Tres visitas imprescindibles si vas a viajar a La Iruela, en la Sierra de Cazorla

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Con solo 1.800 habitantes, es uno de los municipios más turísticos de la Sierra de Cazorla

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El Castillo de La Iruela es su monumento más vistoso y característico.
El Castillo de La Iruela es su monumento más vistoso y característico.

Situada en el corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, La Iruela es una destino patrimonial y paisajístico enclavada en el noreste de la comarca homónima. Este municipio jiennense, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1985, cuenta con siglos de historia y un entorno natural que seduce al visitante desde el primer instante. Si estás pensando en visitarla, hay tres enclaves que no pueden faltar en tu itinerario. Apunta y prepara las maletas.

1. Castillo de La Iruela

Vista lateral del Castillo de La Iruela.
Vista lateral del Castillo de La Iruela.

El castillo de La Iruela es, sin lugar a dudas, uno de los símbolos más reconocibles del municipio y un testimonio de su importancia estratégica en la Edad Media. Esta fortaleza, que se alza sobre un risco escarpado, domina visualmente el núcleo urbano y ofrece una panorámica del entorno montañoso que lo rodea. A sus pies, el barrio medieval se extiende en un entramado de calles estrechas, casas blancas y rincones que evocan tiempos pretéritos.

De origen almohade, el castillo fue edificado sobre cimientos anteriores a la presencia islámica, siendo un lugar de especial interés arqueológico. A partir del siglo VIII, y bajo dominio musulmán, se desarrollaron pequeñas alquerías agrícolas que serían luego fortificadas para resistir los ataques de los reinos cristianos. Fue en el siglo XII cuando los almohades erigieron el primer recinto amurallado, seguido poco después por un segundo nivel defensivo compuesto por una serie de torres conectadas por potentes lienzos de muralla. En el interior de este patio de armas aún se conservan los restos de un aljibe de grandes dimensiones, que refleja la planificación hidráulica de sus constructores.

La historia del castillo se transforma a partir de la conquista cristiana en el siglo XIII, cuando Fernando III, con el apoyo de las tropas del arzobispado de Toledo, toma el enclave y reforma la fortaleza. Es entonces cuando se levanta la torre del homenaje, situada en el punto más elevado del peñón, desde donde se controlaba toda la comarca.

2. Ruinas de la iglesia de Santo Domingo de Silos

Las Ruinas de Santo Domingo están junto al recinto del castillo.
Las Ruinas de Santo Domingo están junto al recinto del castillo.

En el interior del recinto fortificado del castillo se hallan las ruinas de la iglesia de Santo Domingo de Silos, una edificación renacentista del siglo XVI que formó parte del ambicioso proyecto de renovación urbana impulsado por Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I y figura clave en el desarrollo de las tierras bajo su jurisdicción.

Este templo, de tres naves, contaba con una estructura arquitectónica cuidada y austera, como correspondía a la espiritualidad de su época. La nave central, más ancha y elevada que las laterales, culminaba en el presbiterio, mientras que las alas laterales albergaban distintas capillas. Anexo a la iglesia se encontraba un antiguo torreón musulmán, reconvertido por los cristianos en campanario, que también funcionaba como acceso a la fortaleza.

Lamentablemente, el edificio sufrió importantes daños durante la ocupación napoleónica, especialmente en el año 1810, cuando un incendio provocado por las tropas francesas redujo gran parte del templo a ruinas. No obstante, aún permanecen en pie elementos significativos, como parte de sus muros y bóvedas, que permiten adivinar su magnificencia original.

La Casa Consistorial

Este edificio, que actualmente alberga el Ayuntamiento de La Iruela, es de estilo mudéjar toledano.
Este edificio, que actualmente alberga el Ayuntamiento de La Iruela, es de estilo mudéjar toledano.

Otro de los lugares emblemáticos de La Iruela es su Casa Consistorial, un edificio cuya historia resume, en buena medida, los cambios políticos y sociales experimentados por la localidad a lo largo de los siglos. Situado en el centro del pueblo, este inmueble de estilo mudéjar toledano fue construido a finales del siglo XV y, originalmente, funcionó como pósito municipal y almacén de grano, cumpliendo así una función esencial en la economía agrícola de la época.

Durante la Guerra de la Independencia, el edificio fue víctima del saqueo y de las llamas, como tantas otras construcciones de la región. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando se adaptó para albergar las dependencias del ayuntamiento. Desde entonces, ha ejercido como sede del gobierno municipal y centro de decisiones para una comunidad que, aunque pequeña en número, posee una gran riqueza cultural y territorial.

En los últimos años del siglo XX, la Casa Consistorial fue objeto de una profunda rehabilitación que le confirió su aspecto actual, respetando su estilo original pero adaptándolo a las necesidades contemporáneas. Hoy en día, es un símbolo del poder civil y de la continuidad institucional de La Iruela, así como un ejemplo destacado de arquitectura tradicional con influencias hispano-musulmanas.

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