El Museo de Jaén redescubre a Antonio Ortiz Echagüe, maestro del realismo costumbrista español
ARTE PLÁSTICO
Descubre en el Museo de Jaén la exposición ‘Antonio Ortiz Echagüe. Contextos de la Colección’, una muestra con 24 obras que recorren la trayectoria cosmopolita y el estilo propio de uno de los grandes pintores españoles del siglo XX
Conoce el patrimonio del Museo de Jaén con esta visita virtual desde casa
El Museo de Jaén acoge hasta el 26 de octubre la exposición ‘Antonio Ortiz Echagüe. Contextos de la Colección del Museo de Jaén’, un recorrido excepcional por la obra de uno de los pintores españoles más internacionales de la primera mitad del siglo XX. La muestra, instalada en el Edificio Temporales, reúne un total de veinticuatro obras, quince de ellas procedentes de préstamos externos, que permiten seguir las distintas etapas creativas de este artista cosmopolita y viajero incansable.
Antonio Ortiz Echagüe (Guadalajara, 1883 – Buenos Aires, 1942) fue hijo de un andaluz de Guadix y de una vasca de Vitoria. A los 14 años dejó España para formarse en la Academia de Bellas Artes de París, completando más tarde sus estudios como pensionado en la Academia Española de Roma. Su sólida preparación académica y su espíritu abierto le llevaron a vivir y trabajar en diferentes países y tres continentes, alcanzando un reconocimiento internacional poco habitual en la época.
Desde muy joven cosechó importantes galardones, como la Internacional de Múnich en 1909 o la Medalla de Oro del Salón de París en 1923. Fue, además, distinguido en 1930 con la Legión de Honor por el gobierno francés. Su obra tuvo un gran prestigio tanto en España como en el extranjero, lo que le permitió exponer con regularidad a ambos lados del Atlántico y mantener estudio en París, ciudad clave para su desarrollo artístico.
Aunque fue un cotizado retratista de la aristocracia española, de la familia real (incluido el propio Alfonso XIII) y de la alta burguesía europea, la parte más característica de su producción es la dedicada a escenas y tipos populares. Inspirándose directamente del natural, Ortiz Echagüe pintó personajes y paisajes de Andalucía, Cerdeña, Países Bajos o Marruecos.
Su estilo, a medio camino entre la formación clásica y una factura más libre y moderna, se vincula con el postimpresionismo y presenta un cromatismo cercano a los fauves. La precisión del dibujo, la densidad y soltura de la pincelada, así como el dominio de la luz y el color, son rasgos que definen una obra inconfundible. Este lenguaje plástico le sitúa junto a Ignacio Zuloaga y Joaquín Sorolla como una de las figuras más representativas del realismo costumbrista español de comienzos del siglo XX.
La exposición en Jaén propone un viaje por las diferentes etapas y geografías de Ortiz Echagüe. Desde la vitalidad cromática de sus retratos andaluces hasta las escenas de la vida cotidiana en Marruecos, pasando por estudios de luz en paisajes europeos, la muestra revela la amplitud de su mirada y la profundidad de su compromiso con la pintura como forma de entender el mundo.
