Descubre la Capilla de El Salvador de Úbeda con una visita comentada: fue la primera gran obra civil de carácter funerario del Renacimiento en España

El sábado 8 de noviembre, a las 12:00 horas, la monumental ciudad de Úbeda se convierte en punto de encuentro para los amantes del arte y la historia con una visita comentada a la Sacra Capilla de El Salvador del Mundo, uno de los hitos arquitectónicos más importantes del Renacimiento andaluz.

La actividad, organizada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía dentro del programa de las Jornadas Europeas de Patrimonio 2025, invita a descubrir los secretos simbólicos y artísticos de esta joya única declarada Bien de Interés Cultural en 1931.

El recorrido partirá desde la portada principal de la capilla, situada en la Plaza Vázquez de Molina, epicentro del conjunto monumental de Úbeda, y estará conducido por Miguel Ruiz Calvente, profesor de la Universidad de Jaén (UJA). La participación es gratuita, aunque el aforo es limitado y requiere reserva previa en el teléfono 953 003 818 o en el correo bbcc.dtjaen.ccd@juntadeandalucia.es La actividad cuenta además con la colaboración del Ayuntamiento de Úbeda.

Jornadas Europeas de Patrimonio 2025 en Jaén

Patrimonio y arquitectura como ventana al pasado

Bajo el lema ‘Patrimonio y arquitectura, una ventana al pasado, una puerta al futuro’, las Jornadas Europeas de Patrimonio celebran en toda Europa una nueva edición centrada en la arquitectura como testigo del paso del tiempo. En la provincia de Jaén, la cita con la Capilla de El Salvador de Úbeda es una de las más esperadas, al tratarse de un edificio que resume como pocos el esplendor del Renacimiento español.

La propuesta busca hacer reflexionar sobre el modo en que la arquitectura funeraria del siglo XVI buscó trascender la vida terrenal a través de la belleza y la proporción, reflejando las aspiraciones espirituales y sociales de sus promotores. En este caso, el protagonista absoluto fue Francisco de los Cobos y Molina, secretario universal del emperador Carlos V, que encargó su propio panteón familiar en la ciudad que lo vio nacer.

Francisco de los Cobos: el poder imperial hecho piedra

A comienzos del siglo XVI, el poder y la riqueza acumulados por Francisco de los Cobos lo llevaron a concebir un proyecto ambicioso: construir en Úbeda un templo funerario exento que reflejara su rango en la corte imperial. Para ello, obtuvo del papa Paulo III, en 1535, una bula que autorizaba la creación de la capilla-panteón bajo la advocación de El Salvador del Mundo.

El proyecto fue confiado al deán Ortega, encargado de gestionar las obras y coordinar la adquisición de solares junto al Hospital de los Honrados Viejos del Salvador y al palacio familiar de los Cobos. La dirección artística recayó en Diego de Siloé, arquitecto burgalés afincado en Granada, quien trazó los planos originales. La ejecución corrió a cargo de Andrés de Vandelvira y Alonso Ruiz, figuras esenciales del Renacimiento jiennense.

El edificio fue concebido, además de como panteón, como manifestación visible del poder imperial, de la devoción y de la sofisticación estética del mecenas. Su monumentalidad rivaliza con los grandes templos italianos de la época, lo que convirtió a El Salvador en la primera gran obra civil de carácter funerario del Renacimiento español.

De Siloé a Vandelvira: la perfección arquitectónica

Una planta cargada de simbolismo

El diseño de la Sacra Capilla conjuga la funcionalidad litúrgica con un gran simbolismo. La planta se compone de una nave con bóvedas tardogóticas, una capilla mayor en forma de rotonda —símbolo de eternidad y resurrección— y una sacristía que representa la culminación del genio técnico de Vandelvira. Esta estructura recuerda a los templos funerarios de León Battista Alberti o al Panteón de Roma, integrando la tradición clásica con la espiritualidad cristiana.

La sacristía: un tratado de cantería renacentista

La sacristía, de planta rectangular, está dividida en tres módulos cubiertos por bóvedas vaídas. En sus muros destacan los arcos enmarcados por esculturas de Sibilas y Profetas, labrados por el escultor francés Esteban Jamete. Este espacio se considera una de las obras maestras de la arquitectura de piedra en Europa y el ejemplo más depurado del arte de Vandelvira, autor también de la portada de acceso en ángulo, una solución arquitectónica sin precedentes en su tiempo.

Una fachada que narra el poder y la fe

La fachada principal, que domina la Plaza Vázquez de Molina, fue diseñada como un gran arco triunfal, símbolo de victoria sobre la muerte. En su parte superior se representa la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor, mientras que el nivel inferior alberga relieves del Antiguo Testamento y del mundo clásico, como la ‘Caída del Maná’, la ‘Veneración de la Serpiente de Bronce’ o los ‘Trabajos de Hércules’.

Esta fusión de lo pagano y lo cristiano refleja el pensamiento humanista del Renacimiento, donde el arte servía como vehículo para expresar la armonía entre la razón, la fe y la inmortalidad. A ambos lados, dos torrecillas circulares decoradas con motivos platerescos y los escudos de los fundadores completan una de las fachadas más estudiadas de la arquitectura española.

Interior y patrimonio mueble: arte, símbolo y devoción

En el interior, el visitante se encuentra con un repertorio de arte sacro que abarca desde el siglo XVI hasta el XVIII. El retablo mayor, parcialmente restaurado tras su destrucción en 1936, representa la ‘Transfiguración de Jesús’ y se atribuye a Alonso de Berruguete.

En las hornacinas laterales se conservan los Evangelistas tallados por Pedro de Zayas y las figuras de San Pedro y San Pablo, del siglo XVIII. La reja central, ejecutada por Francisco Martínez y Francisco de Villalpando, constituye uno de los ejemplos más sobresalientes de la rejería renacentista española, fechada en 1555.

El conjunto se completaba con una rica colección de orfebrería, relicarios y pinturas. Entre las piezas más valiosas se encontraba un cáliz de plata sobredorada —regalo del emperador Carlos V—, una arqueta veneciana del siglo XV y el célebre San Juanito, escultura atribuida a Miguel Ángel, de la que solo se conservan fragmentos tras su destrucción parcial durante la Guerra Civil.

Un legado universal del Renacimiento andaluz

La Sacra Capilla de El Salvador es el reflejo de una época de esplendor en la que Úbeda se convirtió en uno de los focos culturales más relevantes del sur de Europa. En este espacio confluyen el genio arquitectónico de Vandelvira, el talento escultórico de Jamete y la ambición de Cobos, que encontró en la piedra la forma de perpetuar su memoria.

El edificio fue consagrado en 1559 por el obispo Diego Tavera, y una inscripción en uno de los pilares recuerda aquel acontecimiento. Desde entonces, El Salvador ha sido testigo de la evolución de la ciudad, permaneciendo como una de las joyas más admiradas del Conjunto Monumental Renacentista de Úbeda, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Porque El Salvador de Úbeda no solo es piedra: es memoria, poder y arte elevado a la categoría de inmortalidad.