Qué ver en el Castillo de La Guardia de Jaén bajo la luz de las velas
Descubre el Castillo de La Guardia de Jaén con visitas guiadas y paseos nocturnos a la luz de las velas. Historia, arquitectura, leyendas y todo lo que necesitas saber para planificar tu visita
Noches de Luz en los Castillos de Jaén 2025: música, magia y circo a la luz de las velas
Pocos castillos quedan tan a mano de Jaén capital como éste. A escasos diez minutos en coche, La Guardia de Jaén cuenta con una Fortaleza que impone. No en vano, La Guardia (Jaén) fue la capital de la cora de Yayyan (Jaén) en época andalusí, antes de que esa capitalidad pasara a la propia ciudad de Jaén.
Un castillo por montera
El Castillo de La Guardia de Jaén se ubica sobre el cerro de San Marcos, dominando el valle del río Guadalbullón y ofreciendo una panorámica preciosa de las sierras de Mágina y Sur. Su ubicación estratégica lo convirtió en punto clave desde época íbera y romana, y más tarde en fortaleza fronteriza entre los reinos cristianos y nazaríes.
Visitas nocturnas a la luz de las velas
Cada mes de septiembre, el programa Noches de Luz en los Castillos de Jaén, organizado por la Diputación, ofrece la posibilidad de recorrer la fortaleza de noche. Si todavía no lo conoces, o si quieres verlo con otros ojos, el domingo 14 de septiembre tienes dos propuestas en el Castillo de La Guardia:
- Visita guiada: a las 22:00 horas (requiere inscripción previa).
- Visita libre: a partir de las 22:30 horas y hasta las 23:30 horas.
La experiencia no estaría completa sin una cuidada parte musical a cargo de la formación Mas Trío (con contrabajo, vientos y percusión), que recibirá a los visitantes en el acceso a la fortaleza.
Cómo inscribirse
Las inscripciones gratuitas para la visita guiada se gestionan por teléfono, WhatsApp o correo electrónico hasta las 12:00 horas del mismo día del evento. Contacta por teléfono en el 953 303 572, a través de WhatsApp, en el número 689 544 184, o bien por correo electrónico, pidiendo tu reserva en infoturismo@dipujaen.es.
Qué llevar a la visita nocturna
Teniendo siempre presente que la visita se hará de noche y la ubicación de la fortaleza guardeña, ten presente que deberás subir un par de pronunciadas cuestas hasta llegar a la puerta. Por lo que te recomendamos, entre otras cosas, que no olvides llevar:
- Calzado cómodo, ya que el recorrido incluye tramos empedrados y desniveles.
- Ropa de abrigo ligera en las visitas nocturnas, ya que refresca en la sierra.
- Cámara de fotos: la iluminación con velas crea un ambiente muy especial para capturar imágenes que igual con el teléfono móvil cuesta retratar fidedignamente.
La leyenda de la princesa de La Guardia
Un amor imposible con final dramático
El Castillo de La Guardia conserva también historias transmitidas de generación en generación. La más conocida es la de la princesa de La Guardia. Según cuenta la historia, la hija de un monarca que habitó la fortaleza se enamoró de un soldado humilde. Descubierta la relación, el rey mandó ejecutar al joven. Desolada, la princesa se arrojó desde la torre del alcázar.
El monarca enterró las pertenencias de su hija en un baúl cerca del camino donde solían encontrarse los amantes. Se dice que, mientras el cofre permanezca oculto, los espíritus de los enamorados no podrán reunirse. La leyenda cuenta que el espectro de la princesa aún custodia ese sendero, esperando ser liberada de su encantamiento.
Como vemos, una historia de amor que termina en tragedia, como tantas otras leyendas que pueblan la geografía jiennense. ¿Fantasía o realidad? Hasta la fecha, no se conocen datos concretos de la princesa ni de su amante como para poder confirmar que sea cierto.
Un enclave histórico de origen milenario
De oppidum ibérico a villa romana
El castillo ocupa una superficie de unos 9.000 metros cuadrados en planta triangular. En él destacan el alcázar, la iglesia de Santa María y un sistema de murallas que refleja su carácter defensivo y señorial a la vez.
El origen de La Guardia se remonta a Mentesa Bastia, un oppidum ibérico, que prosperó en época romana por su localización en la calzada que unía Acci (Guadix) con Cástulo y Aurgi (Jaén), siendo un punto clave del camino entre fronteras. En este periodo se convirtió en un importante centro administrativo y de control tributario, extendiéndose más allá del recinto ibérico original.
La importancia de este asentamiento se confirma en la necrópolis del Ejido de las Eras de San Sebastián, donde se hallaron tumbas con ajuares que dan buena cuenta de la riqueza económica y también cultural de las que hacía alardes la ciudad.
La Guardia islámica
En los siglos VIII y IX, el lugar fue conocido como Mantisa y llegó a convertirse en capital de la Cora de Ŷayyān. Durante las épocas almorávide y almohade, el recinto se amplió hasta ocupar la totalidad de la meseta, levantándose un nuevo cinturón de murallas y un alcázar en el extremo occidental. Muchos de estos elementos se reaprovecharon en las reformas cristianas posteriores.
La conquista castellana
En 1244, Fernando III incorporó La Guardia al reino de Castilla y la concedió a la familia Ruiz de Baeza. La fortaleza se transformó entonces en baluarte defensivo frente al reino nazarí de Granada, reforzando murallas y adaptando el acceso oriental en forma de puerta en codo.
Posteriormente, pasó a manos de diferentes linajes, hasta que en 1374 se otorgó a Ruy González Messía, cuya familia convirtió el castillo en una residencia palaciega entre los siglos XV y XVI.
La visita nocturna a la luz de las velas del Castillo de la Guardia conecta directamente con la historia de todos los que por allí pasaron anteriormente: desde los íberos hasta los Mexía, además de califas, reyes y nobles. Sus espacios hablan de guerras, de poder y también de amores trágicos.
Sin embargo, lo que es seguro es que la noche terminará de la mejor manera posible: con una impresionante vista panorámica de una de las construcciones defensivas más notables de la Comarca Metropolitana de Jaén.
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