un espacio que llama especialmente la atención.
Se trata de la bodega del edificio, conocida popularmente como la Catedral del Aceite. Ejemplo de la arquitectura industrial construida en 1848 por el ingeniero polaco Tomasz Bartmanski.
En este espacio, lleno de bóvedas y detalles arquitectónicos que recuerdan a la imagen de una catedral, se celebran todo tipo de eventos, desde conferencias hasta conciertos, como el que celebró hace pocos años el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza aprovechándose de la espectacular acústica de este espacio.
La catedral del agua
El agua, elemento básico que garantiza la supervivencia de cualquier especie y sobre el que se han ido asentando comunidades desde tiempos inmemoriales, es la protagonista del edificio conocido como la Catedral del Agua de Beas de Segura.
Su construcción responde a la necesidad de crear un depósito subterráneo que ha sido fundamental para el suministro de agua en la localidad serrana, con capacidad para albergar hasta 800.000 litros.
Su columnario abovedado recuerda al de los grandes templos renacentistas y aunque las visitas no están permitidas dada su naturaleza de almacén acuático, contribuye en gran parte a lo que se ha dado en denominarse como ‘Paisaje del Agua de Beas’, un reconocimiento recientemente otorgado por parte de la administración andaluza, que acaba de ser incluido en el Registro de Paisajes de Interés Cultural de Andalucía.
Esta edificación ha llamado la atención de numerosas revistas y medios de comunicación especializados en viajes y turismo, siendo un aliciente más, junto a sus rutas de senderismo, fiestas populares, museos y gastronomía, para visitar la muchas veces olvidada pero siempre sorprendente población de Beas de Segura.
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