¿Sabes qué es “hacer la postura” o ser un “zamarra”? Las palabras más curiosas de Baños de la Encina

“Hacer la postura”, “ser un zamarra” o “irse de aleo”. Descubre el vocabulario popular que define a Baños de la Encina y su identidad rural

Más allá del castillo: visitas monumentales que merecen mucho la pena en tu escapada a Baños de la Encina

"Hacer la postura" es equivalente a "irse a ligar" en otros pueblos de Jaén y hace referencia a salir de tapeo. / Pexels

Baños de la Encina, 17 de octubre 2025 - 09:52

Siendo andaluces bien podríamos pensar que “zamarra” viene de “chamarra” o “chamarreta”, y se refiere a una prenda que se usa habitualmente en época de frío. Sin embargo, en Baños de la Encina incluso se es un zamarra. ¿Qué significa esto? El precioso pueblo medieval andaluz que sorprende siempre a quien lo visita lo hace también por su particular vocabulario.

“Camá”, “bardal” o “chinchorreo” son solo algunas de las palabras y expresiones originales de las que hemos seleccionado diez para compartir contigo. Y es que, en este municipio jiennense, uno de los más bellos de Sierra Morena, las palabras tienen otro sabor. Entre sus calles empedradas y sus conversaciones de bar se esconde un diccionario no escrito que ha sobrevivido al paso de los siglos.

"Hacer la postura"

Una tradición que une a todo Jaén

Entre todas las expresiones del vocabulario local, una de las más queridas y representativas es “hacer la postura”. A quien no haya pisado un bar de Baños de la Encina o de cualquier municipio de la provincia la frase puede resultarle misteriosa. Sin embargo, basta una mañana de sábado para entender su sentido.

“Hacer la postura” significa tomar unas cervezas y unas tapas antes de almorzar. Es un ritual compartido, un momento de pausa entre el trabajo y la comida principal, en el que se conversa, se ríe y se celebra la vida.

En la provincia de Jaén, donde la cultura de la tapa forma parte de la identidad social, esta costumbre tiene una dimensión casi sagrada. No se trata solo de comer: es una manera de hacer comunidad. En cada ronda de cerveza o de vino, en cada plato de lomo con orza, morcilla o pipirrana, se mantiene vivo un lenguaje propio.

Y aunque la práctica se extiende por toda la provincia, en Baños de la Encina adquiere un tono particular. Las tapas se sirven con generosidad, el aceite es siempre virgen extra y la conversación nunca falta.

Un pueblo que habla a su manera

Palabras curiosas de Baños de la Encina

El habla bañusca no solo se distingue por su acento, sino por la riqueza de su léxico. Palabras que pueden sonar extrañas a oídos forasteros son parte del día a día. Entre las más curiosas, el diccionario municipal recoge términos como:

Como se puede comprobar, muchas de ellas tienen un origen ligado a la vida rural, a los oficios tradicionales y a los ritmos naturales del entorno. Son palabras que nacieron de la necesidad de nombrar lo que se tenía cerca: el terreno, los animales, las herramientas o los gestos de la vida diaria.

Expresiones con carácter

El diccionario bañusco no se queda solo en palabras sueltas. También recoge expresiones que condensan sabiduría popular, ironía o sentido práctico. Algunas de ellas son incluso difíciles de traducir.

“Ser un zamarra”

Es un calificativo que puede tener varios matices, desde “persona tosca o perezosa” hasta “alguien que no se entera de nada”. Su origen está en la antigua prenda de piel del mismo nombre, asociada a la rudeza del campo.

“Atao a un barbecho”

Usada para referirse a quien se queda con hambre o sin saciarse. En su forma literal, evoca la imagen del barbecho, la tierra en reposo, sin producción agrícola.

“Chinchorreo”

Palabra que designa el chisme o la habladuría. En los corrillos del pueblo, el “chinchorreo” es casi una institución social.

“Irse de aleo”

Expresión para salir a dar un paseo sin rumbo fijo. Es lo que hacen los vecinos al atardecer, cuando el calor afloja y las calles se llenan de vida.

“Esta noche de cena un cucharro”

Referencia al plato popular más sencillo y querido: el cucharro, pan con aceite de oliva virgen extra, tomate y bacalao o arenques. Una cena humilde, pero con sabor a tradición que en otras latitudes de la provincia recibe nombres como “hoyo”.

El lenguaje local es una forma de patrimonio inmaterial. En Baños de la Encina, estas palabras y frases construyen identidad propia. Son parte del modo de hablar, de sentir y de relacionarse de los bañuscos.

En tiempos en que el lenguaje tiende a homogeneizarse, rescatar estas voces es una manera de conservar la singularidad de los pueblos. Y Baños de la Encina, con su castillo milenario y su historia fronteriza, sabe bien lo que significa mantener viva la palabra.

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