Descubre el nacimiento del río Guadalquivir sobre ruedas con esta ruta en bicicleta

VIAJAR POR JAÉN

El recorrido, de tipo circular, abarca unos 70 kilómetros del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas

Haciendo senderismo o en bicicleta: tres rutas de menos de 10 kilómetros para ir de pueblo en pueblo

El Nacimiento del río Guadalquivir es un espectáculo natural que hay que ver al menos una vez en la vida.
El Nacimiento del río Guadalquivir es un espectáculo natural que hay que ver al menos una vez en la vida. / Jose Antonio Sanguinetti

Con el verano a la vuelta de la esquina y los últimos coletazos de la primavera, es el momento ideal para hacer una ruta en bici por el Nacimiento del Guadalquivir. Los motivos son muchos: todavía, las temperaturas son agradables según el día que vayas (imprescindible consultar la previsión meteorológica antes de fijar una fecha), y, además, una vez que llegues podrás disfrutar de un espectáculo de agua en el que, si te atreves (por lo fría que está) también podrás refrescarte.

Ruta en bici al Nacimiento del río Guadalquivir

El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España y segundo de Europa, es un paraíso para los amantes de la naturaleza, el deporte y la historia. Entre las múltiples opciones que ofrece este impresionante enclave, destaca una de sus rutas circulares más características, que discurre entre las localidades de La Iruela, Cazorla y Quesada. Se trata de un recorrido que permite descubrir la esencia del parque a lo largo de aproximadamente 70 kilómetros, con un desnivel acumulado de 2.616 metros. Su trazado se puede realizar tanto en bicicleta de montaña como en vehículo 4x4, ya sea particular o mediante los servicios de visita guiada que operan en la zona.

Uno de los principales atractivos de esta ruta es su carácter circular, que permite acometerla desde cualquier punto de su trayecto, retornando siempre al lugar de partida. Tradicionalmente, se inicia en La Iruela, un bello conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural, cuya silueta, dominada por su castillo roquero, ofrece ya un primer contacto con la historia y el paisaje del entorno.

Desde La Iruela, la ruta comienza ascendiendo por una pista asfaltada que regala, en sus primeros kilómetros, vistas inigualables sobre la vecina localidad de Cazorla. Diversos miradores panorámicos salpican este tramo inicial, ideales para detenerse a admirar el casco histórico de este pueblo cargado de patrimonio, rodeado de olivares y montañas.

A tan solo 4 kilómetros de la salida, junto a la cascada de la Escaleruela, el asfalto da paso a una amplia pista de tierra. A partir de este punto, la ruta se adentra plenamente en el Parque Natural durante un tramo de unos 31 kilómetros en el que el contacto con la naturaleza es constante. Los viajeros disfrutarán de enclaves de gran interés, como las vistas hacia el Castillo de las Cinco Esquinas o el monasterio de Montesión. Desde diferentes puntos del recorrido, también se divisa la lejana Sierra Mágina y los extensos paisajes que rodean la villa de Quesada.

Uno de los momentos más memorables de la ruta llega en el kilómetro 12, tras pasar por la Casa Forestal del Chorro. Allí, los imponentes paredones del Chorro ofrecen un espectáculo natural donde, con un poco de fortuna, es posible avistar el majestuoso vuelo de los buitres leonados que anidan en estas formidables buitreras. La sensación de grandeza de este enclave rocoso queda grabada en la retina de los visitantes.

El recorrido prosigue en continuo ascenso, siempre acompañado por la señalización hacia uno de los puntos más emblemáticos del parque: el Nacimiento del río Guadalquivir. Durante esta parte del trayecto, se atraviesa Collado Zamora, un espectacular balcón natural desde el que se contemplan vastas panorámicas del parque. Poco después se alcanza Puerto Lorente, el punto más alto de la ruta, donde aguarda otro tesoro botánico: uno de los quejigos más longevos y monumentales de todo el espacio protegido.

Desde Puerto Lorente comienza un prolongado descenso que nos conducirá hasta la Cañada de las Fuentes, lugar donde brotan las primeras aguas del Guadalquivir. Este nacimiento es uno de los rincones más simbólicos y visitados de la sierra, cargado de significado histórico y natural.

Siguiendo el curso del río aguas abajo, el recorrido atraviesa parajes de gran valor paisajístico, botánico y geológico. Aquí es imprescindible detenerse ante el llamado “Pino Pepe”, un ejemplar excepcional de pino laricio situado junto a la pista. Este árbol centenario fue tristemente bautizado con navaja por un visitante irrespetuoso, pero sigue siendo un símbolo de la resistencia natural. También destaca el entorno del Arroyo Amarillo, cuyas formaciones botánicas y geológicas merecen una especial atención.

El siguiente hito es el Cortijo del Calerón, cuya imponente arquitectura tradicional contrasta con la naturaleza circundante. Poco después, el recorrido nos lleva al emblemático Puente de las Herrerías, situado en el kilómetro 35 de la ruta. Según la leyenda popular, esta estructura de piedra fue erigida en una sola noche para facilitar el paso de Isabel la Católica en su camino hacia Granada. Su historia y su estética lo convierten en uno de los rincones más fotografiados del parque.

Cuenta la historia que el Puente de las Herrerías fue lugar de cortejo fúnebre de la rey Isabel II.
Cuenta la historia que el Puente de las Herrerías fue lugar de cortejo fúnebre de la rey Isabel II.

A partir del Puente de las Herrerías, la pista de tierra cede paso nuevamente al asfalto, concretamente a la carretera JF-7092. Durante unos tres kilómetros, se circula paralelamente al Guadalquivir, dejando atrás enclaves como el camping del Puente de las Herrerías y el poblado forestal de Vadillo-Castril. Al llegar al puente sobre el Guadalquivir, se puede optar por realizar un pequeño desvío para recorrer la Cerrada de Utrero, un sendero circular señalizado que permite adentrarse en un espectacular cañón fluvial.

De vuelta en la carretera, el recorrido continúa por la JF-7091 en dirección al Empalme del Valle, donde se enlaza con la carretera A-319. Desde aquí se asciende al Puerto de las Palomas, uno de los grandes hitos de la red viaria del parque, famoso por sus dos miradores que ofrecen panorámicas únicas sobre los valles y montañas circundantes.

Finalmente, tras coronar el puerto, se inicia un descenso sinuoso hacia la localidad de Burunchel. Desde allí, bordeando de nuevo el Parque Natural, un descenso más suave nos devuelve al punto de partida en La Iruela, completando así un viaje circular repleto de historia, biodiversidad y paisajes inolvidables.

Esta ruta es una experiencia imprescindible para quienes deseen descubrir en profundidad los tesoros naturales y culturales de la Sierra de Cazorla. Tanto si se elige recorrerla en bicicleta como en vehículo 4x4, con o sin guía, el viaje está lleno de emociones, aprendizaje y el privilegio de adentrarse en uno de los espacios más emblemáticos de la naturaleza española.

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